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En las siguientes clases de ése día se podía notar el entusiasmo de los estudiantes, pero desde mi punto de vista no era algo tan relevante. Yo seguía pensando en Austin.

El entusiasmo de aquellos estudiantes provenía de la fecha en la que nos encontrábamos, hoy era el primer día del mes de septiembre, y en exactamente unos siete días más la gran universidad cumplía unos 380 años desde que fue fundada, por lo que los preparativos comenzaron desde ya. Mientras tanto, yo no podía pensar en aquello teniendo en cuenta todas las actitudes confusas que hacía Austin, y todos los sentimientos variados que yo tenía hacia el. Varias preguntas se formaban en mi cabeza. Algunas respecto al rubio y otras directamente hacia mi. Para cuando salí de mi pequeño mundo, admiré mi alrededor: la clase ya la conocía y sabía bastante del tema, no necesitaba prestar toda mi atención, así que comencé a responder las preguntas que tenía para mí mismo y buscar algunas respuestas hacia las que tenía para Austin.

Como por ejemplo, si el se suponía que no quería volver a verme gracias al arreglo que yo tenía con su padre, ¿por qué follamos ayer?

Teniendo en cuenta la poca información que sabía sobre Austin podía decir que simplemente estaba caliente y posiblemente su follada de ese día tenia algo pendiente, por lo que lo pudo dejar con las ganas.

Tiene bastante coherencia, según yo.

La otra era; ¿por qué jodidos se había disculpado en medio de la follada? Muy vulgar, hablando.

¡No tenía sentido en lo absoluto! Y si mi suposición respecto a porque habíamos fornicado era cierta tendría aún menos sentido el que se haya disculpado.

—Joven Riggs. — llamó el profesor, salí de mi pequeño y encerrado mundo para mirar directamente a sus ojos. —El director lo solicita en su oficina. — escuché como comenzaron los murmullos en masa de los estudiantes de ésa clase. Rodé los ojos tomando mi mochila guardando todo en ella para salir de la clase. Caminé por los pasillos hasta dar con la oficina del director, cuando su secretaria me observó me regaló una sonrisa amigable.

—Si quieres puedes entrar y esperarlo en su oficina, se encuentra en una pequeña reunión inesperada. — explicó, yo asentí entrando a su oficina. Como casi todas las instalaciones, era de un color carmesí, elegante, con un ventanal al fondo en el cual podías observar todo el campus. El suelo era de madera brillante al igual que su escritorio, me senté frente a su silla la cual era de cuero. Seguí observando por un rato todo el lugar, hasta que mi mirada llegó a lo que eran tres carpetas en su escritorio, la primera era de un color rojo, la segunda azul y la tercera un negro azabache. Sabía que no tenía que revisar nada que no me perteneciera, pero la curiosidad, como en varios casos, me ganó.

Tomé la que más había llamado mi atención: La negra. Comencé a leer todo lo que esta contenía, eran datos que le pertenecían, ni más ni menos que a Austin Abrams. Entonces creí que estaba de suerte o que el destino la había puesto frente a mi para que yo fuese de mirón.

«Nombre: Austin Abrams.

Edad: 22.

Sexo: M.

Fecha de nacimiento: 2/09/94

Antecedentes...»

Escuché como la puerta de la oficina estaba intentando ser abierta, por lo que cerré la carpeta y la coloqué en su lugar rápidamente. 

—¡Oh, Chandler! Lamento no poder atenderle en este momento, pero me ha salido una junta en este momento, ya sabes, el aniversario de la universidad. — cantó esto último, me levanté de la silla estrechando su mano.

—No se preocupe, no hay problema. — sonreí. Me despedí y salí de su oficina. Creí haber perdido el tiempo.

Las siguientes clases pasaron rápido, quería saber cuales eran los antecedentes de este chico, podría extender mi reducida información que tenía respecto a el, pero supongo que ya daba igual. Al cabo, yo no tuve que haber leído aquello.

Cuando llegué a la habitación, como al rededor de las 11:45 pm estaba completamente cansado, había ido a terminar el trabajo con Joel, además que las chicas habían ofrecido beber un poco. Conny parecía normal, así que supongo que cualquier cosa que Austin le hubiese dicho no le fuera afectado tanto.

Y hablando de el rubio, éste mismo abrió la puerta de la habitación de golpe, lo miré por unos segundos, analizándolo, llevaba sus pantalones ajustado color negro, una camisa blanca y una chaqueta del mismo color que sus pantalones, tenía los ojos rojos y un poco hinchados, como si fuese llorado con anterioridad, me preocupé al instante. El me miró y su rostro cambió de estar triste, a estar serio.

—Aus... — no pude terminar de decir su nombre cuando el me había empujado contra la pared, como de costumbre. Creo que yo estaba comenzando a acostumbrarme. Miré directamente a sus ojos, estaban brillando mucho más que normalmente, pero Austin parecía herido completamente. Me pregunté que habría ocurrido para que estuviese así.

—¿Pasó algo, Austin?— pregunté colocando mis manos en sus mejillas, el se apartó rápidamente de mi, como si mi tacto quemase, y me miró mal.

—Le importo una mierda a todos. — murmuró. —Todo sería más fácil si me matase y ya ¡joder!— pateó la pequeña papelera que teníamos, tirándola. Cubrió sus ojos con sus manos. —¡Maldita sea! No sé hacer nada... — golpeó su espalda contra la pared y se dejó caer, deslizándose hasta llegar al suelo, con sus rodillas pegadas a su pecho. Mi corazón se rompió por verlo de aquella manera, mordí mi labio preocupado y corrí hasta sentarme frente a el.

—Austin... — susurré. — Eso es mentira. Quien haya dicho eso está completamente equivocado. — fruncí el ceño, el negó con su cabeza y apartó sus manos de su rostro, dejándome ver como sus ojos estaban completamente cristalizados gracias a las lágrimas. No podía creer que estaba conociéndolo de ésta manera.

—Nadie me lo ha dicho... No necesito que me lo digan para saberlo. — susurró. —No le importo a nadie. — yo apreté mis labios y negué con mi rostro. Dirigí mi mirada a mi reloj, viendo la hora y fecha que era. 

«Viernes 02 de Septiembre de 2016.

12:03pm.»

Sonreí para mi mismo.

—Austin...— hablé. El me miró con sus ojos brillantes. Acerqué mis labios a su oído y susurré. —Le importas a muchas personas, créeme. —

—Chandler no... — lo interrumpí.

—Feliz cumpleaños, Austin. — el me miró sorprendido, yo sonreí de medio lado, tomé sus mejillas delicadamente y dejé un beso en sus labios.

HARVARD; AUSDLERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora