Unos murmullos se escucharon del otro lado de la línea y la voz de Adam se escuchaba, parecía estar diciéndole algo a Emily, casi como si se lo dijera al oído.

―Ya entiendo― carraspeó―, uhm, Adam piensa que sería buena idea si Ann tomara la habitación contigua a la mía, y que mañana por la tarde o cuando las cosas se hayan tranquilizado, la lleves a mi casa de vuelta y te quedarás allá por un rato, en caso de... ― la voz de Adam volvió a interferir casi inaudible―, y dale un gas pimienta a Ann.

―No quiero lastimar a Dan― pronunció acercándose―, además, ya me ayudaron bastante.

―No seas testaruda― Adam interfirió de nuevo―, oh, Ann, deberías tomarte alguna pastilla...

Fijé la vista en la carretera casi sin parpadear, Emily había sido muy directa a mi parecer, o así era con ese tema, no lo sabía.

―Siento haberlo dicho así, pero sabes que es verdad― voz inaudible de nuevo―, Adam piensa... Auch... Dice, que deberías descansar, siéntete como en casa; una casa que es quinientas veces más grande y huele a fino, ya sabes, a Chanel no.5... ¡Déjame! ¡Adam!

―Bonita tarde― pronunció claramente Adam antes de cortar la llamada y de que Emily dejara salir un gemido de dolor.

Ann volvió al asiento y se acomodó, pasaron al menos diez minutos hasta que nos vimos envueltos en un tramo lleno de tráfico.

― ¿Qué hace Adam? ― cuestionó curiosa.

―Gobernar sobre las almas que trabajamos para él― doblé hacia la entrada de la casa―, él es arquitecto, o algo así, pero su familia es dueña de media ciudad, ya sabes, tecnología, y cosas así.

― ¿Cuál es su apellido?

―Blair.

― ¿Es mafioso? ― negué riendo―, entonces no sé, casi no leo acerca de negocios o cosas así.

―Es un milagro que alguien no conozco al maravilloso Adam― apagué el motor―, bienvenida a tu casa temporal de un día.

Salí del auto y abrí la puerta de Ann, seguía un tanto asustada y desconcertada, cuando fijó la vista en la casa no pude divisar ninguna chispa de asombro, ni de... nada.

―Sabía que sería un riquillo.

― ¿Ah sí? ¿Por qué? ―enarqué la cejas― ¿por llevarse a Emily con su familia?

―No, tiene ese voz fresona. ― sonrió desganada― A Emily jamás le han gustado los riquillos, siempre hemos bromeado acerca de la falsa felicidad que tienen.

―Pues ahora uno está enamorado de ella, y viceversa.

― ¿Llevas mucho de conocerlo?

Asentí. ―Más o menos.

Guie a Ann a través de la casa, le mostré la sala, el comedor, la cocina y su habitación, final quedo bien instalada, pero aún tenía ese horrible moretón que le había dejado su pareja en la cara. Me acerqué a ella y tomando su mentón analicé el moretón, madre siempre tenía que lidiar conmigo después de caerme de un árbol.

― ¿Quieres que pongamos algo de hielo sobre eso?- ―solté su mentón―, seguro que se bajará el dolor.

― ¡Hasta qué llegas! ― Ashley bajó de las escaleras― ¿quién es?

―Una amiga de Emily, se quedará aquí por ahora. ― Ann bajo la vista cuando Marissa y Albert llegaron.

― ¿Quieres subir a tu habitación? ―asintió―, toma una ducha si quieres y te veré en la cocina para ponerte un poco de hielo.

ADAM - en edición.Kde žijí příběhy. Začni objevovat