Capitulo 8

696 44 30
                                    

Cristóbal salió a correr como acostumbraba cada mañana a hacerlo, conecto sus audífonos y comenzó a ejercitarse.

Pasando por el parque de su localidad, vio a un grupo de personas con una vestimenta muy rara para estar en una ciudad, de repente uno se alejo del grupo y se dirigió a el, mirándolo extrañamente.

—¿Me permite su mano?— le pidió el hombre, con arrugas pronunciadas, sus cabellos blancos y piel morena, parecía el mayor de su grupo, los cueles estaban haciendo un circulo y moviendo sus manos, realizando un ritual.

Cristóbal sin mas, le dio su mano imaginando que aquel hombre era el típico charlatán que dicen leer el futuro. Aquel hombre coloco su mano encima de la de el, cerro sus ojos mientras deslizaba su mano concentrándose mas en su dedo meñique, Cristóbal lo miraba divertido y esperaba con gracia lo que le iba a "predecir".

—¿Usted conoce la leyenda del hilo rojo?—le pregunto con un acento diferente, Cristóbal asintió, había escuchado sobre eso, era una leyenda mas que todo popular en la cultura asiática, la cual se refería a un hilo invisible que conecta a las personas que están destinadas a estar juntas, a pesar de los inconvenientes que tenga, el hilo no se romperá. El destino juega sus fichas de cualquier manera, para que estas personas se encuentren en un futuro.

El hombre le sonrió al ver que el era conocedor del tema.

—Tu ya has visto la persona con la que estas atado— Cristóbal, levanto una ceja, conocía la leyenda, mas no creía en ella. —Pero... le has hecho daño, y se que no fue tu intención, el destino y los Dioses saben como hacer sus cosas, pero cuando ella llegue a ti, tienes que encargarte de eliminar el odio y el rencor que siente hacia ti, o no podrán ser felices — le dijo mirando fijamente sus ojos, Cristóbal se reía internamente, el lo sabia, el tipo era un charlatán, el nunca le había causado daño a una mujer, ya que con ninguna había tenido una relación estable y con las que se enrollaba no pasaban de una noche, no había forma de que hubiera lastimado a alguna, el charlatán, había encontrado al menos indicado para timar.

—Seria bueno que usted me creyera e hiciera algo —le dijo el hombre.

—Yo creo —mintió, sacando cuatro billetes de su bolsillo para dárselos al hombre

El hombre desconocido miro la cantidad de dinero que Cristóbal le estaba ofreciendo y se nego.

—yo no cobro tanto por predecir algo.— le dijo retirando la mano de Cristóbal.

— no lo tome como un pago, tómelo como una ayuda para usted y para su gente —dijo señalando a las personas que aun seguían con su ritual

El hombre agradecido se los recibió, deseando que Cristóbal tuviera muy buena suerte. Cristóbal se coloco nuevamente sus audífonos y siguió corriendo, todavía divertido por la manera en que las personas tratan de convencer a las personas de sus mentiras.

★★★★★★★★★★

Max y Denis iban a preparar juntos la cena, para celebrar sus 6 meses de noviazgo, preferían mil veces ponerse ropa cómoda, quedarsen en casa, preparar comida, ver películas y después de esto llegaba su parte favorita, hacer el amor.

—¿Amor? —Max había dejado de ayudar a Denis para coger su celular.

—Dime..

—¿me das el numero de Melanie? — Denis dejo de preparar la comida, coloco sus manos en su cintura y levanto las cejas mirándolo fijamente, mientras tanto Max ajeno de la mirada reclamante de Denis, seguía con la vista clavada en su celular esperando que el numero fuera dictado.

Denis al ver que su novio no atendía el reclamo, carraspeó para que le prestara atención.

Maximiliano levanto su mirada encontrándose con una irritada Denis, sonrió abiertamente, como le encantaba verla celosa, Denis le levanto una ceja esta vez exigiendo una explicación.

Cruel Y Amarga VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora