Veintiuno de Enero

17.5K 1.1K 44
                                    

¿Les ha pasado que, mientras duermen y sueñan, están plenamente conscientes de que lo que están viendo es solo un sueño? Cuando era más pequeña siempre me pasaba. Podría estar en una pesadilla llena de monstruos y fantasmas como también podría estar en un paraíso con hadas y ángeles, pero siempre estaba consciente de que lo que no era más que un simple sueño creado por mi inconsciencia. Sabía que no estaba ni en el infierno ni en el paraíso como veía, sino que solo en mi cama con los ojos cerrados y respiración regular. Estaba durmiendo. Aquello me dejó de pasar cuando cumplí diez años. Simplemente dejé de darme cuenta que los sueños eran sueños. Incluso, me era muy difícil recordar lo que había soñado. Sentía como si no lo hubiera hecho. 

Creo que ha vuelto a mí la capacidad de recordar los sueños y darme cuenta de que estoy soñando mientras estoy dentro de él. 

Me veo a mí misma en el lago. No es verano ya que éste está completamente congelado. Siento que estoy muy abrigada, pero no siento frío. Solo incomodidad porque no me gusta tener tanta ropa encima. Me cuesta moverme. Miro mis pies y veo que tengo patines para el hielo puestos. ¿Desde cuando sé patinar en hielo? Nunca he aprendido, al menos que yo recuerde, pero como es un sueño puedo moverme sin dificultad alguna por hielo, con la elegancia de una patinadora profesional. Me gusta como se siente. Es como si estuviera volando. De pronto siento unas manos en mi cintura que hacen que me detenga en seco. 

Un beso en el hombro me hacen saber de inmediato quien es la persona que me ha detenido. 

-Matthew Ross, estaba disfrutando de eso- digo mientras me doy la vuelta y hago un puchero.

Me sorprende ver que Matty parece estar un poco más viejo. No es el mismo joven de diecinueve años que conozco. Se ve más maduro. Lo extraño es que me parece de lo más normal dentro del sueño. 

-Puedes disfrutar conmigo- dice él mientras se acerca a mí.

El beso que nos damos se siente tan real que por un momento olvido que esto es un sueño. La sincronía con la que nos besamos es la misma de siempre, aunque pareciera como si tuviéramos más experiencia besándonos. Como si nos conociéramos más. Siento como si conociera hasta el espacio más escondido de la boca de Matty.

-¡Vayan a un hotel!- siento que nos grita una niña.

Me separo de Matty y veo allí a una niña de unos nueve u ocho años que se acerca a nosotros con los patines. Me siento confundida porque jamás había visto a esa niña antes, pero la yo que está en el sueño parece feliz de ver a esa niña. Me detengo un momento a verla bien y encuentro que se parece mucho a Matty. Tiene su cabello, aunque un poco más oscuro, y sus ojos. Tiene expresiones en su cara que Matty siempre ha hecho.

Me concentro en otro niño un poco más pequeño que viene detrás de la niña. Debe tener unos seis años o quizá un poco menos. Camina muy lento. No parece estar acostumbrado a los patines como los demás. Se parece mucho a mí y, por lo tanto, es la viva imagen de Jake cuando tenía esa edad. Lo único diferente es el cabello que es del mismo color que el de la niña, pero tiene mis grandes ojos celestes.

-Ve a ayudar a tu hermano pequeño- le ordena Matty a la niña.

Ella rueda los ojos, pero va a buscar a su hermano encantada. Puedo ver lo mucho que se quieren esos niños. El niño mira a su hermana con admiración mientras que la niña ve a su hermano con adoración. Esas miradas hacen que me sienta orgullosa, pero no entiendo muy bien porque.

Los cuatro comenzamos a patinar en el hielo. Nos turnamos para ayudar al pequeño y enseñarle. Todos los demás pareciéramos como si hubiéramos nacido en el hielo. En especial la niña a la cual veo hacer acrobacias muy complejas. 

Noventa Días (SDLV #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora