Claustrofóbico Negro...

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La noche empezaba a aparecer, la oscuridad se apoderaba de todo, los pinos se camuflaban con la oscuridad, y la temperatura decendia repentinamente. Mientras un grupo de viejos exploradores intentaban sobrevivir su primera noche en el volcán, se hospedaron cerca de un pueblo dónde intentaron pedir asilo y terminaron con cinco balas en las piernas, al no poder caminar se arrastraron lenta y dolorosamente hasta llegar a una pequeñísima meseta al borde de un enorme barranco, intentaron dormir, aunque consiguieron que unas cuantas serpientes se acercarán a ellos a intentar subir hasta su cuello donde hacían una sigilosa y mortal mordedura y después se desaparecían.
Uno de los exploradores, sintió la presencia del un animal que recorría su cuerpo de manera muy sigilosa, abrió los ojos vio a la serpiente, y decidió agarrar el objeto más cercano que tenía para golpearla, aunque lo único que consigio fue una pequeña roca, con la que golpeó tan fuerte a la serpiente; como el pensaba. Provocando que las serpientes lo acorralaran, dejando solo como salida el barranco enorme, giro su cabeza noventa grados(90°) y se tiro de él arrastrándose con sus manos hasta quedar suspendido en el aire y estático, mientras veía como el sol se asomaba y las serpientes devoraban a sus compañeros que yacían durmiendo, como si parecieran osos en invierno. El viejo sobreviviente intento levantarse, y sin fuerzas cayó en el suelo imaginario que hacía que flotara, dio la vuelta completa de su cabeza; como un fantástico ser; y vio como todo se consumía en color negro, y todo desaparecía. Sintió un enorme nudo en la garganta al intentar decir alguna que otra de sus conocidas groserias raciatas que ofendian a medio mundo y a la otra parte la hacía morir. Literalmente de risa.
El viejo sintio que sus manos se pintaban de aquél negro claustrofóbico, y el cuerpo entero le seguía el juego. Sintió todo a la misma vez, hasta comparar el todo con el nada, la vida con la muerte y el universo con el claustrofóbico negro que lo encerraba para siempre en él...

Diez Cuentos CortosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora