Confesiones.

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*Narra Severus*

Lo que estaba pasando podía verlo desde dos perspectivas.

La primera: 
Lo que ella decía era completamente cierto, yo soy un hombre, debo comportarme como tal.

La segunda:
No podía prestarle atención cuando era imposible dejar de admirar su belleza, hasta furiosa era completamente hermosa.  

Pero así como llegó se fué dando un portazo y sin dejarme hablar.

Sé que lo que le dije fue una estupidez, pero no podía dejar que ella sintiera algo por mi, yo soy su profesor y además de estar completamente prohibida la relación, tenemos mucha diferencia de edad.
Ella aún es joven, debe disfrutar de ello y no perder su tiempo con un hombre como yo.

Cerca mío su vida peligra, si alguno de los mortífagos llegara a saber sobre nuestros sentimientos y que es una hija de padres muggles no dudarían un segundo en hacernos pedazos.
Prefiero no arriesgarme.

Aunque de cierto modo, nunca dejaría que nada malo le pase.
Es la única persona por la que he sentido algo desde que me enamoré de Lily y murió.

Está decidido, se lo voy a decir todo, todos mis sentimientos, mi verdad.
Ella sabrá que desición tomar.

Fuí a buscarla al terreno, pero no estaba, vi a Harry y Ron riendo pero Hermione tampoco estaba con ellos.
Busqué en las escaleras, en el gran comedor, pero nada.
Resignado volvía a mi despacho y la vi a punto de tocar la puerta.

-Adelante- dije cuando estaba cerca de ella.
Me miró y entró.
-Siéntate por ahí, debemos hablar.
Hizo lo que le pedí y yo repetí la acción.
Me senté frente a ella y hablé.

-Hermione, es muy dificil para mí tener que decir lo que siento, pero se que si no lo hago ahora, luego me voy a arrepentir.
Siento cosas inexplicables por tí, me gustas.
Me gusta tu pelo, tu voz, tus ojos, tu gran inteligencia y tu espontaneidad para responder.
Esto nunca lo he sentido por nadie mas que por una persona, y esa persona murió cuando tu apenas nacías.
El punto es que estoy dispuesto a arriesgar lo único que tengo, por tí.
Por poder abrazarte cuando lo necesite, por poder besarte, por poder verte sin sentir ninguna presión de tener que callar mis sentimientos...
Dí algo, por favor.

Sus mejillas estaban rosadas, las manos le temblaban pero tenía un esbozo de sonrisa es su boca.
Eso siempre es buena señal.

El príncipe mestizo y la sangre sucia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora