Niño, ¿me puedes explicar...?

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Pues llegó el tan esperado "siguiente día".

A mí las notas importar me importaban poco. Lo que realmente me comía el coco es saber si el perro de dos patas se atrevió a leer mi diario porque solo alguien que lo leyó sabe de mi manía de escribir vida con "b".

Dios mío André, es que te mato.

Son las 7:20 y llegué demasiado temprano a la clase. Es la ansia de enfrentarlo, supongo.

Pasan diez minutos, no llega.

Pasan otros diez, no llega.

Ya son 7:40 y algunos empiezan a llenar la vacía sala.

Pero él no llega.

André carajo, ¿dónde andas?

Solo cuando es 7:55 es cuando el susodicho decide aparecer. Llegó a la clase con semblante algo cansado y dejó el material en su silla. Me miró y sonrió de forma cansada, pero igual malvada. Es como si quisiese molestarme pero no tuviese fuerzas para ello.

¡MUY BIEN! ¡PERFECTO! ¡ASI LE COJO YO!

– Tenemos que hablar.– le lanzo sin saludar.

– Oye, sé que me extrañaste, pero no son horas para intentar ligar conmigo. – me responde André.

Oh bueno, veo que el sueño no le impide seguir siendo el insoportable de siempre.

Le sonrío y le cojo por su camiseta, arrastrándolo fuera de la clase. Él se soltó al estar en los pasillos, mirándome asombrado mientras arreglaba su camiseta.

– Vaya, vaya. Esa pasión hay que controlarla. Aunque los pasillos pronto se llenarán de gente. No creo que quieras que haya audiencia.– y me guiña con el ojo derecho.

– Oh, cállate. Quiero que me digas por qué me mentiste al leer mi diario.

–¿Qué?– inquiere André– Te dije en su día. No leí tu maldito diario. Tu cuento de patito feo solo con mi imaginación es fácil de adivinar.

Frustrada, saco las notas y se las doy ¿Me lo iba a negar en la cara ahora?

– Me vas a decir que no fuiste tú. Hablas de mi tic con "b". Eso solo lo sé yo, y la persona que habría leído mi diario.

Él coge las notas como si estuviese confundido y las lee. A pocos segundos noto algo diferente; se puso serio. Levanta  la mirada y no hubo humor alguno en ellos.

Vaya, vaya.


– Esto...pensé que no sería tan evidente– dice con voz baja ahora.

BAIA BAIA.

¡LE PILLÉ!

– ¿Me puedes decir, hijo de la madre china, por qué te leíste mi diario? ¡NO TENIAS NINGUN DERECHO!

Él se peinó el pelo y levantó los hombros– Porque me picó la curiosidad, yo que sé. Quise saber más de ti...Oh Emergilda, ¿tan difícil te era verlo?

Le miro confundida– Ver el qué– él pone los ojos en blanco.

Entonces, se cambia el escenario por completo.

Me presiona contra la pared,cogiéndome por los brazos.

– Estas notas, lo que digo en ellas ¿Enserio tan tonta eres? ¿Dónde queda tu inteligencia? ¿O prefieres engañarte a ti misma?

Me quedo callada, sin saber qué responder.

Pero en estas situaciones, ¿Qué se hace?

– ¿Qué? ¿Ya no tienes nada que decir? ¿Eh? ¿Donde está la Emergilda que siempre tiene algo que echar en cara? ¿Por dónde atacar?

– Es que no lo entiendo, esas notas...¿Qué fin?

– De verdad que tu no tuviste novio, ¿Cierto? ¿Sabes que es gustar? ¿Que gustes a alguien? ¿Que alguien te guste a ti?


¿SAY WHAT?

VAMO A FRENAR.

¿Qué?

Esperen, ¿qué?


– Tú...no...¡¿Me estás diciendo que yo te gusto?!

André con su mano derecho pasa sus dedos por mi mejilla, recorriendo mi rostro con la mirada. Acerca su rostro al mío, presionando su cuerpo contra el mío.

¿Qué está haciendo?
¿Me va...a besar?

Me mira durante segundos en esa posición, demasiado cerca. ¿Enserio me va a besar? Siento mi corazón acelerarse, pero no le aparto. Debería apartarle, esto no debería estar pasando. Este no era el plan.
Pero no sabía qué hacer, estaba inmóvil, atrapada en su agarre.

Sigue mirándome, acerca su rostro tan cerca de mí que siento su aliento.

Me va a besar... oh bish...

Y entonces lanza una carcajada a toda voz  y se aparta de mí.
Estoy más confundida de lo que estuve antes.

¿Pero qué...?


–¡ HAHAHAHAHAHAHAHA! ¡EMERGILDA SANCHEZ! ¿ENSERIO? ¿PENSASTE QUE ME GUSTABAS?

Y rompió a reír de nuevo. Quise replicarle, decirle algo, pero no pude.

– Mira qué tonta eres. Mira cómo te quedaste quieta, esperando que yo te besase. Lo siento patito, no cumplo fantasías literarias. Yo no me leí tu diario, y no tengo ni puta idea de estas notas. Y no, no fui yo. Tú a mí en ese plano no me interesas. Por algo te llamo patito. Pero mírale el lado bueno, tienes un admirador secreto que es tan canalla  como para robar tu diario en clase y leérselo en el recreo probablemente. Y luego tiene los huevos tan diminutos que te escribe notas en vez de hablarte en persona. Tus dotes de ligue van progresando patito, casi casi que me enorgullezco.

Y con estas palabras vuelve a la clase. Pero yo no, me quedé fuera. Sigo fuera. No quiero entrar.

La verdad, no sé ni cómo me siento.

Podría decir que es rabia mezclada con incredulidad.

Y el hecho de sentirme increíblemente estúpida.

André me acabó de humillar en todas las reglas posibles, y todo porque yo creí por un instante que él podría ser autor de estas notas.


¡Qué tonta fui! ¡Qué imbécil!

TE HAS LUCIDO EMERGILDA SANCHEZ ¡BRAVO MAN!

Yo di a André el camino perfecto para hacer su trolleo del año.

¡IBA A DEJAR QUE ME BESASE!

¡NI SIQUIERA LO APARTÉ!

¡Y EL NO ERA TONTO! ¡LO VEIA Y SE ESTABA BURLANDO EN SILENCIO!

Maldición Shen, Emergilda ¿Por qué eres imbécil así?


No quería verlo, no quería ver a nadie. No iba a entrar a la clase.
Quiero estar sola.


De repente, hasta me dejó de importar quién podría ser el autor de las notas, o quién pudo haber leído mi diario. Todo lo que ocupaba mi mente eran las palabras de André.

Nadie me hirió de esta manera por mucho tiempo.

Y por mi momento de debilidad, le dejé hacerlo.

Llegó a mi caparazón e hirió mi orgullo.

Me siento ahora tan increíblemente estúpida.

Tan humillada

Tan, dañada...

...

Puta [B]ida.

PUTA [B]IDA (EN EDICION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora