《¡Adrien Agreste ha encontrado a su musa!》

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Para cualquier modelo, ser acosado por los medio era algo de cada día. Después de varios años llevando aquella vida no le resultaba extraño; lo único que pedía era que no se acercaran demasiado pues estaba preparándose para su graduación de la preparatoria junto a toda su clase.
Su cabeza estaba llena de exámenes y trabajos finales, sin contar sus actividades extracurriculares que también debía cumplir. Todas esas tareas le agotaban al máximo, pero hubo un dulce ángel que le tendió la mano (aunque este tuvo que se arrojado a la tierra por su mejor amiga).


– A-Adrien. – Le llamó antes de salir de clases como una forma de pedirle que se quedara un momento tras la salida de sus compañeros.

– Dime. – Respondió al llamado justo cuando el último de sus compañeros salió. – ¿En qué soy útil?

– ¡Ah! – Ella se sorprendió por su actuar. – T-te he visto cansado estos días y yo... Bueno... Quería... ¡Quiero! Quiero ofrecerte mi ayuda con tus trabajos finales.

– No te preocupes Marinette, estoy bien así.

– ¡Acéptalo por favor! –Rogó la jovencita con sus palmas juntas frente a su pecho y con realizando una sencilla reverencia con su cabeza. – Prometo no defraudarte.


Una luz cegó por un momento al rubio que enseguida notó a un fotógrafo fuera del aula, el cual se maldecía por ser tan idiota a deja su cámara con flash automático. ¿Es que acaso no lo podían dejar en paz? Poco faltaba para que le acosaran también en el retrete.

Su mente se iluminó por un segundo. Tomó las manos de su amiga entre las suyas, de mayor tamaño, para besarlas en forma de aceptación.


– Esta bien. – Sonrió el varón. – Aceptaré tu propuesta.

– ¡Gracias! – Brincó la joven feliz.

– No, gracias a ti. – Tragó saliva lentamente. – Pero con una condición.


Su vista se posó a la puerta de acceso donde se notaba una grabadora de mano.


– Dime.

– Conviértete en mi musa, Marinette Dupain-Cheng.


Realizó nuevamente la acción de besar una zona de la muchacha para hacerle reaccionar a ella y controlar su propio nerviosismo.

Por dentro la joven sufría una conmoción, miles de gritos mentales surgían en su cabeza y su corazón bombeaba a todo lo que daba. Un pedido así por alguien que trabajaba en la industria de la moda era algo serio, ya que una norma moral de aquellas solicitudes era la de inspirar de diversas formas al prójimo. Era un pedido tan exclusivo que no lo asimiló del todo, sólo asintió con la sonrisa más grande que sus labios le permitieron, mientras escuchaba a su compañero susurrando a su oído, con voz grave un: "No te decepcionaré."

Por un segundo, Marinette sintió desfallecer.

Rumores [Miraculous Ladybug Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora