Capítulo 13.

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Cat

Viajamos de regreso a la ciudad y juro que aquellos días en la casa de la playa fueron los mejores para mí y mi estabilidad. Hacía tanto que no me sentía en paz y tan bien conmigo que ya extrañaba esta sensación de amor hacia mí.

Había pasado por algunas penas los últimos meses pero ahora con estos días de relajación fue como volver a la vida en segundos. Me sentía relajada y tranquila, más que nada porque ahora iba a tener un buen trabajo o eso esperaba yo ya que Hazel no me había avisado nada al respecto.

—¿Crees que debo usar algo lindo para la fiesta de tu amigo? —le pregunté desviando la mirada del móvil para centrarme en sus fanales avellana.

Estaba concentrado en mirar la carretera frente a él ya que manejaba a una gran velocidad.

—Supongo que un vestido estará bien —encogió un hombro. Como no dije nada me miró de reojo —. ¿Qué?

—Creo que no te importa mucho como vaya vestida —la comisura izquierda de su boca se estiró.

—No importa que ropa uses porque al final de la noche te voy a quitar todo lo que lleves encima —puso una mano en mi pierna izquierda.

No puede evitar ver su mano encima de mi pierna y ponerme un poco nerviosita por su tacto.

¿Un poco nerviosa o un mucho?

—Eres un descarado, Darrel Blood...como te apellides.

Bufe.

—Pero te gusta, o no? —me miró de reojo.

—Algo —no me atreví a mirarlo a los ojos.

A veces podía decir palabras sucias pero al segundo me arrepentía de abrir la boca y no saber como afrontar las miradas de Darrel, quien ya empezaba a hablar más y ahora como que era un poco más descarado de como cuando lo conocí, pero era algo que me gustaba de él. No lo podía negar.

—No, no, esa no es la respuesta que yo quiero escuchar —me giré para verlo mejor.

—¿Qué? ¿Y qué es lo que quieres escuchar de mí, Darrel? —me crucé de brazos.

—Quiero que me digas si te gusta o no.

—Me encanta —murmuré bajo, muy bajo pensando que no me iba a escuchar pero tenía un gran oído que sí me escuchó, perfectamente.

—Lo sabía —se regocijó de mis palabras.

—No te acostumbres a mis palabras lindas —lo señalé con un dedo —. No soy tan fácil de convencer.

—Eso dices tú —en ningún momento su mano abandonó mi pierna, al contrario, le dio un apretón y siguió conduciendo en dirección a la ciudad.

Ya faltaba menos de una hora para llegar.

****

Cuando llegamos a la casa de Darrel y sus hermanos, Hazel ya estaba ahí al igual que Andrew, creí que estando juntos se podían llevar bien pero era todo lo contrario, el desagrado se podía ver en los rostros de ambos y el odio que existía de parte de Hazel hacia Andrew era más que palpable. Quizá él no se daba cuenta o lo ignoraba pero parecía que no le importaba mucho como ella le hablaba o lo miraba con desprecio.

—¡Qué bueno que ya llegaron!

Hazel salió corriendo hacia nosotros, mientras entrabamos a la casa. Darrel traía mi mochila y la suya, las cuales dejó a un lado de las escaleras. Bruno corría en el patio, libre como tanto le gustaba.

Hazel me apretó a ella cuando me tuvo en frente.

—¿Cómo te sientes? —puso sus manos en mis hombros —. ¿Ya mejor?

Corromper a un ángel (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora