Capítulo 6.

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Darrel

Toda la noche no deje de pensar en ese hombre, mucho menos en Cat ya que la quería muerta y yo podía jurar que ella no era lo que él decía, me aferraba esa idea y no quería abandonarla sin antes saber porqué la quería muerta.

Al no poder dormir bebí mucho café y al otro día mis ojeras eran más que evidentes. Hazel se había ido a la universidad y Max a su trabajo, me había quedado solo en la casa y esperaba a Andrew, él era la única persona en la que podía confiar y que seguro me iba a ayudar con este problema.

Hacía semanas que no lo había visto, porque él también se había ido a una misión y estuvo lejos por algunos meses.

Andrew era mi mejor amigo ya que nos habíamos conocido en la Fortaleza, a la que entré tan solo meses después de la muerte de mis padres y a la que el hermano de mi padre me ayudó a entrar. Creí que al decirle que quería ver a esos malnacidos muertos él se iba a oponer, que me iba a decir que la venganza no era buena, pero no, él estuvo de acuerdo en que ellos tenían que pagar y se encargó de meterme a ese lugar. Tenía quince años cuando me aleje de mis hermanos y deje todo de lado solo para vengar la muerte de mis padres. Fue ahí donde lo conocí, Andrew Moore, un niño igual de roto y marcado que yo.

Me di una ducha y me puse algo cómodo para recibir a mi amigo, era mi amigo, el único que tenía en ese momento.

Cuando escuché el timbre supe que era él, no podía ser nadie más, las amigas de Hazel no venían aquí y no era por mi culpa, ella tenía algunas ideas y no invitaba a sus amigas.

Al abrir la puerta Andrew estaba de espaldas, pero al tocar su hombro volteó a verme.

—¡Amigo!

Extendió los brazos y me atrapó en ellos.

—Andrew —me soltó y al hacerlo vi una maleta al lado de la puerta.

Se dio cuenta y se rascó la nuca.

—Sé que me vas a dar asilo en tu casa.

—¿Otra vez en problemas?

—Mate a un iraní y ahora me buscan.

—Bien —me hice a un lado y entró junto con la maleta —. ¿Por qué no me lo dijiste cuando hablamos? —cerré la puerta.

—Quizá ibas a decir que no —dejó la maleta a un lado de las escaleras —. Huele rico, ¿lo hiciste para mí? —sonrió.

—Vamos —me siguió a la cocina donde el desayuno ya estaba en la isla.

—Por eso eres mi mejor amigo, Darrel.

—¿Solo por la comida?

—Aparte —se sentó y se empezó a servir —. Ahora sí, dime de qué se trata este trabajo que no puedes hacer.

—Un empresario me mandó matar a una chica.

—¿Edad?

—Veintiún años, recién cumplidos.

—¿Ocupación? —cortó un pedazo de pancake.

—Es mesera en un bar de mala muerte, pero antes fue empleada de este sujeto, Simón Jones, era compañera de Max —levantó la cabeza, con los ojos bien abiertos.

—¿Qué empresa es?

—La Corporación Dunne.

—Mierda —masculló Andrew.

—Ella fue...su amante —aquello me supo tan mal, la palabra amante era una ofensa para mí —. Estuvo con ella mientras estaba con la de Recursos Humanos —Andrew efectuó una mueca.

Corromper a un ángel (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora