-El doctor Selvig me dijo que tú también estás ayudándome con la búsqueda del Oráculo, amigo mío. No recuerdo habértelo pedido.

Tony se aclaró la garganta mirando su tarro en vez del Asgardiano.

-¿No lo recuerdas? Yo sí. Bueno, no fue un "Tony te lo suplico de la manera más atenta ten piedad de mí" pero algo hubo, aunque no he sido de buena ayuda. Tengo tanta información como cualquier ciudadano de Nueva York respecto a mujeres con poderes sobrenaturales, con todo y Viernes.

-Gracias de todos modos –sonrió Thor.

-¿Para qué quieres un Oráculo, por cierto?

-Necesito una respuesta.

-¿Sobre qué? –insistió Tony mirándole de reojo. Su sexto sentido le decía que tenía que ver con Loki.

-Todo y de pronto, nada.

-De nuevo con el modo Shakesperiano. Y seguís usando las cortinas de vuestra madre.

-¿Qué ha sido de las personas que Hulk les trajo hace tiempo?

-¿Personas? –el Hombre de Hierro parpadeó como no recordando, claro que lo hacía, las alarmas en su cabeza sonaron con fuerza- Ah, esas personas. Supongo que estarán bien en donde quiera que se encuentren.

-Es un pensamiento demasiado despectivo para alguien como tú.

-El Verde así lo quiso. Ya sabes, olvidar, es mejor. ¿Más cerveza?

Thor le tendió su tarro vacío observando a Stark caminar al dispensario para llenar ambos tarros con cerveza oscura. Envidiaba a sus amigos que gozaban de una vida tranquila, hasta ciertos términos, sus ojos se quedaron en el líquido arremolinándose dentro del tarro examinando después las expresiones de Tony, preguntándose cómo sería si tuviese una hija. Conociéndole, le tendería el mundo a sus pies y le parecería insuficiente. Eso le hizo sonreír de nuevo, cosa que el otro notó.

-Hey, sonríes.

-Me imaginaba como serías comportándote como padre, mi buen amigo.

-El hábito no es para mí, ni las ceremonias religiosas... aaaahhh, ¿te refieres a ser papá?

-No entendí lo primero.

Tony rió sentándose de nuevo a su lado chocando los tarros. –Bueno, si tuviese una hija –miró al exterior ladeando su rostro- Primero y antes que todo le compraría un oso Teddy, padre que no le compra un oso de peluche a su hija es un fracaso en la vida. Y la haría feliz.

-La princesa Stark.

-No lo dudes ni un instante. ¿Y tú?

El Dios del Trueno dejó en la barra su tarro a medio beber. Ya se había hecho la pregunta antes de que el Oráculo de Alfheim le dijera que tendría una hija que vencería a la oscuridad. Pero su escenario en aquel entonces había sido con Jane Foster, un hijo con sus cabellos y su sonrisa, viviendo en Midgard y luego en Asgard cuando llegara el tiempo de nombrarlo el príncipe heredero al trono con la bendición de Odín. Eso había quedado atrás.

-Creo que toqué un tema sensible...

-No –Thor negó sonriendo con nostalgia volviéndose a él- Quiero una hija.

-¿Hija? Pensé que preferirías un hijo, ya sabes, esa cosa de ser el varón dorado.

-Tú y Vision deben parar su intercambio de ideas preconcebidas sobre nosotros –bufó el Asgardiano.

-Pero, ¿hija?

-¿Crees que una doncella no pueda ser una guerrera?

-Ya sé de una, Lady Sif. ¿Te gustaría que fuese como ella? ¿Una valkiria?

Danza de HieloTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang