¿Arrepentidos?

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Jeanne y Brenda voltearon inmediatamente como si las hubiesen llamado a ellas específicamente.

—¿Hay una feria? —preguntó Brenda con una sonrisa enorme en su rostro.

—¿Te gustan las ferias? —preguntó Julián con sorpresa aunque en seguida negó rodando los ojos—. No sé ni porqué me sorprende.

—Pues sí, la hay —se apresuró Alessandro—. Está a unos 30 minutos de aquí y Lili junto con algunos compañeros tenemos planeado ir. Solo que no sabíamos si ustedes son chicos de adrenalina o si Julián puede ir.

—Tengo diabetes no estoy embarazado —dijo con burla—. Sí puedo ir y sí me gusta.

—Pues entonces vamos —aceptó al mismo tiempo que escuchaba los gritos de alegría de su novia y Brenda.

Se había olvidado de lo adictos que eran todos en la familia de Jeanne a las emociones fuertes, con ellos había subido a toda clase de juegos que nunca imaginó en su vida y de hecho en una de las cosas que su novia quería hacer antes de morir era paracaidismo. Él debía admitir que era un poco cobarde antes esa idea, ver tantos programas no era tan bueno pues había llegado a imaginar que el paracaídas no abriera o que quedara atrapado en la rama de un árbol...

—... ¡piedra papel o tijeras! —exclamó Brenda y los vio agitando sus manos hasta que mostraron su resultado—. Piedra, los quebró, los quebró —dijo con emoción pegándole en la mano a Jeanne y a Julián, ambos habían sacado tijeras—. Mi hermana paga mi entrada y tú la comida —señaló a Julián que se encogió con resignación.

—No es justo, sabes que siempre pierdo en esto —se quejó su novia cruzándose de brazos.

—Sí, pobre de ti, no entiendo como no puedes ganar en un simple juego de "piedra, papel o tijeras" —coincidió Brenda—. Eres tan desafortunada.

—Ah, gracias.

—De nada, para eso estamos las hermanas —Brenda sonrió exageradamente al mismo tiempo que batía sus pestañas a Jeanne.

—Hey, Julián, me dijeron que no podías volver a dejar el auto de renta aquí —le informó Alessandro—. Eso me dijeron los guardias de la noche, según no se hacen responsables de nada que pueda pasarle.

—Bien, tendré que llevarlo a la feria entonces, solo déjenme llamar a Jona para que vaya por Nena a la guardería —se disculpó alejándose de ellos para hacer una llamada.

Volteó a ver a Jeanne y a Brenda que empezaron a susurrar sobre los juegos a los que subirían primero, se acercó a su novia para agarrarla de la cintura y la jaló hacia él.

—Pues vamos al estacionamiento para no retrasar más su emoción —les dijo a ambas.

—Yo me iré con Julián —habló Brenda inmediatamente volteando a donde él se encontraba—. ¿Verdad que sí? —le preguntó y él confundido negó con la cabeza antes de colgar.

—Nunca diré que sí a una pregunta inexistente de tu parte —respondió acercándose de nuevo a ellos—. ¿De qué se trata? —preguntó guardando sus manos en los bolsillos del pantalón.

—Que me voy a ir contigo a la feria —repitió su cuñada inflando las mejillas.

—Ah, eso sí —dijo relajado sacando una mano de los bolsillos para presionar una de sus mejillas haciendo que ella intentara morderle un dedo.

—Entonces nos vemos en 30 minutos en la entrada principal de la feria, así no nos perdemos —comentó Alessandro y se alejó despidiéndose con la mano.

Brenda y Julián también se fueron sin despedirse y solo escuchó el suspiro que lanzó Jeanne al verlos salir.

—¿Estás bien? —le preguntó y ella asintió con una sonrisa—. Están bien —afirmó dirigiendo la mirada al frente.

¿Quieres ser mía? (JASN Libro #3)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz