Capítulo veintiuno.

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Capítulo veintiuno.

Volví a revisar la dirección que tenía plasmada el pequeño papel atrás y por enésima vez me aseguré que esta era la dirección. Darren me había citado a las afueras de la ciudad en un oscuro y desolado puerto fantasma. El sol estaba huyendo para ocultarse detrás del horizonte y la brisa jugaba con mis rojizos cabellos causando que rozaran mis pómulos, estaba nerviosa tratando de calmar el temblor de mis manos mientras observaba en todas las direcciones esperando ver a Darren, pero no llegaba. No se ni porque estoy aquí.

Porque quieres respuestas, idiota.- mi consciencia habló.

Fue en ese momento que me sí cuenta cuán nerviosa estaba que comenzaba a escuchar voces. Respiré profundo una vez más inundando mis fosas nasales con el característico aire de aquel lugar. Observé embobada algunas gaviotas sobre volar el lugar pero un sonido me sacó de mis pensamientos. Mi teléfono sonaba...

—¿aló? —sin revisar la pantalla contesté.

—¡Hermosa! ¿Dónde estas? —era Alex. 

—Hm, en mi casa ¿por qué? —no podía decir que estaba por reencontrarme con el asesino de mi familia.

—Diego y yo queremos hacer algo divertido. Estábamos pensando ir al cine, ¿te gustaría? —actuó un tono parecido a un niño pequeño y supuse que estaría haciendo un puchero, cosa que me causo gracia.

—No puedo, me siento un poco enferma Alex. —mentí otra vez.

—Oh, signora bella. ¡Entonces vamos a tu casa!

—¡No! —exclamé al instante con los ojos abiertos. Luego me di cuenta de el error...— digo, no, no quiero molestar. Tranquilo —reí falsamente esperando que esta conversación acabara.

—¿Estas bien? Porqué en seri...—

—Si, mi amor. Vayan, vayan sin mi. Estoy bien —le sonreí al teléfono aunque sabía que no me veía.

—Hm, bueno... cualquier cosa nos avisas. Te quiero, linda.

—Por supuesto. También te quiero, adiós.

Colgué y me concentré en respirar normalmente otra vez. Por instinto cerré los ojos y suspire. En ese momento fue cuando abrí mis ojos de golpe cuando una voz grave me sorprendió en mi soledad.

—¿Era tu novio? —Yo conocía esa voz, fruncí el ceño.

—¿Y a ti que te importa? —le reproché.

—Mucho —gruñó, me voltee para encontrarme con sus ojos, los cuales estaban oscurecidos por una razón desconocida, sus puños estaban cerrados con una fuerza tan exagerada que sus nudillos se tornaron de blanco y arrugaba levemente su nariz.

—Al punto Darren. ¿Por qué me citaste aquí?

—Necesito explicarte las cosas, nada es lo que parece.

—¿A qué te refieres?

—Yo no hice precisamente lo que tu crees que hice.

—¿Qué quieres decir con eso? —El hombre comenzaba a exasperarse, pero yo no tenía la culpa. Él viene con su juego de palabras queriendo que yo entienda todo con pequeños acertijos, pues no. Ahora que me explique. 

Darren comenzó a caminar en círculos mientras pasaba su mano una y otra vez por su cara demostrando su nerviosismo.

—No creí que aceptarías venir, no me preparé ¿sabes? —se excusó— ¿podemos sentarnos allá? —yo asentí e inicié mi caminata hacia un pequeño muro que estaba en medio del camino entre el muelle y nosotros.

Mientras escuchaba como Darren se maldecía en susurros, me dediqué a observar la luna, la cual estaba simulando una sonrisa muy fina, sin pensarlo solté un suspiro de exasperación y desvíe mi mirada una vez más hasta el hombre que ahora me observaba detalladamente.

—Taylor, lo siento...

—¿Por qué? No deberías, tu has hecho todo perfecto —reí con ironía— Eres un asesino, matas personas y eso fue lo que hiciste. ¡Mataste a toda mi pobre familia! ¡Tú! ¡Tú los mataste! —Mi dedo lo señalaba acusadoramente y mi nariz se expandía constantemente a causa de la rabia acumulada— ¿Sabes qué pasa, Darren? —No deje que terminara ya que quería seguir desahogandome, necesitaba hacerlo— pasa que he estado todos estos meses esperando una explicación y ahora que me la quieres dar, no puedo.

"¿Y sabes por qué no puedo? —lo miré furiosa sin pensar que podía sacar un arma y matarte si quería— ¡Porqué te odio! —le grité— ¡Te odio con todas mis fuerzas! ¡Asesino! —mis nervios se intensificaron y me levanté agresivamente de mi asiento para acto seguido, mi acompañante hacer lo mismo— ¡Eres un bastardo sin corazón! ¡¿No tienes familia?! —Por impulso inicié una oleada de golpes contra su pecho, golpes que acompañaban mi histeria y mis lágrimas— ¡Eres una porqueria! ¡Idiota! —Darren tomó mis manos para detener los golpes y me apegó a él instintivamente. Me miraba impasible y observé como su respiración iba en aumento a medida que seguía insultandolo. Toda la ira que llevaba por dentro salió a flote y con ella también todo el dolor. Seguía gritándole sin preocupación, pues allí no había nadie. Por mi boca salían todos los insultos conocidos por el hombre y por mi, o por lo menos los más hirientes. 

—¡YO NO MATÉ A TU FAMILIA! —gritó él soltándome rápidamente y alejando se mientras se tapaba el rostro con sus dos manos. Mis gritos cesaron instantáneamente al momento que mis ojos se abrían a gran tamaño.

—¿Qué? —inquirí en un susurro.

—¡Que yo no maté a tu familia, no la maté! —Esta vez fui escrutada por su mirada que me observaba nervioso a la espera de cualquier reacción. Fruncí el ceño...

—¿Esperas qué me crea eso? —reí cínicamente— si todos estos meses me has escupido en cara que tu los mataste.

—Pero no lo hice, Taylor, tienes que creerme. ¡Por favor! —Por un mili segundo su voz logró convencerme pero rápidamente deseché esa idea. Bufé indignada y con una negación de cabeza me voltee sobre mis pies para largarme de allí, pero como todos esperaban, hasta yo, una mano me detuvo en mi huida para luego darme vuelta suavemente. Mi mirada conecto con la suya, la cual estaba cristalina por las lágrimas que amenazan con salir y por primera vez en mi vida creí que podría ver a un hombre llorar, pero no fue así. Él respiro profundo como tragandose todo sus sentimientos y susurró con la voz mas gruesa de lo normal— por favor, te lo suplico.


Me dirán la mas hija de su mamá de todas pero, ¿quién dice que no este fingiendo? No podía creerle. Era un tema muy delicado. Vamos, no me miren así. ¿Qué harían ustedes en mi lugar? Además, mi orgullo es mas grande que yo. Mi naturaleza no permitiría perdonarlo de una vez, simplemente no podía. Con toda la delicadeza del mundo solté mi brazo de su agarre y en un apenas audible lamento pronuncie aquella palabra.

Adiós... —y me largué de allí










N/A: oigan pues quiero agradecerles, y... ¡POR FAVOOOOR! Den like a la página de Facebook de la novela :) visiten mi perfil en wattpad y allí esta el link.

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