Mines, un príncipe de Egipto, y heredero del trono del rey Klalid, es el consentido del reino. Pero es uno de los príncipes mas humildes que puedan existir, preocupado por los esclavos, los siervos y todo el resto de palacio.
Siempre acompañado d...
– Estás listo – exclamo, Mines se da la vuelta y nuestros rostros quedan muy cerca, no intentaba hacer nada, pero él heredero al trono se levanta ligeramente de pies, acerca sus labios a los míos y me besa.
– ¿Y eso? – le pregunto una vez que el beso termina.
– Lo lamento, si fuera por mí me quedaría contigo, pero la sangre real es más fuerte que los sentimientos que pueda tener.
– Sabes muy bien que lo entiendo – confieso algo triste – pero basta de disculpas, ya es hora, recuerda que el novio tiene que estar en el trono antes que la novia – Mines asiente y junto a mí, nos vamos de su habitación y comenzamos a caminar hacia el salón del trono.
Dentro de mi habitación o la de él, somos una sola persona, pero aquí afuera ante todo el mundo, solo somos dos príncipes que son amigos, y eso es lo que tenemos que demostrarle al Reino.
Luego de que nos anunciaran, y de que todo el mundo admirara la belleza que es Mines, me encuentro con la Reina Niss.
– ¿Por qué se cambió el collar rojo? – me pregunta con un tono de simpatía algo falso.
– El oro y diamante le queda mejor al futuro Rey de Egipto, ¿No cree? – le pregunto, con el mismo tono de voz que ella usó conmigo.
– Lo sé, pero intenté de todo para que usara aquel nuevo collar, de seguro te tiene mucho cariño, ya que yo no logré que él aceptará usarlo – dice Niss, yo solo asiento ante su comentario, ella pasa por un lado de mí, yo camino hasta llegar a la parte alta del salón del trono, me quedo junto a Hathor y mi hermano.
– Vi a Cristal – dice Hathor – está hermosa.
– Debe estarlo – respondo con un sarcasmo que no pude ocultar. Luego de unos segundos más de charla, todos se quedan en silencio. Mines, al cual había perdido de vista al momento de entrar al salón, se ubica al frente del trono del Rey, él anunciante grita y todos se voltean para la puerta principal para ver cómo es la entrada de Cristal, y nadie más nota, que Mines tiene la mirada puesta en mí, y yo en él.
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