18 "Rojo Cordial u Oro Reinante"

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LUKMAN

Palacio es un caos, siervas corren por los pasillos con telas, joyas y maquillaje para la futura Reina de Egipto. Mines está igual de nervioso, lo he visto súper poco estos últimos días, principalmente por que la boda llegó más rápido de lo que esperaba.

Camino decidido para llegar a la habitación de Mines, quiero desearle suerte y todo eso, pero más importante, quiero verlo, ya que después de todo; hoy cuando diga Acepto ante todo el reino, él dejará de ser mío, y lo sé porque Mines ha estado distante estos últimos días, debe sentirse culpable o algo así.

– Príncipe – el guardia que está en la puerta de la habitación de Mines me saca de mis pensamientos.

– Quiero entrar – digo con confianza, él me abre las puertas y entro a la habitación del caos.

– No me gusta ese color de joyas – dice la Reina Niss, la esposa del Rey Klalid.

– A él le gusta el rojo, ¿Y si probamos joyas rojas mi señora? – le pregunta Yenut a la Reina con respeto al hablarle.

– Tal vez – dice la Reina confundida – ¡Joyas rojas! – grita ella una vez que lo piensa, dos siervas corren a la caja en la que Mines guarda sus joyas y se las entregan a la reina, camino hasta dónde están y me quedo a un lado de la Reina Niss.

– ¡Lukman! – Exclama ella – ¿Ya estás preparado? –

– No soy yo el que contrae matrimonio está tarde mi señora – le agrego, mientras Mines que estaba de espaldas reconoce mi nombre y mi voz, lo que lo hace voltear y sonreírme.

– Debería ir a ver a Cristal – dice la reina algo cansada – ¡Siervas! Vamos a la habitación de Cristal – ordena ella, a lo que las siervas aceptan asintiendo y caminan con ella, la reina abandona la habitación, y el único que queda en la habitación es Yenut.

– Puedes irte Yenut, voy a descansar un poco antes de ir al salón del trono – le dice Mines a Yenut. Lo cual él acepta a gusto y se va, dejándome a solas con Mines en la habitación.

– Estás lindo – agrego.

– Igual tú – confiesa él avergonzado.

– ¿Estás listo?

– Todo el día me lo han preguntado, y para todos la respuesta ha sido "Si", pero a ti no puedo mentirte, estoy aterrado – dice él, tomando asiento en su cama, y yo a su lado.

– Es normal, hoy te conviertes oficialmente en el futuro Rey de Egipto, tendrás esposa, y bueno... tú y Cristal... ya sabes.

– ¿Qué? – pregunta él.

– Pues... tú y ella, tendrán intimidad – agrego avergonzado.

– Lo había olvidado – dice Mines – Ahora estoy sumamente nervioso.

– No tienes que estarlo, estás listo para esto y para mucho más – le animo – serás el mejor Rey que Egipto pueda tener.

– Aún falta mucho para que sea Rey.

– Pero ya vas para la mitad del camino – le digo sonriendo – Oye, ¿Te aconsejo algo? – Mines levanta la mirada, su collar color rojo no deja de molestarme, ¡se va casar maldita sea! Tiene que dejar de ser sencillo alguna vez.

– Usa la joya de allí – le señalo un collar con bastantes joyas, todas bañadas en oro y con bordes de diamantes, el color amarillo hace resaltar su rostro blanco, yo lo sé.

– ¿Por qué? – me pregunta él.

– Te hará ver más guapo – él me sonríe, se pone de pie y toma la joya, se quita la roja y comienza a ponerse la que le he aconsejado, noto que tiene problemas al anudar la parte de atrás, me pongo de pie y camino hacia él, me pongo detrás y yo le hago el nudo.

A Escondidas Del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora