Atreverse a dejar los recuerdos atrás.

633 6 0
                                    

Mirar atrás suele ser difícil. Más aún cuando el pasado que esta impregnado en las marcas de mis pasos, llegó a dibujar tantas sonrisas en mi rostro. Pero aquí estoy, en el final de un camino que me impide regresar, y sólo teniendo  delante la caída libre por un precipicio desconocido.

Puedo quedarme aquí de pie, observando lo que fui ayer… lo que fuimos.  Recordando cómo fue que comenzó todo, y también la manera en que terminó. Recordando nuestro tan encantador, dulce y torpe primer beso, y tratando de rememorizar cuál fue el último, que si hubiese sabido que ya no habrían más después de ese, seguro hubiese sido más largo, más cálido, con todo mi amor acumulado, dejándolo tatuado en tus labios.

Los cambios repentinos suelen ser escandalosos para nuestra comodidad, y aunque en ocasiones son necesarios, la sensación compresora de emociones no deja de aturdir nuestro presente. Sé que no puedo quedarme aquí, inmovil, mirando hacia atrás, recordando, sufriendo, anhelando con fuerzas vanas regresar a lo que alguna vez fue una bonita historia de amor.

No eres la misma persona que miro en estos momentos al final de ese largo trayecto ya recorrido, tampoco yo lo soy… y a pesar de que ambos hemos cambiado, tu ya brincaste tu propio precipicio. Tu si tuviste el valor, a ti no te costó saltar al vacío y dejar mi recuerdo atrás, y siempre te admiraré por eso. Te admiraré, y si me quedo aquí, sólo mirando, también te odiaré… lo sé.

Estoy a un pie de caer  y no alcanzo a ver  un fin. Sé que una vez que salte, ya no podré regresar… Pero también sé que no puedo quedarme para siempre, aquí, donde ya no queda nada para mi. Si salto, me aventurare a un nuevo mundo, que bueno o malo, me permitirá seguir y brincar otros precipicios, escalar otras montañas. Si me quedo, veré como mi soledad y los recuerdos me consumen hasta quedar en huesos. Lo mejor es saltar, lo sé, pero tengo miedo. Miedo de soltar mis recuerdos y ver como me alejo de ellos a gran velocidad, ya sin oportunidad de abrazarlos, sin oportunidad de intentar revivirlos.

Tú saltaste, te liberaste de mi. Te diste otra oportunidad. Tomaste vuelo, fuiste valiente, ignoraste el lodo seco en tus zapatos gastados por tantos errores en el camino que había tras de ti, nuestro camino. Me dejaste contando las piedras con las que tantas veces tropezamos… y saltaste.

Reúno valor para hacerlo también, debo hacerlo… porque no me queda otra opción en la que pueda haber una esperanza de sobrevivir. Sobrevivir a tu recuerdo. Ese precipicio será un obstáculo más, superado  en mi vida. No me quedaré aquí, amándote y odiándote al mismo tiempo. Aquí, con frío, con esperanzas muertas, con ”si hubieras… si hubiera”. No. No me quedaré con tu recuerdo pero sin ti.

Necesito despedirme de los besos, de las caricias y las promesas rotas. Necesito despedirme de los planes que no se cumplirán y las ilusiones que perdidas estarán llorando. Me despido de las piedras que fingiendo ser amigas me invitaban a tropezar nuevamente. Limpio mis zapatos del lodo que por poco se secaba en este pedazo de suelo, dejándome atrapada en tus recuerdos. Y me despido de ti… dejo a tu fantasma, el que me amaba, para no bloquear la posibilidad a alguien que quiera realmente estar conmigo. Y me despido de tu amor… Me despido de quien te amaba más que a sí misma, de quien creía que era yo, para ser la valiente que también salta al vacío en busca de algo mejor.

Es el momento, es ahora.

Yo Después De Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora