Who is Dead?

«CAPÍTULO OCHO»

Jacob sonrió y asintió.

—Aunque sea nos sacrificamos por nuestros compañeros y hacemos lo posible por salvarlos—sonrió—. Es muy triste cuando la gente muere, cuando las personas que quieres... se van—una mueca triste se formó en el rostro de la chica.

Se bajó del juego y empezó a caminar, Jacob la siguió, era una noche muy tranquila y silenciosa.

—La muerte no es un lugar tan dulce, es negra y te encuentras solo. Aunque... es como estar vivo ¿No crees? En algún momento nos quedaremos solos. Namie, yo e inclusive tú—Alex se volteo a admirar a su compañero, unos largos minutos—. Nos vemos mañana, Jacob.

Extendió su mano y Jacob la estrechó. Alex las observó unos minutos, sonrió y se fue.

[...]

Varios días pasaron y todo era igual. Nadie les hacía caso a Jacob y a Alex. Todos los días ellos pasaban juntos, en el almuerzo, después de clase, e inclusive a veces se encontraban en las mañanas para ir juntos a la escuela. Alex poco a poco se fue acostumbrando a la cercanía del chico y a Jacob le encantaba la idea de que Alex por fin lo haya aceptado.

Channel se encontraba junto a su novio y su hermana en la biblioteca buscando entre los anuarios antiguos.

—¡Es inútil! —grito enfurecida—. ¿Encontraron algo?

—Nada—suspiró Bill cerrando el anuario—. Esa foto desapareció como si de un fantasma se tratara.

—Será porque es la foto de un fantasma—dijo irónica Paige—. A veces no si eres o te haces.

—Que sea de un fantasma no significa que tenga que desaparecer.

—Pero tampoco significa que tenga que estar.

Bill y Paige se fulminaron. La mayoría del tiempo ellos dos peleaban por cosas mínimas y no se llevaban mal simplemente tenían la necesidad de hacerlo.

—Basta ustedes dos—dijo Channel cruzada de brazos—. Moveré cielo y tierra hasta encontrar esa maldita foto, no me interesa si es lo último que haga.

El timbre sonó e instantáneamente Channel soltó un bufido.

—Vámonos, volveremos mañana.

Los tres chicos salieron de la biblioteca y se encaminaron a su clase. Poco a poco los alumnos llegaban hasta que se llenó completamente.

El profesor Cam caminaba con pesar mientras cargaba un pequeño maletín negro. Caminaba como si en este hubiera algo realmente pesado. Deslizo la puerta y entró al salón.

Todos los alumnos guardaron silencio al verlo. Traía unas ojeras muy grandes y su ropa estaba un tanto desaliñada.

—Chicos...—habló cansado, como si hubiera corrido una maratón—. Lamento que esto esté ocurriendo, créanme que he estado haciendo lo posible para que se gradúen este verano pero... toda la carga de todo lo que está pasando realmente me...—hizo una mueca—. Está cansando. Por favor les pido que me perdonen por lo que verán a continuación y pido una total discreción.

Todos los alumnos se miraron confundidos.

El profesor Cam metió la mano en su maleta y sacó un cuchillo realmente afilado mientras soltaba un grito.

Inmediatamente lo apunto hacia su cuello. Una mano empujaba el cuchillo mientras la otra trataba de evitar que esta avanzara.

Todos los alumnos se encontraban estupefactos antes lo que veían sus ojos.

Channel soltó un jadeo y Paige tenía una terrible mueca de horror en el rostro.

Cam siguió luchando contra él mismo hasta que finalmente se incrusto el cuchillo en el cuello causando un sonido desagradable. Todos soltaron un suspiro ahogado. Jacob inmediatamente se puso una mano en el cuello mientras Will intentaba retener las ganas de vomitar.

El profesor empezó a incrustarse cada vez más el cuchillo logrando con unas pequeñas gotas de sangre le salpicaran en la cara a Megan. Lo incrustó más profundo y alzó la cabeza mirando a sus alumnos mientras una risa psicópata salía de su garganta.

Jacob tragó saliva.

Cam se empujó a él mismo contra el pizarrón profundizando más la puñalada y finalmente se quitó el cuchillo del cuello. Una buena cantidad de sangre salió disparada hacia los alumnos desde su cuello, manchando a todos en especial los que se sentaban adelante: Megan, Paige, Isabella, Channel y Thomas.

El cuerpo del profesor cayó pesadamente al suelo ante la mirada absorta de sus alumnos.

Un pequeño silencio se hizo en el aula.

Hasta que Isabella lo rompió soltando un grito desgarrador, todos imitaron el acto y salieron corriendo del salón. Rouse estaba llorando en su mesa, Megan se había quedado shockeada tirada en el suelo y Will había empezado a vomitar.

Jacob se acercó lentamente hasta el cuerpo aún con la mano en el cuello.

El bibliotecario llamado Joseph se acercó corriendo hasta la escena al escuchar tantos gritos.

—¡Salgan todos de aquí! ¡Namie! —la chica lo miró—. Avisa a los superiores que llamen a una ambulancia.

La chica asintió y se fue corriendo a donde le indico el bibliotecario.

—Vámonos Jacob. Al parecer el encanto no funciono este año.

Alex y Jacob salieron del salón y todos los estudiantes los miraron. En especial Will, Bill, Paige y Channel, está última estaba abrazando a Isabella, quien no dejaba de llorar, y miró con odio a los últimos salidos de la clase.

El bibliotecario salió y se acercó a Jacob y a Alex.

—Ella me contó de ti. Ya no hay nada que podamos hacer, la calamidad ha empezado y todos moriremos en todo el año—sin más se fue.

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