Capítulo 4: Primer enfrentamiento con Malfoy.

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Al contrario de los demás días de su corta vida, aquella mañana no despertó ni por el sonido de los elfos, ni la luz del sol que le daba directo al rostro al amanecer para despertar primero que todos, ni siquiera por los gritos de sus padres cuando el sol no la despertaba al estar el cielo nublado. Esta vez estaba siendo ligeramente sacudida, seguida de una suave voz llamándola, a lo que reaccionó a los pocos minutos, dándose cuenta de que quien la estaba llamando era su prima.

— ¿Me quedé dormida? —preguntó la castaña pasando su mano por su rostro para terminar de despertarse, creyendo que su prima la había despertado porque iba tarde a clases.

— No, apenas son las siete, las clases empiezan a las nueve— respondió la rubia como si nada, mientras su prima se fijaba que esta ya estaba vestida. Cuestionándose este hecho.

— ¿Qué haces con el uniforme entonces? —preguntó sentándose en la cama cruzada de brazos, sabía que nada bueno respondería ella.

— Debemos bajar, nos están esperando, debes asearte y vestirte— respondió Narcisa alejándose de la cama de su prima para ir hacia la puerta, mientras la castaña confirmaba sus sospechas—. Los baños están al fondo del pasillo, estaré abajo...—agregó antes de llegar a la puerta.

— ¿Quiénes nos esperan? —preguntó Hydra antes de que la pequeña bruja saliera. Aunque ya sabía la respuesta...

— Mis hermanas, los Lestrange y Malfoy...— respondió haciendo que Hydra se lanzara frustrada de nuevo a su cama.

— Bien, dormiré una hora más entonces, no quiero tener que tratar con ese niño— dijo como si nada mientras se arropaba con sus sábanas.

— Es tu prometido Hydra...—le recordó la inminente y aterradora verdad—. Y está furioso...

— ¿Crees que me importa que esté furioso?, no es más que un arrogante, niño malcriado, que cree que le pertenezco— casi gritó con rabia, con la precaución de que nadie fuera de la habitación la escuchara. No le convenía que aquella conversación llegara a los oídos de su padre.

—¿Podrías callarte de una buena vez e irte? —preguntó de golpe su otra compañera que había casi olvidado, mientras esta se retorcía en sus sábanas.

—Ya salió el sol deberías salir de la cama en vez de estar mandándome a callar—le respondió Hydra saliendo de su cama furiosa.

— Lo dice la niña que no quiere salir de aquí...—le retó la pelirroja saliendo de debajo de sus sábanas—. Muchas matarían por ser la prometida del heredero de Abraxas Malfoy, en cambio tú solo vives quejándote...—agregó logrando enfurecer a Hydra. No tenía ni idea de ni con quien se metía, ni de que hablaba.

Por lo que en un solo movimiento la castaña dio la vuelta a su cama y sacó la varita de debajo de su almohada, en donde acostumbraba a colocarla desde que se la compraron. Para luego apuntarle a la chiquilla.

— Hydra, por favor, no te metas en más problemas...

— Cállate Cissy, que esta no tiene ni idea de con quien se mete— le dijo a su prima con una sonrisa perversa que nunca antes esta había visto para luego ver a la chica—. No tienes ni idea de con quien hablas niña, soy Hydra Black, primogénita de una familia ancestral, y nadie me habla así...—soltó con tal arrogancia que se sorprendió a sí misma, pero estaba demasiada furiosa para pensar. Esa niña no tenía ni idea de la familia que se gastaba, y porque tenía derecho a quejarse—. Así que esta vez te dejo ir con una advertencia, pero la próxima vez, recordarás mi nombre por lo que te queda de vida...—agregó furiosa antes de bajar la varita y la niña volver a respirar para luego asentir.

Los comienzo de una mortífaga (SLM#0.5). (Lord Voldemort). [Próximamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora