Parte 19

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Llevaba toda la tarde con el culo inquieto. Nada más acabar de comer, había salido pitando hacia el centro comercial para comprar algo que ponerme y algunos ingredientes para hacer la cena. Estuve yendo tienda tras tienda volviéndome loca por encontrar un vestido para la ocasión. En fin, que acabé con un vestido fino rosa muy elegante, un bolso negro del cual me había enamorado a primera vista, algunos cuantos accesorios y la bolsa del supermercado llena. La mitad de cosas que había comprado no iban a ser para la noche especial, pero como a cualquier chica, las ganas me volvían loca.

Tras la compras había ayudado a mis padres a cocinar. Bueno, "ayudar", yo, al contrario que toda mi familia, lo único que sabía hacer era una ensalada, de las sencillas.

Preparé la mesa y me encargué de que mis hermanos se estuvieran vistiendo. Alex, como no, llevaba desde la mañana preparada, y se veía que estaba más inquieta que yo. No paraba de moverse delante de mí para preguntarme cosas sobre él, para así, "No poder meter la pata".
Cuando pude darle esquinazo, fui con mi padre, Josh. Llevaba un traje azul oscuro, iba muy bien peinado y sus gafas negras reposaban en la mesa dobladas. Estaba intentando ayudarse la corbata azul, pero se frustrada a cada intento.

-Anda, espera.- me acerqué a él y aparté sus manos para hacerlo yo.- Cómo es que no te sale hacerlo si siempre llevas corbatas?

-Siempre las dejo con el nudo. Pero esta corbata es nueva.

Estába concentrado mirando mis dedos maniobrar. No parecía emocionado con la idea de que Luke viniera a cenar.

-Oye, que si no quieres venir, no hace falta que lo hagas.- le dije sinceramente.

-Estoy preocupado, nada más. Eres mi pequeña, y no quiero que te hagan daño.

Levanté la vista.

-Ya lo sé. Intento tener cuidado.

- El que va a tener que tener cuidado va a ser él, o acabará con la piernas rotas y conmigo y Mikel corriendo detrás de él.

Solté una pequeña carcajada y le miré con todo el amor que se le puede tener a un padre. Él abrió sus brazos, como cando era pequeña, para que me hundiera en ellos.

-Lo digo en serio, cualquier cosa llámame.

-De acuerdo.

Salí de entre sus brazos a mala gana y fui a mi cuarto. De momento todo iba perfecto. Mikel se estaba duchando, así que me salté su inspección y fui a vestirme.

-Alex, por favor, comportarte.- le rogué -No digo que no le hables, pero por favor, no grites ni le acoses. Es una persona normal y corriente...

Levantó la mano y la puso en su frente, imitando un saludo militar- A su órdenes,  capitán. - bromeó.

En el jardín estaba la gran mesa, con sus platos y tenedores de plata en su sitio. Habían luces colgadas alrededor del porche ya que se iba oscureciendo.
Todo estaba perfecto.

El sonido del timbre nos puso a todo el mundo en alerta y mi hermana soltó un gritito ahogado

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El sonido del timbre nos puso a todo el mundo en alerta y mi hermana soltó un gritito ahogado.

-Dios...- murmuré

Fui a la puerta y la abrí.
Allí estaba él, vestido con una camisa blanca y unos pantalones de traje bien planchados. Llevaba el pelo ligeramente removido, detalle que me decía que estaba nervioso y por eso se había pasado las manos por entre su pelo.
Llevaba solo unas horas sin verle, pero parecían años. Le había echado muchísimo de menos. Me lancé a abrazarlo, pero, colgada de su cuello, no noté que me lo devolviera. Me separé de él, algo más nerviosa. Parecía que Luke tenía las manos ocupadas, ya que las tenía a sus espaldas. Achiqué los ojos y le miré curiosa. Él se dió cuenta de mi cambio de humor y en su rostro apareció una gran sonrisa traviesa. 

-¿Que tienes ahí?

-¿Donde?

Dí dos pasos hacia él e intenté alcanzar lo que fuera que tuviera, pero me esquivó.

-Venga, enséñamelo.- dije poniendo morritos.

-Cógelo tu misma.- me retó.

Basándome en sus palabras, volví a intentar coger aquello por el otro lado, pero nada, otro esquinazo. Insistí alargándome, pero notablemente él era mucho más grande. Durante mi cuarto intento en conseguir mi regalo, Luke cogió mi cara y estampó sus labios contra los míos. Era un beso dulce y a la vez desesperado. Me acariciaba la mejilla mientras movía sus labios contra los míos. Temía que mi familia nos estuviera viendo, así que rompí el beso de mala gana. Me giré y, afortunadamente, descubrí que nadie nos estaba espiando.
Cuando volví la cara hacia la de él, sostenía un ramo de flores de todos los colores y formas. Sus facciones se habían dulcificado, y sus ojos brillaban con orgullo al ver lo contenta que me había puesto.

-Me encantan- dije sin aliento.

Me guiñó un ojo y me las dió. El ramo tenía un lazo rojo alrededor del papel plateado. Tenía una pequeña tarjeta colgando de la cinta que ponía: <<Para la dueña de mi corazón.>>
Me emocioné y, para su sorpresa, me lancé a besarle. ¿Que había hecho para merecerme aquello? ¿Como podía tener a tal joya como novio?  

-¿Estás llorando?- me preguntó cuando nos separamos.

-No.- mentí.

Me giré y me sequé el par de lágrimas que habían salido de mis ojos. Abrí la puerta y dejé que pasara al interior.

No había ni rastro de mis padres ni de mis hermanos en casa, así que le llevé ha la terraza. Y allí estaban ellos, con sus mejores trajes y ordenados por edad. Increíble... Eso era demasiado. Miré a Luke, que  parecía que de momento no quería salir corriendo.

-Bienvenido.- dijo mi padre acercándose a nosotros.

Le tendió la mano a Luke, quien se la estrechó fuertemente. - Estamos encantados de conocerte.

-Si, ¡mucho!- soltó mi hermana conteniendo la emoción. Se acercó a nosotros.

-Tu debes de ser Alexandra. Sabía que Cass tenía una hermana, pero no que fuera tan guapa.- dijo mientras me miraba. Giró su rostro hasta mi madre- aunque con esos genes no me extraña.

Alex parecía que iba a desmayarse. Se había puesto roja y parecía que aguantaba la respiración.

Se estaba ganando a mi familia en un abrir y cerrar d ojos. Mi madre se acercó también, y le dió dos besos a Luke en las mejillas. Mi madre estaba preciosa, con una gran sonrisa y lo ojos iluminados. Su vestido llevaba alguna que otra flor dibujada, y le daba un aspecto más joven y alegre. Y aquella era la versión de mí madre que ma me gustaba, no la última, la que estaba nerviosa por llegar a fin de mes, la que trabajaba duro para mantenernos. Echaba de menos a mi madre.

Apenas noté cuando Luke me cogió la mano suavemente y entrelazó sus dedos con los míos.
Mi familia había empezado a sentarse.

-¿Estás bien?-

Dirigí mi mirada nostálgica hacia él. Me miraba con aquella sonrisa de lado arrebatadora, pasándose los dedos por el pelo. Me mordí el labio, me hormigueaban los dedos con sólo pensar en tocar su pelo.

Asentí con la cabeza en respuesta y, sin darse cuenta, me dió un leve beso en los labios.

Los murmuros de mi familia se pagaron, y sabía que nos estaban mirando. Pero Luke parecía no darse cuenta de nada.

-Irá todo bien.

Un baile de dosΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα