capítulo 8: "Nada como el primer día"

160 17 2
                                    

Sander:

Lunes

Aún cuando para muchos la escuela era una desgracia, para mi no tanto.

Pasé casi toda mi vida con institutrices que nos acompañaban en los viajes que teníamos constantemente ya que a mamá nunca le gustó la idea de dejarnos solos.

Siempre estábamos alrededor de nuestros padres, esa es una de las razones por la que, aunque vivíamos en Argentina no siquiera tengo el acento, porque en nuestro entorno siempre se hablaba inglés.

No tuve esa gran oportunidad de compartir a diario con amigos, así que de un modo u otro me alegra ir al colegio.

Me levanté temprano y me dirigí directamente al baño, luego de una larga ducha, me vestí con unos simples vaqueros negros, camiseta blanca, converse blancos.

Después de desayunar, me despedí de nata y las gemelas que también comenzaban sus clases hoy, tomé rumbo a la escuela en mi auto regalado cortesía de papá de bienvenida a nuestra nueva ciudad hogar, pero en realidad creo que es más un premio de consolación por volver a alejarnos de casa, también a Natasha le regaló uno.

La única desventaja hasta ahora es que son cuarenta minutos de camino.

Llegué a mi destino, estaba repleta de adolescentes alocado por todas partes, nada que no me esperarse, todo normal.

Digo, no es como si me esperas que recibieran con un musical, tampoco es como si no supiera como eran estas instituciones.

Estacioné en el parqueo frente a la escuela y me dirigí hacia la entrada mientras caminaba mirando la estructura de escuela, que era un edificio con varias plantas y un área bastante espaciosa.

Desde la donde me encontraba podía ver un asomo de las diversas cancha deportivas con las que contaba el lugar. Además tenía entendido que también había piscina y una pequeña estancia aparte para los clubes.

Todo un colegio de alta gama, como diría mi madre.

No voy a decir que da igual estudiar en una institución pública que privada, las comodidades de esta última salían a plena vista más las oportunidades que conlleva.

SIn embargo no me importaban esas diferencias, hubiese aceptado estudiar en cualquier parte. La escuela no define la calidad de un futuro profesional, el profecional define la calidad de su antigua escuela.

Estaba tan obasorto en detallar cada mínima parte que no me percaté de un chico delante mío, así que sin más remedio Tropecé con él.

Era más o menos de mi estatura, pelo marrón y perecía un poco intimidante, le acompañaban dos chicos uno rubio y otro castaño.

Los tres chicos malos, pensé apenas ver la cara de rabia del protagonista de mi reciente altercado.

-¡¿Por qué no miras donde caminas?!- me gritó acercando su cara a la mía.

-Venia distraído, lo siento, tú también deberías fijarte por donde vas- replico en un tono bastante calmafo, sin mostrarle miedo, lo que pareció molestarle aún más.

-¿Y quién te crees que eres para hablarme así?- se acerca aún mas.

-Al igual que tú, nadie demasiado importante- me mantuve en el. Mismo lugar sosteniendo su mirada y los chicos que lo acompañaban se echaron a reír, pero este les dio una fulminante mirada y sus risas cesaron de inmediato.

¿Esto era en serio? Parecían los típicos idiotas de colegio de esas películas juveniles que tanto he odiado toda mi vida.

-¡Increíble!- exclamó una voz con euforia a mi espalda- veo que te encontraste un rival, tal vez este año te quiten el trono- voltee para ven quien era.

Tuviste que Ser Tú [CORRIGIENDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora