Sabía que si dormía tendría esos sueños, aquellos en los que aparecían mis más tormentosos recuerdos; pero había esos días en los que lograba tener un lindo recuerdo-sueño, aquellos en los que estaba Lana de chiquita, mis primeros trofeos, las competencias deportivas. Pero no todo fue bueno, fueron años que jamás recuperaré, años de mi vida en los que pude haber hecho amigos; a los 5 pude haber tenido mis primeros amigos, pero en vez de eso tuve mi primera clase de inglés, matemáticas, español y biología; a los 6 ya recibía educación por parte de 11 profesores, tres de ellos intentaban enseñarme idiomas; a los 7 ya podía mantener una pequeña conversación en inglés con mi padre; a los 8 podía resolver operaciones matemáticas que otros niños no aprenderían hasta los 11. Y seguí así hasta los 14 cuando ya podía hablar italiano, inglés y alemán. Y odiaba cada uno de los idiomas, ¿¡qué carajos hacia un niño aprendiendo todo eso!?
Todos los profesores que había tenido a partir de los 12 también comenzaron a instruir a Lana; y por suerte divina ella decidía escapar de los maestros y salir a correr al jardín con su fiel perro Lukas. Lana había estudiado en colegio desde que adquirió la capacidad de razonar, lo cual fue a temprana edad, de una u otra forma a mis progenitores les parecía una encantadora idea (y un peso menos al tener que salir a atraparla para que tomara las clases particulares). Pero también tenía esos en los que no sabía clasificar como buenos o malos; el día en que Marissa llegó tocando a mi puerta por algo de trabajo (o algunas monedas), el día que conocí a Emily y sentí un terrible asco, y aquella tarde nublada en que se leyó el testamento del abuelo y resulté el heredero mayoritario. En algún momento de la noche caí dormido en la oscuridad sin darme cuenta. Tal vez las suaves y acompasadas respiraciones de Emily ayudaron de algo.

¡No pienso estudiar eso!rugió Lana pataleando ¡Odio a la señorita Carla!

¡Lana! Por favor sé algo más respetuosainquirió mi madre clavando la mirada en Lana.

¡Adam! tiró de mi manga¡dile algo!

Lana es muy tonta para asistir a las clases particulares, madre. admití desdeñosamente.

¿Lo ves? abrió los brazos de manera exagerada para después echar su cabellera hacia atrás ¡me gustaría entrar a una escuela! ¡Con más niños!


Abrí los ojos con lentitud y fije la vista en el espacio vacío de la cama, Emily no estaba.
Me incorporé despacio mientras frotaba mis ojos. ¿Dónde diablos se había metido ahora? Salí de la cama con bastante pereza y arrastré los pies hasta el cuarto de baño, me sentía descansado físicamente, por primera vez en mucho tiempo. Quería hablar con Emily acerca de anoche, claramente no debió pasar nada. Abrí el grifo del lavabo e intenté llevarme una buena cantidad de agua fría al rostro, necesitaba despertarme completamente, y a juzgar por cómo se veían empañadas las ventanas del baño, debía suponer que la temperatura estaba baja. Restregué mis párpados con cuidado para después secarlos con una toalla blanca que yacía a lado de mí. Cuando me dirigí al cuarto lo primero que hice fue ir al balcón después de tomar un abrigo; tenía la corazonada de que Emily estaba afuera, no sería sorpresa que hubiera salido a caminar o a tomar el aire. Para mi sorpresa su delgada silueta estaba arrodillada en el pasto mientras jugueteaba con un perro al que reconocí de inmediato.


― ¿Qué haces afuera? ― pregunté apenas llegué a ella― ¿de dónde vino ese perro?

―Buenos días― contestó apaciblemente―, he despertado temprano y he salido, el perro aquí presente―acarició el lomo del animal―, salió del bosque.

Emily emitió una risita cuando el perro le lamió la mejilla, rodé los ojos y emití un bufido de enfado.

― ¿Cómo dejas que te lama King-Kong?

― ¿King-Kong? ― frunció el ceño y se giró a verme― ¿conoces a sus dueños?

―Es de un ex-compañero de la preparatoria, el perro debe tener como tu edad― me incliné hacia ella―, deberíamos llevarlo.

― ¿No podemos decir que es nuestro? ― Emily miraba tan emocionada al perro que comenzaba a preguntarme si debía ceder a su petición.

―Iré a calentar el auto, trae al perro― Emily seguía sentada jugueteando con el perro―, Emily.

Giró a verme haciendo un puchero.―Es muy bonito.

―Está viejo y le faltan dos colmillos, tráelo.

Emily se llevó una mano al pecho y se levantó del pasto, chasqueo los dedos y comenzó a caminar hacia donde usualmente estaban los autos de servicio de mi padre o mi madre, el perro la siguió sin dudarlo. La pregunta era ¿dónde vivía Sergio?

DEREK'S POV

Tiré de las sábanas que cubrían el cuerpo desnudo de Alelí.

―Eh, detesto decir esto― rasqué mi nuca― pero me encantaría que te retirarás a tu habitación.

Alelí ni siquiera se removió. Golpeé su trasero con fuerza, ésta abrió los ojos sobresaltada.

―Derek― sonreí con picardía―, ¿qué hora es?

―Las nueve y tanto― le pasé la ropa de la que se había desprendido la noche anterior―, ¿prepararás el desayuno?

―Oh no― se levantó rápidamente y tomó sus prendas― Adam me pidió que prepara el desayuno para él antes que el de todos― abrochó con rapidez su sostén―, lo siento, me voy ya.

La tomé del brazo y estampé mis labios en los suyos impetuosa y bruscamente, Alelí se removió incómoda, le azoté una nalgada y sonreí al verla con la mirada baja, igual que siempre.

―Ya te puedes ir, ¿te espero esta noche?

―No lo sé, no puedo salir siempre de mi habitación sin hacer ruido―se encaminó hacia la puerta― ten buen día.

―Entonces te veo en la bodega de vinos― sonreí con picardía mientras Alelí salía aún con las mejillas encendidas y el cabello alborotado.

Si no tenía dinero para pagarme, teníamos que idear otra forma para que lo hiciera.

Me encaminé al balcón que daba al extenso patio trasero de la casa, Adam estaba junto a Emily (los alcanzaba a reconocer), él la observaba detenidamente mientras ésta jugaba con el perro. Parecía decirle algo. Emily era hermosa. ¿Cómo es que Adam la tenía de pareja?

― ¿Dek?

―Adelante.

―Alelí me mandó a decirte que el desayuno está listo― habló mi hermano mientras se sentaba en la cama desecha―, ¿durmió contigo de nuevo?

―Ya perdía la cuenta― le sonreí con cinismo.

―No creo que sea buena idea que sigas con esto Dek, si Adam o nuestro tío se enteran...

Caminé hacia Paul. ―No lo sabrán. ¿Dónde está Miranda?

―Creo que dormida―frunció el entrecejo―, Derek...

―Paul, cállate― me incliné hacia él― y deja de meterte en mis asuntos, vete a leer un libro o a desayunar.

ADAM'S POV

Estacioné el auto fuera del gran portón que protegía la casa, presioné el timbre y esperé junto a Emily y a King-Kong.

― ¿Quién es? ― sonó una voz emergente del timbre.

―Uhm, soy Adam Blair, creo que su perro entró a nuestra propiedad― el portón se abrió en un abrir y cerrar de ojos, una joven rubia emergió, sus ojos estaban abiertos con sorpresa― ¿es su perro?

―Adam... ― esa voz...

― ¿Zoé?

Inconscientemente se formó una sonrisa en mi rostro, seguía igual. Seguía tan hermosa como hace once años. La recorrí con la mirada hasta dar con su abultado abdomen; estaba embarazada.

ADAM - en edición.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant