A lo largo de la vida, nos cruzamos con diferentes situaciones, las cuales a veces, no sabemos como enfrentar o como reaccionar ante ellas. Situaciones que se presentan en cualquier ámbito o bajo cualquier circunstancia.
Con este espacio no buscamo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Cuántas veces no hemos escuchado esto?
Quizá viene a la mente la palabra equipo, ayuda, apoyo... o quizá mi parte perdida.
Lo cierto de "Mejor son dos que uno", significa "Eres tú mi complemento"
Lo que te falta a ti, lo tengo yo y viceversa, es como decir o sentir... tú tienes lo que necesito.
Pero, ¿cómo sé quién es mi complemento?
Debemos tener en cuenta mucho lo "Amarse uno solo primero"
Entre tanta pregunta, queda algo más...
¿Cómo sé que esto es cierto y no es el cuento de mi media naranja?
Primero:
¿Desde cuándo somos frutas buscando algo más de la misma esencia?
Si ya tenemos una parte, ¿para qué queremos la copia de eso?
Compartir algo en común es diferente a ser iguales o compartirlo todo.
No se deje llevar por la filosofía radical "Siempre podrás tú solo sin necesitar nada de nadie"
Penosamente existe.
Si fuese que no necesitaríamos apoyo, ¿habría familia, amigos, hermanos, pareja?
Somos humanos y por ende nos complementamos, porque nuestro centro es amar y compartir.
Son dos mejores que uno, porque si uno hace el otro levanta, si el otro sonríe, el otro sonríe más.
Si el otro se cae, además que el otro se ríe para aliviar el dolor, lo ayuda a levantarlo.
Es que pensar en uno es lo más sencillo que hay, la mentalidad individualista está arraigada a nuestro mundo como cualquier árbol que supere el centenar de años, es así de sencillo que escuchar siquiera que alguien más quiere ayudarnos a llevar nuestra carga, nos asusta, nos indigna, nos llena de dudas.
¿Es esto malo? Creo que no deberíamos preguntarnos eso sino más bien, ¿Qué nos llevó a ser así? ¿Qué hace que nos privemos de la oportunidad de ser complementados? ¿Será el tiempo? ¿Será la distancia? ¿Será el momento de nuestras vidas que estemos pasando? O más bien... ¿serán las experiencias pasadas?
Henry Ford solía decir que las personas gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos. Lo cierto es que sucede algo similar al no abrirnos a la posibilidad de ser complementados por malas experiencias, perdemos no solo tiempo, sino energías... ¿a cambio de qué? Desgano, desesperanza, conformismo, esa amarga sensación de pensar que nadie más nos entiende pero, ¿qué tanto nos estamos dejando entender?
La unidad y amistad no es necesariamente el ensamble de dos personalidades que encajen, pero si el fruto de dos personas en busca de la pieza faltante, aquella que llevará un tiempo encontrar y aún más entender... pero te gozarás en recorrer ese camino.
