A lo largo de la vida, nos cruzamos con diferentes situaciones, las cuales a veces, no sabemos como enfrentar o como reaccionar ante ellas. Situaciones que se presentan en cualquier ámbito o bajo cualquier circunstancia.
Con este espacio no buscamo...
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Vislumbra tu vida por un segundo. Imagina que eres una pequeña semilla que ha sido sembrada y cuidada para que germine. Verás, cómo poco a poco van naciendo tus raíces, luego, casi de la nada, sale un pequeño tallo a la superficie del que posteriormente germinará una hoja. Desde aquí ya estas luchando. Luchas por crecer, siendo un frágil brote que debe enfrentarse a las adversidades del clima y a lo desconocido que lo rodea.
Al superar las primeras barreras, ese tallo se ha hecho más resistente y empiezas a crecer. A medida que pasa el tiempo, las adversidades se hacen cada vez más duras, ya no te enfrentas a simples cambios climáticos. Empiezas a lidiar con los malos tratos de los demás, con organismos parásitos que te enferman, con seres que tienen la capacidad de hacerte daño, y no tienes más camino que defenderte.
Luego, llegan los momentos en los que sientes que tus fuerzas flaquean, que el mundo parece estar en tu contra. Momentos que quizás consideras decir: ¡Ya basta!... ya no puedo más. Tu mente se llena de oscuridad y te siente incapaz, inútil. Te encierras tanto que se te olvida que ahora eres un fuerte árbol; das sombra y cobijo, provees frutos que alimentan el cuerpo y espíritu de otros. Entregas calma y vida a quién de ti necesita.
¿Todos tenemos malas experiencias? Sí, no te alarmes. Hace un tiempo (no muy lejano), la vida me enseñó, casi a los golpes, que los malos momentos son inevitables; incluso necesarios. Se destruyen sueños, se debe decir adiós a personas queridas, se cometen equivocaciones, nos traicionan, pero, ¿quién querría vivir una vida sin tropiezos? El que lo desee no es más que un pusilánime.
La vida jamás será sencilla. A veces caemos y nos duele, sí, pero no por ello debemos rendirle pleitesía al suelo. Piensa que una vez estés allá abajo, irremediablemente solo te que volver a levantarte. No dejes de sonreír si hoy las cosas no se han dado como haz querido, no pagues con otro el daño que te han hecho, no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti. Recuerda siempre, que un soplo de aire fresco no se le niega a nadie.
No pares de vivir y disfrutar de las ambigüedades de la vida. En el momento que lleguen esos instantes de debilidad, para y pregúntate ¿detenerme? Y luego repite esta frase que hoy traigo para ti: "Detenerme no es una opción". Vive y siente la grandeza para la que has sido creado.
Tema de reflexión de la semana del 29 de septiembre.
Venezolana, carismática, sociable, de naturaleza alegre y jovial... toda una diosa!!
Ella nos dice que en la profundidad del pensamiento, un día encontró respuesta a lo que siempre creía perdido. En el fondo del abismo que representa a su mente, se halló a si misma. En lo más profundo de su ser, descubrió su esencia.
Y en sus propias palabras: "No nos parecemos a nadie y esos. tampoco se parecen a los demás."
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