Epílogo

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"Yo no sé a dónde ir para caer en tus pasos, si es en el pueblo donde yo he nacido o tan cerca de mi casa... yo no sé adivinar a qué se asemeja tu voz y he querido escucharla más de una vez, pero cuando nos veamos un día u otro, cuando tú estés aquí este día u otro, yo sabría que eres tú entre tantos otros aun sin decir una palabra... sin decir una palabra"-E.M.

"Déjame cuidar de ti de la misma manera en que tú cuidas de mí, no confundas mi amor con lástima porque sé que eres mucho más fuerte que yo"




-¡Levántate!, vas a llegar tarde a la universidad y no trabajamos tanto en ello como para que repruebes por llegar tarde a tus clases- el mayor hizo una mueca cuando la sábana fue apartada de su cuerpo y frunció un poco los ojos al sentir que la luz de la habitación le golpeaba la cara.

-Ya lo sé, lo entendí el primer año- se quejó alcanzando a ciegas su celular para luego tratar de abrir uno de sus ojos para ver la hora que era –todavía faltaban cinco minutos para que mi alarma sonara- le reprochó, sentándose a duras penas en la cama mientras se tallaba los ojos y se quedaba un momento ido debido al sueño.

-Pero tardas cinco minutos o más en salir de la cama- le respondió –lávate la cara, el desayuno casi está listo- asintió con la cabeza y bostezó mientras estiraba sus brazos para estirarse y desperezar su cuerpo.

"¿Por qué siempre tiene que ser así?" Se preguntó, todo estaría mejor si le dejara dormir esos últimos cinco minutos que aunque parecieran insignificantes eran necesarios, bueno, al menos el castaño estaba haciendo el desayuno como siempre.

Cuando llegó al pequeño comedor incorporado a la cocina, el menor ya estaba terminando de poner la mesa por lo que solo tomó un vaso para llenarlo con un poco de agua para beber y tomó asiento, esperando que el otro también lo hiciera.

-¿No te irás?- preguntó más tarde cuando ya llevaba su mochila a cuestas en la espalda y estaba en la entrada con la intención de ir al parabús más cercano.

-Me iré más tarde, el dueño tenía que hacer algo y abrirá un poco más tarde de lo usual- el mayor asintió.

-Nos vemos en la tarde y no compres los brotes, yo los conseguiré de paso cuando salga de clases-

Kyuhyun había salido más tarde, cerrando con llave la puerta principal del departamento donde vivía con Hyukjae para irse al trabajo como siempre. Habían pasado dos años desde que ambos se graduaran pero a diferencia del mayor no había podido seguir estudiando como le habría gustado por problemas con su padre, había perdido la beca porque su progenitor se opuso a firmarle los papeles para obtenerla para pagar su educación universitaria a pesar de que la había ganado luego de mantenerse a duras penas con su promedio de excelencia en el internado y las cosas se habían puesto feas cuando se tocó el tema de su homosexualidad. Recordaba a su madre con expresión afligida por habérselo dicho a su padre, pero no la culpaba porque sabía que solo había tratado de razonar con él y explicarle la situación, pero su padre siempre había sido terco y no podía cambiar la mentalidad que había tenido tan arraigada todos esos años de un día para otro.

Desde entonces su padre no le dirigía la palabra.

En algún momento se molestó con su madre por haber revelado algo así, en especial porque esa había sido una de las principales oposiciones de su padre para que obtuviera la beca universitaria que le habían ofrecido, pero con el tiempo entendió que debía haber sido difícil para ella y más si recordaba que esta había quedado en medio de los problemas. En ocasiones ella le mandaba un poco de dinero y le llamaba por teléfono para preguntar si se encontraba bien y agradecía que sus conversaciones sobre su padre solo fueran para mencionarle si este se encontraba bien o algo similar.

Aquel día habían discutido y estaba seguro de que su padre hubiera preferido mil veces que le dijera que era un adicto a las drogas o que lo habían llevado a la estación de la policía por haber cometido un robo a enterarse de que su único hijo era gay, un marica que gustaba de penes en lugar de vaginas.

Le dijo que no volviera a pisar la casa hasta que hubiera recapacitado y hubiera curado su "enfermedad" y él simplemente le dijo que nunca regresaría si esos eran sus pensamientos.

Cuando había llegado a la casa de Hyukjae llevaba la ropa un poco desarreglada, tenía una herida en el labio y llevaba unas cuantas cosas en una mochila; la madre de su hyung pensó que lo habían asaltado en la calle.

Había sabido que la progenitora de su mejor amigo había llamado a su casa más tarde y se sintió mejor cuando le comunicó a su madre que estaría ahí, porque sabía que si su padre se enteraba se molestaría y haría algo con tal de joderlo para que se diera cuenta de que su homosexualidad solo era una "etapa de rebeldía" o falta de "experimentación" del placer que le podía brindar una mujer en el sexo.

Los padres de Hyukjae se habían convertido como en sus segundos padres y como no eran sus tutores legales no pudo lograr obtener la beca de estudios, así que se enfocó en ayudar al mayor a pasar los exámenes de ingreso que había presentado en distintos lugares y comenzó a buscar trabajo para pagar sus gastos en su casa porque no creía que estuviera bien aprovecharse de su amabilidad cuando le habían permitido quedarse ahí y ahora después de esos años vivía con Hyuk en un pequeño departamento que estaba más cerca de los distritos donde estaban establecidas un par de universidades donde se encontraba en la que estudiaba el más bajo.

Llegó al restaurante y saludó a uno de sus compañeros que también parecía acababa de llegar porque estaba dejando sus cosas en el área de empleados.

Los minutos ajetreados, las órdenes, un par de comentarios, risas... las horas se iban escurriendo con facilidad en algunos momentos o días, pero en otros aquel tiempo parecía avanzar lento como una ligero respiro que rememoraba un momento pasado.

-Kyuhyun, ¿estás bien?- preguntó un chico un poco más joven que el y asintió diciéndole que solo se le habían resbalado las cosas.

-Lo siento- se disculpó haciendo venias con varios clientes que se habían sorprendido al escuchar las porcelanas estrellarse contra el suelo y que estaban a su alrededor conversando hasta que el ruido los perturbó.

Recogió el desastre que había hecho con ayuda de otro mesero y después se retiró a los sanitarios para lavarse la cara, quedándose un momento recargado en el lavabo con la mirada baja, viendo como el agua que había estado corriendo se iba por el desagüe.

"¿Por qué?" se preguntó, cerrando los ojos por un momento.

Two skies {KyuSung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora