CAPÍTULO 4.

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CAPÍTULO 4.

Desperté en una habitación de paredes blancas. Era como de revista, preciosa y muy espaciosa. Los muebles destacaban por su rijidez y el color nergo azabache. Se respiraba tranquilidad. A mi derecha estaba Danger, sentado en un pequeño banco bajo una gran ventana. Ésta estaba abierta de par en par, dejando salir el humo del cigarro que él se estaba fumando.

- Buenos días, nena. ¿Cómo estás? - dijo con una sonrisa en la cara.

- ¿Qué ha pasado? - pregunté curiosa.

- Caíste de la moto... - dijo él funciendo los labios.

Entonces me vino a la mente la fuerza con la que el aire chocaba contra mi piel, el miedo que pasé subida en la moto de Danger y el flashback que havía tenido. 

- Ohh... vale. Ya me acuerdo... 

Eso fue lo único que pude decir. Vi que cogía aire antes de abrir la boca.

- Yo... emm... siento haberte insultado...

Podía ver la culpabilidad en sus ojos.

- Tranquilo. - contesté intentando sonreír.

¿Y si Justin fue el que me atacó en el bosque? Me dijo las mismas palabras que el desgraciado de mi flashback. Si eso fuera verdad, todo tendría sentido. Me desperté en casa de su abuela, no quiso llamar a la policía para que me ayudara a descubrir y solo había recordado cosas de esa noche, cuando estaba con él. Me llevé una mano a la cabeza con una mueca de dolor.

- Mi cabeza... - susurré.

- ¿Te duele mucho?- preguntó.

- Bastante.- contesté.

- Voy a por hielo, no te muevas.- dijo mientras apagaba el cigarro.

Cruzó la habitación para salir por la puerta de ésta. No debería pensar en nada, no... ¿Dónde estaba? No reconozcí este lugar. No se parecía para nada a la casa de la anciana. Todo era contradictorio. Danger me cuidaba bastante y parecía buena persona. Pero a veces las apariencias engañan. Me incorporé. Sentí un dolor enorme en mi pierna derecha. Estaba hinchada y morada. No tenía buena pinta. Estaba muerta de miedo. Si no tenía asistencia médica pronto... tenía pinta que me iba a quedar sin pierna. Grité a causa del dolor que me produjo un gesto que hice. Llegó Danger corriendo con el hielo.

- Shh.... Tranquila...- dijo rodeándome con sus brazos.

- Me duele mucho la pierna...- Me quejé, llorando.

- No te preocupes, el médico está en camino.- Hizo una pausa antes de seguir. - Te cuidaré. ¿Vale?- dijo sonriendo.

En ese momento, el chico con pintas de malote de pelo rubio, ojos miel y labios gruesos me enamoró como a una adolescente. Fue realmente adorable, pero aún así no pude dejar de pensar en la posibilidad de que él fuera quien...

- Voy abajo.- dijo interrumpiendo mis pensamientos.- No tardo nada. - Añadió.

- ¿Abajo dónde? - pregunté.

- Estás en mi casa Shawty.- dijo mientras se iba de la habitación.

Cogí el hielo para ponérmelo en la cabeza. Danger lo había dejado sobre la mesita de noche que estaba al lado izquierdo de la cama. Abrí uno de los cajones, en busca de una pañuelo o una toalla para que el hielo no tocase directamente mi piel. Pero no había nada de eso. Lo que si que encontré fue una fotografía. Danger abrazado a una chica. Conmigo. El corazón me dio un vuelco. Cogí esa fotografía y la miré mas detenidamente. Eso no podía ser verdad. Miré al frente, a los pies de la cama y vi un largo espejo. Me levanté sigilosamente. Al apoyar la pierna en el suelo solté un grito ahogado.

- ¿Estas bien? - dijo al segundo de oirme.

- Sí, tranquilo. Soy una patosa. - contesté.

Le oí reírse, entonces supe que todo estaba controlado. Me levanté de la cama. Con lágrimas en los ojos a cada paso que daba. Reteniendo los pequeños sonidos que salían por mi boca, me miré en el espejo y miré la foto. Sí. No había duda de que la chica de la foto era yo. Eramos iguales exceptuando el montón de heridas que decoraban mi pàlida piel.

- ¿Quieres algo para beber? - gritó Danger desde el piso de abajo.

- Cualquier cosa. Gracias. - contesté.

Y entonces volvió a pasar...

Seguía enfrente del espejo, pero iba vestida de diferente manera. Llevaba puesta una camiseta DC, muy ancha y de color azul. Debajo de esta no llevaba nada más que ropa interior. Tenía el pelo recogido en un moño desenfadado y con la piel perfecta, sin ninguna herida en ella. Estaba realmente feliz. Lo veía en la sonrisa de mi cara.

- ¿Quieres algo para beber? - preguntó Danger desde el piso de abajo.

- Cualquier cosa, cariño.

Parpadeé y volví a estar frente a ese espejo, con un dolor general mortal. Mis heridas habían vuelto. Estaba con el pelo suelto. Cuando me fijé... llevaba una camiseta ancha y no había rastro de unos pantalones. ¿Dónde estaba mi ropa? Pero lo mas importante...¿Ya había estado en esta habitación antes? Sí, lo estube... ¿Entonces Danger y yo ya... ya nos conociamos? ¡No, no puede ser! Oí a alguien subir las escaleras, supuse que sería él así que escondí la fotografía en mi sujetador lo mas rápido que pude.

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Novela Original de Rocio Galàn y Ruth Jovè.

Espero que os haya gustado! :)

Lost In Confusion.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt