I. Ya ha pasado mucho tiempo.

5.9K 259 28
                                    

•POV Marinette:

La señora Kurtzberg me mira expectante, casi directa. Me pregunto si ella ha sido así desde siempre. Llevo ya algunos años conociéndola, casi desde que empecé a salir con Nathanaël, osea unos 3 años aproximadamente, eso sin contar que lo conozco desde más años. Me miro al espejo y me veo dentro de un amplio vestido blanco, sonrío por la idea de que quizá parezco un pastel gigante. Me pregunto que diría Chat Noir en un momento como éste.

-¡Santo Dios, Marinette! Es realmente precioso-dice Rose. Realmente me sorprende lo pequeño que es el mundo... o mejor dicho París. Quien diría que su madre era dueña de una de las tiendas de vestidos de boda más famosos del país.

Sin embargo, mi futura suegra sigue sin decir nada, probablemente pensando en un cumplido halagador... O buscando una excusa para decirme lo mal que se me ve.

-Es lindo... ¿Tiene el precio?- Ahora se dirige a Rose. Ella asiente y corre al mostrador, buscando las llaves de la bodega donde están los vestidos.

- Sí, es lindo, pero...¿no cree que es muy exagerado? Digo, no siento que sea muy mi estilo.

Pareciera que la ofendiera, por lo que me mira con aquella fría mirada que tanto la caracteriza.

- Es una tradición, Marinette. Yo, mi madre, mi abuela y otras generaciones hemos tenido la costumbre de usar el mismo vestido. Te habría prestado el mío, pero supongo que yo era mucho más robusta.

No quiero decir otra cosa y que ella se molestara, por lo que simplemente asiento. Quizá solo debo seguir su ritmo.

Rose regresa a nosotras- Lo siento, señora Kurtzberg. El vestido aún no tiene precio registrado, al parecer es una costura de hace mucho tiempo. Probablemente mi madre sabe, pero regresa hasta la otra semana- dice, apenada.

- Está bien. Nos dará tiempo de planear lo demás.

Le agradezco silenciosamente a Rose la paciencia que nos tuvo, y salimos de la tienda. El clima de París ha estado un poco extraño últimamente, hay una brisa helada y húmeda a los alrededores, los cielos nublados... Me recuerda cuando akumatizaron a aquella chica, a Stormy Weather.

- Bien. Debo irme, Marinette. Nathanaël me mandó un texto, dice que le llames, te estuvo llamando y no contestaste. Ten buen día- se da la vuelta, y se marcha, sin decir nada más.

Ella siempre ha sido así de distante. Creí que las cosas serían diferentes ahora que decidí comprar el vestido con ella y no con mi madre. Saqué mi teléfono y rápidamente marqué el número de Nath.

- Hola, preciosa. ¿Cómo estuvo todo?- se hizo presente su voz a través de la bocina y como si moviera papeles, probablemente estaría trabajando.

- Bueno. En algún momento creí que tu madre me clavaría alfileres en los ojos. Lo normal- El ríe y me río con él.

- Dale tiempo, quizá aún no lo acepta. Ella es así.

- Ya lo sé. ¿Estás ocupado?

- Un poco. Viajaré a Moscú mañana, me surgió un trabajo importante. ¿Crees poder estar sin mí por unas semanas?

- Puedo superarlo. ¿Quieres que te lleve?

- No, está bien. Mi vuelo es en plena madrugada, no quiero despertarte.

- En ese entonces, no duermas tan tarde. Te quiero.

- Yo más, Marinette- Y cuelga.

Doy un suspiro mientras sigo caminando. Escucho que se abre mi bolsillo y de éste sale Tikki, revoloteando.

Siempre fuiste tú. |MLB FANFIC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora