Soy Tony Stark

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POV'S NARRADOR

Era un día lluvioso y frío, el día ideal para atracar a una persona indefensa que andaba rápidamente, con la vista puesta en sus mojados zapatos, pensando únicamente en qué haría cuando llegara a su casa, caliente y acojedora.
Tres tipos pensaban lo mismo que yo cuando visualizaron a un hombre rechoncho trajeado y con maletín en mano.
Sus zapatos sonaban al chocar contra los numerosos charcos de la calle y él solo pensaba en la ducha caliente que tomaría antes de cenar, por eso, cuando estos tres hombres se acercaron, el no lo notó.
Los hombre enmascarados le llevaron a un callejón donde el agua no llegaba y le amenazaron con una navaja.
Este pobre hombre vivía al día, no era extremadamente pobre, pero tampoco era rico. Así que, con todo su pesar, les dio las cosas que tenía de valor, guardándolas cuidadosamente en el maletín para no dar un paso en falso, como le habían dicho los hombres.
El hombre estaba ya por darle tristemente y agobiado, con navaja al cuello, el maletín, cuando uno de los hombres enmascarados salió disparado.
Los otros dos hombres restantes se pusieron alertas, enseñándoles a las sombras la navaja y las pistola que poseían.
-Sal de entre las sombras diablo- dijo uno
-Date a ver- dijo el otro
En estos momentos, el hombre rechoncho estaba tan muerto de miedo que sus músculos no reaccionaban, lo cual no le permitió irse corriendo de ese callejón.
Se oyó una risa de mujer a lo lejos.
-Si del diablo se tratase, ya se hubiesen hecho mejores amigos, ¿no creen?- dijo una figura encapuchada que había caído hace pocos segundos de arriba.
-¿Quién eres?- dijo el segundo hombre- muéstrate
-No deben tutearme, yo les hablo con respeto, deberían hacer lo mismo- dijo la figura entre risas
-Esto no es un juego, dinos quién eres, estamos armados- dijo el primero enseñando más su pistola
-Uy sí, ya la he visto. Me encanta, aunque un poco anticuada ¿no creen?- dijo riendo, señalando la pistola.
-¡Basta!- dijo el primer hombre apretando el gatillo en dirección a la figura
Esta la esquivo sin ningún esfuerzo, cosa que parecía más un milagro. Los ladrones se quedaron estupefactos.
-Eso no ha estado bien, deberían respetar más a las mujeres- se llevó las manos a la capucha y de esta salió una cabellera castaña, un poco más mojada a causa de la lluvia- me llamo Dania Roberts, y les aconsejo que se vayan por donde vinieron, cargando a su amigo y no les vuelva a ver.
El hombre que había lanzado la bala se rio- no estoy hoy para que una mujer me de ordenes
-Eso- le acompaño su compañero riéndose.
Cogieron el maletín y salieron corriendo, pero la mujer con un salo paso, ya estaba a su lado, a la espectativa y con una ceja levantada.
-¿No se despedirán?- dijo negando con la cabeza, a la vez que les asestaba un golpe que les dejaba inconscientes en la calle.
Se acercó al señor rechoncho y le dirigió una sonrisa- yo ya me voy. Tenga más cuidado y sea más atento, estas calles, estos días de lluvia, pueden ser peligrosas.
Y sin más, le devolvió el maletín que previamente había cogido de las manos del ladrón, se lo entregó y se dio la vuelta para marcharse.
-¿Acaso es usted una vengadora señorita Roberts?- dijo el hombre antes de marcharse- no es usted bien conocida, muchas gracias
Ella se giro y dijo- no es la fama lo que me importa señor Thomson, es la justicia
Y se fue corriendo de allí, para estar a unos kilómetros en un minuto.
El rechoncho señor no se dejaba de preguntar, como es que esa mujer sabía su nombre. ¿Quién era ella?
Dania Roberts... Un nombre que sin duda se quedaría grabado en su corazón, y que sin duda alguna, recordaría.
Cogió el teléfono de su maletín y marcó a la policía.
-Hay unos ladrones en la calle Lindsat. Una señora me salvó- el policía le preguntó el nombre de esa mujer, pero él solo dijo- no me lo dijo.

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A unos kilómetros de esa calle, en un piso lo bastante grande para ser acojedor, estaba Dania, quien ya había llegado.
Su teléfono sonó, y ella, con la toalla enrollada todavía en su castaño pelo, contesto.
-¿Si?- dijo
-¿Hablamos con Dania Roberts?- dijo una señora desde la otra linea.
-Depende para qué la esté buscando- dijo desconfiada Dania. Si algo había aprendido en este tiempo en que tanta gente la buscaba, era que nunca te debías dar a conocer a desconocidos.
-Señorita Roberts- ahora habló una voz varonil- no sé si le sonara mi nombre, soy Tony Stark, me gustaría que tuviera mañana una reunión conmigo, me gustaría hablar con usted algunas cosas- dijo
-¿Cuándo y dónde?- dijo Dania, se sentía nerviosa, estaba hablando con IronMan, pero no lo demostró, como buena espía entrenada que era.
-En mi empresa a las seis, la espero con gusto señorita Roberts- dijo para luego colgar sin esperar respuesta.
Dania tiró su móvil al sofá y se fue a dormir, sabía que mañana sería un día largo y tenía que descansar, hoy había sido un día agotador.

Por fin se durmió, tapada en sus sabanas color lila, mas su cerebro nunca descansaba. Mas eso no era malo para ella, ella era especial, controlaba sus sentidos más que cualquier animal o planta, se podría decir que era un ser evolucionado, que podía controlar su cerebro mucho más de lo habitual.

Solo juro que te amo~Capitán América FanficWhere stories live. Discover now