La biblioteca estaba casi vacía, Layla cruzaba el centro de ella, olía delicioso, a libros viejos y nuevos. Esta albergaba demasiadas obras, desde las más antiguas hasta las más modernas, de todo género, de todo tipo, sin importar el número de páginas.
Se acercó a un estante y tomó un libro dorado que llamó su atención. Esta era la segunda semana a la que asistía, para ser precisos, era un lunes demasiado aburrido.
Al llegar a su cubículo individual con una vista impresionante del cuarto piso del edificio, abrió el libro y se encontró con un papel de libreta cortado a la mitad, en ella había escrito algo con pluma fina, una letra extraña, aunque con perfecta ortografía.
Querida Layla,
Esta es la primera nota que encuentras en los libros. Seguro estarás preguntándote si realmente es para ti...
¿A quién más podría dedicarle mis palabras si no son para la chica más bonita que he visto en la biblioteca?
Espera otra nota en donde sea.
Secretamente,
El anónimo de la biblioteca.
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El anónimo de la biblioteca (#1)
Short StoryLayla asiste a la biblioteca cuatro días a la semana. Cada vez que abre un libro o visita un estante, hay algo para ella.
