Vingt-neuf

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Eras un gran bailarín.

Se te daba muy bien la música.

No había nada de historia o ciencias que no supieras.

Podrías haber estudiado cualquiera de eso pero, aún cuando faltaba un año para el examen de admisión a la universidad, te empeñabas en investigar hasta el cansancio de administración para saberlo todo y estar preparado.

Porque tu padre quería que entraras a esa carrera y que le ayudaras con su empresa en un futuro.

Supongo que creías que, aunque no te gustara, ese era tu destino y que no podías cambiarlo.

Eres su hijo y su heredero ¿Quién más se haría cargo del imperio que tanto le costó construir?

Sólo espero, de verdad, que cuando todo esto termine comprendas que no todo en esta vida sale como lo planeamos.

Que, por algo pequeño,  las cosas pueden cambiar mucho de un día para otro.

PhilipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora