Capítulo X: Trajes

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Baekhyun miró al hombre que estaba sentado al otro lado de la mesa. El pelo oscuro y piel pálida decoraban su rostro. Suspiró, ese chico pensaba que tenía el derecho a llevar a su hija lejos de él. Hani estaba a su lado, emocionada de conocer a su padre. El antiguo restaurante que solían visitar cuando eran novios aún lo recordaban, paredes rojas y blancas, pero el ambiente no era como antes.

—¿Qué quieres?—preguntó con el ceño fruncido.

—A ti. Y a Hani—dijo sonriendo. ¡Esa maldita sonrisa!

—No tengo tiempo para jugar, dime lo que quieres, Donghae.— ¡Cómo extrañaba escucharlo decir su nombre! Sentía las mismas mariposas en el estómago cuando empezó a salir con Baekhyun hace ocho años.

—Te estoy diciendo la verdad— insistió.

—¡Hae! Yo- —Se detuvo allí mismo. Le había llamado Hae, una versión corta y preciosa de su nombre, que sólo trajo de vuelta sus viejos recuerdos y el dolor de su corazón a niveles que jamás podría imaginar. Ouch. —Quiero decir... Donghae— pronunció tímidamente. —No te quiero cerca de mi Hani.

—¿Por qué te arrepientes de llamarme Hae? Todavía soy el padre de tu hijo.— ¡Uggghh! ¡¿Quién se cree que es?! Pensó Baekhyun.

—¡Sí, eres el padre de Hani pero yo soy su madre y creo que no tienes derecho a entrar en nuestras vidas de nuevo, Lee Donghae!— Donghae se rió mirándolo como si fuera una diosa. Baekhyun se sonrojó. Los ojos de Donghae no habían cambiado, tenían el mismo brillo que solían tener, pero ahora se veían maduros y varoniles. Esa mirada que vio en sus ojos le hizo sentir más pequeño de lo que ya estaba, desvió la mirada mientras Donghae levantó las manos para acariciar la mejilla de Baekhyun.

—Es tan suave como lo era antes, si no más.— Se dio cuenta de que estaba esquivando su mano. Baekhyun se sonrojó aún más.

—¡Ohh! ¡Mami se sonrojó!— Hani rió, dándole un codazo al esternón de su madre.

—iOh! ¡Hani! ¡Estás mintiendo! — La regañó y ella ocultó su cara detrás de sus manos. Parecían una familia, una madre tímida, un padre alegre y una niña adorable. Gran error. Donghae se quedó mirando los labios de Baekhyun, eran delgados, pero todavía besables. De repente se quería llevar a Baekhyun lejos de allí y hacerle el amor hasta que sus cuerpos se fundieran en el fuego del otro. Pero en este momento, estaba seguro de que Baekhyun no lo aceptaría.

—Mami— dijo Hani mientras tiraba de su manga. —¿Puedo ir a jugar con mi amiga?

—¿Uh? ¿Tu amiga?

—Sí, Suzy y su madre están aquí, ¿puedo ir con ellas?— No quería que lo dejara a solas con Donghae pero su hija hizo ojos de cachorro para ir.

—B-Bien, pero ya es tarde y-

—Voy a dormir en su casa.

—¡¿Qué?!

—Por favor, mamá. Siempre quise dormir en una casa diferente.

—Está bien.

—¡Yey! Channie Oppa me puede llevar a la escuela mañana.

—¿Ya hablaste con él?

—Sí, me dijo que sí.— ¿Cuándo pasó eso?

—Pero ten cuidado y no hagas enojar al Sr. Kim, ¿de acuerdo?

—De acuerdo, adiós mamá.— Besó la mejilla de su madre y salió del restaurante.

—Ughh, niños.— Suspiró. Entonces se acordó de la existencia de Donghae y la tensión volvió a su cuerpo. Donghae acarició el dedo de Baekhyun sobre la mesa. Era adorable, Baekhyun desvió la mirada y se quedó mirando la taza de café sin quitar su mano de la mano de Donghae.

—¿Quién es Channie?— preguntó. Baekhyun se sonrojó de nuevo. Pero a Donghae no le gustó ver eso. ¿Baekhyun está enamorado de alguien más? —¿Quién es Channie?— preguntó de nuevo, esta vez enojado. Baekhyun tenía miedo de que se enojara y decidió decirle.

—Es... un amigo del trabajo, es tan estúpido.

—Parece que Hani es muy cariñosa con él.

—Bueno... Es como su niñero— Rió. —¡Oh! Ya es tarde, tengo que ir a casa— dijo levantándose. —¿Puedes pagar?

—Sí, pero deja que te lleve a casa.

—¡Hunnie! ¡No hagas esto más difícil!

—No, Kai. No quiero esto.

—Bebé, tu panza no será tan grande.

—Voy a verme bien gordo— dijo Sehun. —¿Y si me dan ganas de vomitar ese día?

—No. Sehun, sólo debes elegir un traje, te verás más sexy con tu panza.— Sehun le sonrió con el corazón.

—¿En serio?

—En serio.— Acarició la mejilla de Sehun con el pulgar antes de besarlo.

—Kai.— pronunció en el beso. —Quiero que me hagas el amor.

—Quiero hacerte el amor, pero elige un traje primero.

—¿No podemos ir a casa y comprar los trajes después?— Kai se retiró del beso y se lo quedó mirando. Las pálidas mejillas de Sehun parecían ser más rechonchas, un brillo púrpura salió de sus ojos. Le dio un beso en la frente. Una incapacidad para desobedecer sus órdenes tomó su alma en sus brazos fríos. Sonrió.

—Está bien, vamos a casa.


Please, don't leave meWhere stories live. Discover now