Sentí una presencia a mi lado, por esa razón me desperté. Era Thomas que me observaba desde su silla.
-Hola bella durmiente.-dijo el.
-Hola Thomas.-respondí.
-Nunca te había visto dormir tanto.-dijo sorprendido.
-¿Que hora es?-pregunte.
-Las diez de la mañana.
-¿Y ayer a que hora me dormí?
-A las nueve de la noche.-respondió sonriente.
-Guau.-dije sorprendida.
-Miau.
-Pío.
-Muuu.
-Meee.
-Oing oing.
-Eres un inmaduro.-le dije a Thomas entre risas.
-Tu lo eres mas por que me sigues la corriente.-respondí él.
-Pero tu empezaste.
-Callate.- dijo él.
-Callame.
Y al decir eso, se paro, vino hacia mi, paso su brazo por mi hombro y me tapó la boca con la mano, se la lami y él quitó su mano de inmediato.
-Me las pagaras.-respondió con una sonrisa lanzándose sobre mi y empezó a hacerme cosquillas.
-Nooooo, pará Thomas.-suplique entre risas.
-Pídeme perdón.-paró esperando mi respuesta.
-No.- y al decirlo él empezó a hacerme cosquillas nuevamente.-Ya, ya, lo siento, lo siento.
-Di que soy él mejor.
-Eres él mejor.
Yo estaba acostada boca arriba y Thomas estaba sobre mi, apoyado en sus brazos.
Sus ojos celestes se posaron en mis ojos color miel y podía sentir mi respiración agitada no solo por las cosquillas, la maquina a la que estaba conectada lo capto e hizo unos raros sonidos. Thomas sonrió tímidamente y bajo su rostro de poco en poco hasta que sus labios quedaron a pocos centímetros de los mios. Cuando creí que me besaría alguien entro a la habitación e hizo que Thomas se levantara al instante por él susto.
Maldicion- pensé.
Era mi tía, gracias a Dios no se dio cuenta de la escena ya que observaba unos papeles y no quitaba sus ojos de ellos.
-Ya podemos irnos Sylie, te traje ropa para que te cambies.- dijo ella sonriendome a mi y a Thomas.
-Gracias, salgo en un momento.-dije tomando la ropa y dirigiéndome al baño.
Entre y cerré la puerta. No puedo creer que yo y Thomas estuvimos a punto de besarnos, mis mejillas se pusieron coloradas al recordarlo. Era cierto que hace unos años empecé a sospechar que le gustaba a Thomas, pero me quite la idea cuando empezó a salir con otra chica. Y lo que era verdad es que yo tenia sentimientos ocultos por él, tan ocultos hasta para mi, me había percatado de ellos ayer, cuando vi a Thomas mal descansado por preocuparse por mi. Me quite todos esos pensamiento y me vesti, me arregle un poco él cabello y me cepille los dientes. Salí al cabo de unos minutos, pero en la habitación ya no estaba Thomas, solo mi tía, me sentí un poco apenada pero aliviada al mismo instante.
-¿Y? ¿Nos vamos?-pregunto Liana sonriente.
-Nos vamos.-respondí devolviéndole la sonrisa.
Salimos de la habitación y nos encaminmos por los largos pasillos del hospital.