Capitulo 6.

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No tuvimos que pagar entrada ni ponernos en la larga cola para entrar, Jace hablo con el guardia y este nos dejo pasar. La musica del bar era muy alta, la gente bailaba en la pista y otros se emborrachaban en la barra.

-¿Como lo convenciste para que nos dejara entrar? -pregunte entre el ruido.

-Tengo mis secretos - dijo y clavo sus ojos en los míos - ¿Quieres tomar algo?

-Un refresco.

-Vale, ire a la barra.

Jace se dirigió a la barra y yo me quede sentada en una de las mesas que estaban alrededor de la pista, en la barra atendía un joven de unos veinte años mas o menos, era alto y usaba una camisa a cuadros, Jace y el entablaron una larga conversación y después Jace regresaba hacia la mesa con una lata de coca-cola y un vaso con cerveza.

-Se lo podías haber pedido al camarero - dije señalando con la mirada al chico que atendía las mesas.

-No, bueno, aquí esta tu refresco.

Lo agarre y tome un sorbo y después mis ojos se clavaron a la pista, se me heló la sangre cuando vi a Ryan. Clavo su mirada en mi, era una miraba fría y manipuladora, nunca me había fiado de el, siempre me dio mala espina.

"¿Quien es ese chico?" "Por cierto, te ves maravillosa." Dijo Ryan entrando en mis pensamientos.

"Es un amigo ¿que haces aquí? ¿me estas siguiendo?" Pregunte.

"Te vi entrar al bar y yo también lo hice." dijo dedicandome una sonrisa.

"Solo vine a divertirme, deberías marcharte." Le dije.

"Si, me iré, tengo cosas que hacer." Y se levanto de la mesa para irse.

Agito la mano despidiendose y me dedico una de sus manipuladoras miradas.

-Hey ¿por que tan distraída? - pregunto Jace.

-No es nada - mentí.

-¿Quieres ir a la sala de juegos? - pregunto con una media sonrisa en su rostro.

-Vamos, ya no soporto el ruido.

Nos paramos y Jace me tomó del brazo, nos dirigimos hacia una puerta negra, de madera, entramos y yo cerre la puerta, el ruido ya no era tanto, bajamos las gradas, era un sotano, nada pequeño, en el habían mesas de billar y otras mesas en las que se jugaba póker y las personas hacían sus apuestas.

-¿Quieres jugar? - pregunto Jace ofreciendome un taco de billar.

-Claro que quiero.

Dije y tome el taco, me puse en posición y le di, metí dos en el primer tiro. Sonrei para mi misma, orgullosa. Me puse en posición para el segundo tiro y le di, metí una. Y Jace también entro en el juego, fue una partida no muy larga, en fin, gane.

-Eres buena en esto - dijo Jace arqueando las cejas.

-Ya lo se - sonreí satisfecha.

-¿Otra partida? - pregunto Jace.

-Por mas que me guste, no. ¿Tienes la hora?

-Son las cinco y cincuenta y cinco. ¿Ya quieres irte?

-La verdad si, tengo dolor de cabeza.

-Entonces te llevo a tu casa.

-Solo dejame en la ronda.

No quería darle mi dirección, lo acababa de conocer, no me fiaba de el.

-Vale.

Salimos del sotano y atravesamos la pista esquivando a las personas, pero al fin, salimos de ese lugar. Nos subimos a la moto y Jace me ofreció un casco pero me negue, no quería usarlo, quería sentir el viento. Jace asintió con la cabeza, encendió la monto y luego arrancó, extendi mis brazos y sentí el viento chocar con mi rostro, me sentí libre por primera vez, quería detener el momento y disfrutarlo las veces que se me antojara. Baje mis brazos y abrace a Jace para sujetarme y fui disfrutando del paisaje, los arboles y el atardecer, ver al sol ocultarse, fue algo lindo, nos acercamos a la ciudad y llegamos a la ronda. Jace apago la moto.

-¿Segura que no quieres que te acompañe?

La verdad me daba igual si me acompañaba o no, pero empezaba a oscurecer y no quería ir sola a casa.

-Como sea.

-¿Te acompaño?- pregunto.

-Vale.

-Pero dejaremos la moto en un taller, quiero que le arreglen algo.

-Vale.

Nos dirigimos hacia un taller que quedaba cerca y dejamos la motocicleta, después nos encaminamos hacia mi casa. Mi casa estaba sola, no había nadie, pasaría así unos cuantos dias mas, hasta que mi tía regresara de su viaje.

El viento soplaba fuerte y hacía frío, me estremecí por una helada brisa que chico contra mi cuerpo.

-¿Tienes frio?- pregunto Jace, se saco su chaqueta y me la puso.

-Gracias.

-¿Tu mamá esta en casa? - pregunto Jace con curiosidad.

-No - dije fríamente.

-¿Entonces esta trabajando?

-No - agache la cabeza - ella esta muerta.

-Lo siento es que no sabia.....- dijo en un hilo de voz, se sentía dolido, no entendía él por que.

-No te preocupes, no es tu culpa.- Mi voz se quebró, no podía evitarlo, la extraño tanto.

Me adelante y camine mas de prisa, no quería que él me viera triste, pero me agarro de la mano y me atrajo hacia él, me abrazo.

-En serio lo siento- dijo ofreciéndome una mirada amable y acariciando mi mejilla con su mano.

Me sentí extraña, me perdí en sus ojos grises, aquellos ojos que tanto me recordaban a mamá, senti su tacto tan familiar y esa conexión extraña ya no me asustaba, me sentía protegida a su lado.

-Creo que deberiamos seguir caminando, digo.....se esta haciendo tarde.- dijo con un raro tono en su voz.

Yo seguí caminando, evitando cualquier contacto con él, aunque me hubiera gustado aquella "conexión" que tuvimos, no quiero que se repita.

¿Amigos imaginarios?Where stories live. Discover now