-Entomces ese será.- Habló Alejandro tratando de pasar el nudo que tenía en la garganta y haciéndose ver cómo un hombre sin sentimientos que realmente estaba llorando internamente por que su princesa estaba por casarse.

La siguiente semana, se basó en enviar invitaciones, escoger banquetes, y Lauren por su parte escoger su regalo de bodas, el cual sería un viaje, su luna de miel, y esperaba que a Camila le encantara. También debieron buscar al oficial que llevaría acabo su matrimonio. Nada podía ir mejor.

Los días habían pasado volando y habían estado muy ocupadas, tanto que a tan solo un par de días de la boda Lauren aún no tenía los anillos de boda. A la hora del almuerzo, Lauren se apresuró a salir a un centro comercial, se sentía tan nerviosa, pero a la vez se sentía tan plena y justo ese día, se sentía con ganas de caminar.

Caminaba por las calles de Miami, hace tiempo que no lo hacía por lo mismo de la boda. Caminaba y observaba todo a su alrededor, cuando pasaba por un parque veía a todos esos niños jugando y se preguntaba si tendría alguno con Camila, y esperaba que si. Pasaba por calles con grafitis los cuales ella veía como arte, por qué eso eran, ARTE.

Llegó al centro comercial y buscó los anillos que más fueran con ella y con Camila y los encontró.

Cuando salía del centro comercial, se sentía aún más feliz, por que ya tenía los anillos que las uniría, algo que sería suyo, pensó en Camila, pensó en cuanto habían pasado, pensó en el tiempo que perdieron pero al fin lo estaba recuperando, pensó...

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Cuando salía del centro comercial, se sentía aún más feliz, por que ya tenía los anillos que las uniría, algo que sería suyo, pensó en Camila, pensó en cuanto habían pasado, pensó en el tiempo que perdieron pero al fin lo estaba recuperando, pensó en que en 48 horas se estaría casando con el amor de su vida, pensó en su futuro, y sonrió.

***

Narra Camila

2 días, tan solo faltaban 2 días para que Lauren y yo finalmente estemos casadas, digo, ya vivimos juntas y todo, pero presentarla ahora como mi esposa, mi hermosa esposa sería lo mejor del mundo y no podía esperar más. Justo ahora me dirigía al centro comercial por que aún no tenía los tacones que usaría para la boda, iba sola pues quería escoger los que a mí me gustaran no los que mi madre quisiera, o Sofi o las chicas. Estacione el auto, y vi mucha gente rodeando algo, el morbo me gano claro, como a todos ellos. Al llegar ni alcanzaba a ver nada ya que eran muchas personas y mi estatura no es la mejor. No está tan mal como la de Ally pero tampoco tengo la de Dinah. Al final me abrí paso entre las personas. No. No. No. No. No. No podía ser cierto. Era una broma, me estaban gastando una broma.

-¡Lauren!.- Grite sin más y me acerqué a mi prometida que yacía en el suelo con un charco de sangre proveniente de su cabeza. Me están jodiendo, recosté su cabeza en mis piernas.- No no no no Lauren, joder mi amor ¿qué ha pasado? ¡Llamen a una maldita ambulancia joder! Lauren por favor, háblame ¡Lauren mierda!.- Gritaba desesperada su nombre esperando a que me dijera que era una broma, que estaba jugando. Revise su pulso y seguía ahí, muy débil pero ahí seguía.- Joder Lauren, dime algo mi amor, tienes que resistir un poquito más, vamos princesa, solo faltan 2 días para nuestra boda lo recuerdas, ¡háblame maldita sea!.- Y entonces habló

El Sol y la Luna. (Camren)Where stories live. Discover now