Capítulo 36 - Estás loca.

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- Y entonces el perro se comió mis deberes. - Mi hermano contaba la historia de la vez en la que Rex, el perro que solíamos tener, se comió sus deberes estando nosotros en el colegio.

Rex murió atropellado poco después.

James rió, aunque estoy segura que no le hizo gracia.

Rodé los ojos, mirando a mis crêpes, ni siquiera tenía ganas de comer.

- Llevas 2 días sin desayunar, ¿no pensarás estar deprimida para el resto de tus días? - Soltó mi madre con voz dulce.

- No tengo hambre.

- Nunca tienes. - Se quejó James a mi lado.

Nuestra relación estos días han sido un poco .. Distante.

Desde que hace 3 días provocó que mi novio me abandonara y no diera señales de vida.

He ido a su casa, 2 veces, en ambas ha estado fuera.

Arya me ha dicho que se va temprano y llega tarde, sin dar explicaciones y sin casi hablar con nadie, así que, esta noche haría la operación "Cazar a la liebre."

Obviamente yo soy el cazador, y la liebre simboliza Ryan, porque ... no aparece, y se mueve mucho y ... creo que voy a tener que buscar otro nombre para la operación.

En todo caso, la operación consiste en entrar por la ventana usando una cuerda, entrar sutilmente y obligarle a pedirle explicaciones.

Se supone que el que debería pedir explicaciones es él, pero ya que parece que no lo va a hacer, lo haré yo.

- Voy a correr un rato.

Cómo de costumbre estos dos días de soledad sin Ryan, subí a mi habitación, me puse ropa de deporte y salí a correr un rato por el bosque.

O al menos lo intenté, ya que ni pude salir de casa.

- ¿Que diablos haces? - Pregunté al notar la mano de James sobre mí, sin dejarme ir.

- Tenemos reunión, importante.

- ¿Hace falta que vaya?

- Sí, es para la elección del próximo presidente.

Bufé, lo último que me apetecía eran unas elecciones.

- Yo ...

- Tú vienes, punto.

Resoplé por su actitud, me tenía harta.

- Sube a cambiarte, no tenemos tiempo.

Me lo quedé mirando, dándole a entender que se estaba pasando.

Desvió su mirada, fijándose en la puerta.

Lo ignoré, volviendo a subir para cambiarme.

Una vez lista volví a bajar, saliendo de casa y dirigiéndome al coche, dónde me esperaba James.

Él camino fue en silencio, cómo siempre.

Sólo se escuchaban los latidos de nuestro corazón junto con el motor del coche.

- ¿Estás enfadada? - Preguntó de la nada.

- No. - Respondí seca, mirando al frente.

- Yo ... fue un impulso, no tenía ni idea de que ...

- Lo sé. - Lo interrumpí.

- En cuánto a Ryan ...

- No quiero saber nada de él.

- Está bien ...

Y no dijo nada más en todo el camino.

Por fin llegamos, me bajé del coche, acercándome a la puerta con James a mi lado.

Sangre [SANGRE & ACERO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora