-despertarme sin provocarme un infarto.-le respondió Haymitch mientras me miraba con los ojos entrecerrados.-eres una persona extrañamente desagradable.-me dijo con sorna,rodé los ojos a la vez que colocaba sobre la mesa cuatro botellines con ron.-pero tienes tus virtudes.-admitió el observando a Peeta,mis ojos lo examinaron fugazmente mientras deseaba que no lo notara,la verdad era que no lucia bien,si al verme al espejo pensaba que mis ojeras eran muy grandes era por qué no había visto a Peeta,dude en preguntarle si su madre lo volvía a golpear,las ojeras bajo sus ojos podrían hacerse pasar fácilmente por golpes.

-traje pan,¿quieres Katniss?-aquí fue donde mi orgullo y apetito pelearon,no había podido comer nada por la mañana y mi estómago no paraba de gruñir.

-no gracias.-respondí intentando sonreír.

-está bien.-dijo él cortando una rebanada y sentándose en la mesa mientras masticaba.

-Wow,ustedes necesitan calentar el horno antes que lleguen las cámaras.-Peeta lo miró mal.-¿entiendes?,¿horno?,¿panadero?-Haymitch rió por su mal chiste,era muy probable que siguiera ebrio.

Le arrebate el cuchillo a Haymitch que tenía en su mano y corte una rebanada del pan con rapidez,dejando la navaja del cuchillo incrustada en la mesa,me lo coloque entre los dientes mientras caminaba hacia la puerta.

-adiós.-me despedí no sin antes gozar de la expresión sorprendida de Peeta.-¡toma un baño Haymitch!-le grite mientras salía de la casa con un tono serio.

-acabo de hacerlo.-escuche decía entre dientes.

Camine hacia mi casa con paso decidido,tomando y liberando aire con rapidez,varios automóviles con el sello del Capitolio se encontraban estacionados frente a mi casa,respire una última vez para tomar la perilla de la puerta y entrar,mi madre se encontraba en la entrada con una bandeja de hermosas galletas decoradas,era fácil adivinar quién era el que las había hecho.

Desvíe la mirada al perchero mientras me sacaba la chaqueta de mi padre y sacudía la nieve que se había impregnado en mis botas.

-¿cómo estuvo tu paseo querida?-la mire mientras mi vista se dirigía a Prim,la cual se aproximaba caminando a gran velocidad por el pasillo.

Guardé silencio,esperando que los agentes de La Paz que yo sabia estaban en mi casa hicieran acto de presencia.

-tenemos visitas.-dijo ella antes que yo pudiera pronunciar una palabra,dos agentes de La Paz salieron de la cocina mientras caminaban de manera decidida hacia mi.

-señorita Everdeen,acompáñenos.-me resultaba un poco ridículo que tuvieran que escoltarme dentro de mi propia casa,los seguí hasta el final del pasillo,donde se encontraba la biblioteca,sabiendo que tras esa puerta se encontraba nadie más ni nadie menos que el presidente Snow.

Me abrieron las puertas de manera servicial mientras un aroma dulzón luchaba por penetrar mis fosas nasales,tuve que contenerme para no vomitar,frente a mí a unos pocos metros de distancia en el escritorio se encontraba sentado el presidente Snow,con una presencia imponente,tuve que morderme la lengua para no intentar abrir la puerta y salir de ahí.

-presidente Snow,que honor.-le dije haciendo una leve reverencia a la vez que él me examinaba de pies a cabeza.

-déjese de juegos,usted no me agrada y yo no le agradó,creo que todo estaría mejor si prometemos no mentirnos.-le sonreí de la manera más amable que pude.

•Retomando mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora