XVII.

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Beatríz, como se había prometido a si misma, comenzó a seguir a Mangel hasta el centro comercial. No era que fuese celosa, de hecho estaba acostumbrada ya que sabía la vida que Mangel llevaba, y podía tolerar que chicas le pidiesen fotos, lo abrazaran y le besaran en la mejilla, pero esta vez estaba notando un comportamiento extraño en él que le hacía desconfiar. Sobre todo cuando salía con Rubén, su mejor amigo.

No pasó mucho tiempo para que a lo lejos viera cono Rubén se acercaba a él y lo abrazaba cariñosamente, después de todo, era su mejor amigo. Pero incluso Beatríz, podía notar que algo se traían entre manos.

Pasaron algunas horas, en las cuales ellas mantenía la suficiente distancia para que no la descubrieran, además de unas gafas de sol, que pensándolo bien, en la noche la harían ver como una tonta retrasada, pero eso era lo de menos ahora.

Ahora mismo se encontraban en un club nocturno pasando el rato, bebiendo y bailando al ritmo de la música. Bea no despegaba la vista de ellos, hasta que notó algo extraño. Quizás era su imaginación, pero estaban más cerca de lo que se supone debes estar con tu mejor amigo.
Ambos caminaron hacia uno de los lugares más alejados del club, perdiéndose de la vista de todos, pero menos de ella, quien los seguía ahora bastante más cerca que antes. Y entonces pasó algo que la dejó completamente en shock. Parpadeó repetidas veces pensando que a lo mejor estaba viendo cosas que no son, pero estaba más que claro que era real, tanto que hasta las lágrimas inhundaron sus ojos por completo, y sin poder aguantar más, salió corriendo del club, empujando a la gente sin importarle que una que otra le maldecía por la mala educación que había tenido al pasar de ellos literalmente casi por encima.

Salió del club y corrió sin detenerse por las calles solas e iluminadas de Madrid, hasta que llegó a un punto en que sus piernas no lo soportaron más y flaquearon haciéndola caer de rodillas. Llorando desconsolada, no precisamente por el golpe.

Mangel, su novio de hace algunos meses, la estaba engañando.

Y lo peor de todo, es que era con su mejor amigo. Alguien de quien nunca hubiese sospechado y al quien le tenía toda la confianza del mundo. Rubén.

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I'm Not The Only One ; RubelangelWhere stories live. Discover now