Capítulo 26 - Campana de Cierre

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"Max, siéntate ... por favor. Bueno, ¿dónde empiezo?"

"Creo que un gracias, buen trabajo ahí afuera sería un buen comienzo, Sebas."

"Cállate la boca, Max. Mírate. Desde que regresaste de la escuela de negocios, lo cual yo y la maldita compañía pagamos, has sido un desastre y has estado jugando muy, muy riesgoso."

Él continuó, "Regresaste hace dos semanas, y parece que no te has bañado en un par de días o has estado fuera en una borrachera, y pareces un fantasma cuando no estás trabajando. Ni siquiera te estás tratando de coger a la asociada con la que te enganchabas antes o salir con los otros negociantes. Checas a la llegada y a la salida, como un reloj, sólo que apenas estás aquí. Y cuando lo estás, eres un riesgo total. Para mí, para los negociantes, y para ti mismo."

"Gran discurso, ¿me puedo ir ahora?" Max replicó.

"¡No! ¿Qué diablos está pasando?"

Max se desplomó en una de las sillas Barcelona, deslizando su mano lentamente sobre el cuero y botones de nudo e hilo. Suave y sedoso, como ella. Como Emma.

"¿McFly, hola? ¿McFly?"

"Mira, he tenido algunas cosas personales. Nunca tomé un descanso entre el final de las clases y el regreso al trabajo, y por si fuera poco, acabo de salir de una relación que me ha estado jodiendo la cabeza."

"Vaya, Max. Mujerzuelas corriendo sueltas, ¿eh? Antes te llamábamos El Puma, porque eras un padrote por ahí. Ahora sólo eres una de las mujerzuelas."

"Jefe, ¿es un buen momento para decirte que eres británico y blanco, y no un gangster mafioso de Compton?"

"Chistoso. Esto es lo que va pasar ... compinche. Dos semanas de vacaciones no pagadas para que arregles tus cosas. Arregla lo que sea que tienes y regresa aquí y das la mejor impresión de Max el tipo que contraté o te largas de aquí."

"Entendido, jefe," Max dijo levantándose y tratando de arreglar su corbata.

"Sólo regresa a casa, engánchate con una de las pasantes o asociadas, y diré que estás de vacaciones para guardar apariencias. ¿De acuerdo?"

"Sebas, tú sabes que no me meto con niños pequeños como Ming."

"Hmm. Nos vemos en dos semanas, Durant," Sebastián dijo azotando la puerta en su cara.

Max ni siquiera se molestó en regresar a su escritorio y salió del edificio para encontrar a Rebecca, una de las asociadas jóvenes, esperando en el patio.

"Ey sexy, ¿por qué no has querido jugar últimamente?" ella sonrió con superioridad y con una ceja alzada.

"Ah mierda, Rebecca. No es un buen momento."

"Maxi, no me has dirigido la palabra desde que regresaste. ¿Me estás evadiendo?" ella respondió con una cara de puchero.

"Rebecca como te dije antes, nos divertimos, pero yo quería hacer algo más con mi vida, por lo que me fui." Max frunció la frente, frotando su pelo y buscando su celular en uno de los bolsillos de su traje.

"También mencionaste mantener una política abierta cuando regresaras."

"Sí, bueno ... parece que la puerta está cerrada por ahora. Escucha, tengo mucho en mi plato, nos ponemos al tanto después, ¿está bien?"

"No. Te ves como mierda por cierto. Me vestí para ti, y hasta traje un regalo para que lo abramos juntos."

"Dos nuevos mensajes." Max cerró uno de sus oídos y trató de escuchar los mensajes mientras que la Jessica Rabbit falsa lo trataba de seducir con el tráfico peatonal del centro de Londres.

Robando A EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora