Entrevista a Poeta Resignada by Ovejita Cabrona

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Tarde en la noche, abro mi casilla de mensajes de Wattpad. Después de esperar y contactar escritores, Poeta Resignada, responde a mi pedido. Ella será mi primer entrevistada. Me cuenta que es de la ciudad costera de Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina.

Tras negociar un mejor desempeño en los torneos ovejeros, el granjero decide prestarme sus millas para que viaje a la Argentina.

***

Después de toda una vida en las campiñas Suizas, me dispongo a preparar mi maleta. En el interior guardo un cepillo de cuerpo, cepillo e hilo dental, pasta dentrifica, permiso sanitario de exportación, certificado de salud veterinaria,  documento, pasaporte, grabadora, lentes de sol, cuatro guantes y bufanda.

En el aeropuerto de Zúrich, tuve la mala predisposición de el personal del mismo en dejarme subir al avión. Les expliqué que mis vacunas estaban en regla y que el veterinario me autorizó a viajar. Hice un berrinche que terminó en dos dardos tranquilizantes - uno en cada nalga. Los muy desgraciados, despues de drogarme, me metieron en una de esas cajitas en las que viajan perros y gatos en la bodega de equipaje. Algo que por cierto hirió mi ego animal.

Cuando despierto, estoy sentada con la cabeza de lado en la sala de el Aeropuerto Internacional Astor Piazolla en Mar del Plata.

Un policía en traje azul marino con las iniciales PFA (Policía Federal Argentina) me observa ceñudo y me extiende mi maleta. Me dice que me acompañará hasta la salida y que pedirá un taxi para mí.

Es increíble que pueda entender el español a la perfección sin siquiera haberlo estudiado alguna vez en la vida. En fin, hay peores cosas sin sentido que una ovejita viajando para realizar una entrevista del otro lado del Atlántico.

Cuando salgo del aeropuerto, un frío viento me azota gélido e imparcial. Es en ese momento cuando me pongo los cuatro guantes y bufanda. Aquí es otoño, aunque parece más un verano en la Antártida que otra cosa.

El taxista se queja por lo bajo con que no le deje pelo en el asiento y que ¡hay de mí! si me atrevo a orinarme allí ¡Genial! Mi moral sigue en caída libre.

Pocos kilómetros más adelante, el olor salado al mar y bullicio de la gran ciudad me reciben.

Faltan quince minutos para encontrarme con Poeta Resignada. El lugar de encuentro fijado es bajo el famoso elefante marino. Fue idea mía. Una muy mala por cierto. No dejan de acudir personas a sacarse fotos junto con el elefante y conmigo. Les aclaro que no soy una atracción, pero no hacen caso omiso. De cuando en cuando, alguna que otra gitana, se acerca a venderme todo tipo de bijouteri para el mal de ojos. Les digo que no soy supersticiosa ni cosa por el estilo, es decir,  soy una oveja,  no  tengo creencias. Lamentablemente, la gitana gana, y termino comprando una llavero para el granjero, un collar  para la mujer del granjero y una calcomanía para mi enorme trasero.

Un vendedor ambulante con una canasta se acerca a verderme unas extrañas galletas tubulares  y crocantes, llamadas churros. Pido una docena. Muero de hambre y no veo pasto por ningún lado.

- ¿Ovejita Cabrona? - pregunta la voz de una joven mientras me relamo las pezuñas.

Aclaro mi garganta y asiento con los ojos lagrimeando a causa del churro que se quedó a medio camino de mi esófago.

Poeta Resignada se da cuenta de mi atoramiento, me toma por detrás y presiona por debajo de mis costillas hasta que después de un largo meeeeee, logro recobrar el aliento. Me disculpo por mi mal momento y le explico que viajé  sedada todo el recorrido hasta llegar aquí.

- Antes que naaaaaada - digo volviendo aclarar mi garganta - Muchas gracias por responder a mi pedido y prestarte a la entrevista.

Blog de La Ovejita Cabrona, Criticas y Algo Más Where stories live. Discover now