2. El profesor Nam

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La campana para anunciar el término de las clases, por fin suena y, enseguida todos los presentes empiezan a guardar sus pertenencias.
—Recuerden que la mayoría de los temas de esta semana vendrán en el examen —dice Woo Hyun, suspirando antes de regresar a su escritorio para empacar sus libros.
Sung Kyu mira de reojo al maestro y los muchachos empiezan a abandonar el aula. Su amigo Min Ho le palmea el hombro con suavidad antes de levantarse de la silla y dirigirse también a la salida. Varios de los alumnos dejan sobre la mesa el trabajo que el profesor de literatura encargó un par de días atrás y, cuando Sung Kyu entrega el suyo, la varonil voz de Woo Hyun lo llama con firmeza.

—Señor Kim, tengo que hablar con usted. ¿Puede quedarse unos minutos?
Sung Kyu abre más los ojos y su mirada se desvía a la puerta del salón, donde su mejor amigo lo espera. Parpadea un par de veces y Min Ho sólo le sonríe, comprendiendo al momento que no irá con él a tomar el transporte. El pelirrojo suspira y cuando ve a Choi darse la vuelta, se acerca más al escritorio del profesor y levanta la vista para cruzarla con la suya.
Ambos se han quedado a solas en el aula, y Nam se levanta de su asiento, tomando el trabajo que ha dejado Sung Kyu, antes de rodear la mesa y acercarse al muchacho.
—No era necesario que usted hiciera el ensayo. Está exento el resto del semestre —menciona Woo Hyun, con un tono orgulloso, hojeando las hojas poco a poco. Sung Kyu aprieta los labios y un leve sonrojo aparece en sus mejillas.
—La calificación es importante para Min Ho. No puedo ser irresponsable, además, somos un equipo —aclara, tratando de sostenerle la mirada a su maestro mientras el hombre devuelve el trabajo a la mesa.
—Se le llama equipo cuando las partes que lo conforman trabajan conjuntamente, sin embargo, aquí el único que se esfuerza, es usted —replica, acercándose un poco más al muchacho.
Sung Kyu rueda los ojos y deja escapar el aire que han retenido sus pulmones antes de afilar su mirada.
—¿Estás aceptando que no te esfuerzas lo suficiente? —cuestiona, cruzando los brazos y frunciendo el ceño.

Rascándose la punta de la nariz con su dedo, Woo Hyun le muestra una avergonzada sonrisa.
—Sabes que trato de hacerlo, pero, es más complicado de lo que piensas —expresa, y entonces Sung Kyu hace un puchero, molesto, y luego le da la espalda.
—Sin embargo, no fue complicado llevarme a un hotel y quitarme la virginidad, ¿verdad? —expone con reproche, sintiendo enseguida las fuertes manos de su maestro aferrarse a sus hombros.
—No lo digas en ese tono. Te hice el amor, Sung Kyu —susurra, acercando su pecho a la espalda del jovencito—. Sabes que te quiero. Que haría cualquier cosa por ti —asegura en un tono demasiado sugerente, al mismo tiempo que acerca sus labios a la oreja del menor.
Sung Kyu se estremece ante sus palabras, apreciando la ligera respiración que choca contra su piel, y después Woo Hyun desliza sus manos hasta rodear la cintura del pelirrojo. Kim descruza los brazos y gira sobre sí mismo, quedando frente a su profesor antes de enredar las manos tras su nuca.
—No mientas —pide Kim, suplicante.
—No lo hago.
—Ya no puedo seguir esperando.
—Sólo te pido unas cuantas semanas más.
—Eso dijiste el mes pasado.
—Lo sé, pero...
—Woo Hyun, no quiero ser sólo tu amante —declara, y Nam suspira profundo antes de rozar su labio inferior con uno de sus dedos.
—No lo serás, te lo prometo.
Y ambos se funden en un apasionado beso. Woo Hyun lo aprisiona más contra su cuerpo y Sung Kyu jadea, presa de la desbordante lujuria que le hace sentir su profesor.
El joven no sabe con exactitud cómo ha llegado a esa situación; siempre ha sido un alumno ejemplar. Un muchacho con un prometedor futuro; con un historial académico impecable. Sus otros maestros le dicen que no pierda el tiempo en cosas banales, que lo más importante es que termine su carrera. Su hermano mayor está muy orgulloso de él y, sin embargo, no se pudo resistir a la seductora mirada de Woo Hyun la primera vez que lo notó. De un momento a otro, en la mente de Sung Kyu, sólo se mantuvo la idea de entregarle su cuerpo entero a ese apuesto profesor. Ansiaba descubrir los placeres carnales entre sus fuertes brazos, sus duros muslos y su tonificado abdomen. Sung Kyu cayó rendido a las embelesantes palabras del hombre, y ante una promesa que, si se analizaba con detenimiento, no era más que una simple fantasía.

No obstante, el muchacho está perdidamente enamorado y, además, muy confundido. Kim está demasiado abrumado con la perfección que ve en su profesor. Cualidad que, sólo puede ser opacada con un 'minúsculo detalle': Nam está casado. Woo Hyun tiene esposa y dos pequeñas hijas.
Eso nunca fue un secreto; todos en la universidad lo saben, y también. otros saben que Woo Hyun no es el 'esposo ejemplar'. Pero Sung Kyu se olvida de la existencia de ellas cada vez que el hombre lo atonta con sus besos, cada vez que lo hipnotiza con sus caricias; en esos momentos no puede pensar en otra cosa que no sea su profesor, y en el alocado, desesperado, ciego, y ridículo amor que siente por él.

—Seo Ji Soo, mucho gusto.
—Kim Myung Soo, el gusto es mío —responde con seriedad, estrechando la mano de la muchacha que será, desde ese momento, su compañera.
Estudia por unos cuantos segundos el rostro de la chica y su aspecto le parece muy pulcro, además de que, claramente, es más joven que él. Y Myung Soo se siente algo (sólo un poco) abrumado. Nunca antes ha tenido un compañero para resolver los casos, y también tendrá que acostumbrarse a tratar con más personas.
—Me dijeron que tienes experiencia. Yo apenas me gradué el año pasado —menciona Ji Soo, dejando su pequeño maletín en el escritorio al lado del que está ocupando Myung Soo.
—Pues, debes ser muy buena. No cualquier graduado llega a este lugar.
La chica se encoge de hombros y le regala una linda sonrisa.
—No tanto como tú —responde con un tinte de admiración—. También me han hablado mucho de tu impecable reputación —le hace saber, y Myung Soo le muestra sus hoyuelos con una orgullosa sonrisa.
El detective se da la vuelta entonces para ir a su lugar tras la mesa, y de pronto aparece su jefe bajo el marco de la puerta. Ambos le dedican una reverencia y el hombre les da los buenos días.
—Tengo el primer caso para ustedes —anuncia, dando un par de pasos más cerca de los detectives para entregarles una carpeta color crema—. Quiero que investiguen el homicidio de Gangnam, pero vayan primero con el médico forense. Han identificado los cuerpos.
—Enseguida, capitán —dicen los detectives al unísono.
Jung Yeop sale de la oficina y Myung Soo toma las llaves de su auto.
—Vamos, Ji Soo —dice, y la joven asiente, sonriendo animosamente antes de seguirle hasta el ascensor.

¿No podías amarme? | WooGyu/MyungJongWhere stories live. Discover now