Día 3.

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Narra Sasuke 

Me levanté, me bañe y me dirigí hacia la cocina, ahí se encontraban Tomori, Itachi y Shisui.

Sasuke: Hola. —los saludé, Itachi y Shisui estaban poniendo la mesa para desayunar, Tomori preparaba el desayuno sumamente feliz.—

Tomori: Buenos días Sasuke. —sonrió.— Podrías ir a despertar a los chicos. —asentí y me dirigí hacia la pieza de Obito.—

Sasuke: —Obito, despierta. —lo moví.—

Obito: Baka-Kakashi aléjate de Rin, ella es mía. —fruncí el ceño, este tipo estaba más loco que Naruto, con mi pié lo empujé y lo voté de la cama, se levantó asustado y se golpeó en la cabeza.—

Sasuke: El desayuno está listo, Tomori te espera abajo. —éste estaba en el suelo y no reaccionaba.— Obi... —ya que, de todas formas en algún momento tendrá que despertar, me dirigí hacia la pieza de Madara—

Izuna: Buenos días Sasuke. —me sonrió.—

Sasuke: Hmp. —lo saludé— Oye está listo el desayuno... —me interrumpió.—

Izuna: Genial, despierta a Madara para que vaya a desayunar. —salió de la pieza.—

Sasuke: Es tú hermano, despiértalo tú. —él frunció el ceño.—

Izuna: ¡Obvio no! —le salió la diva que llevaba dentro— Luego se enoja y te fastidia, tú eres joven así que puedes soportarlo, suerte. —bajó las escaleras y se dirigió al comedor.—

Suspiré, nunca más vuelvo a ayudar a alguien, esto de hacer buenas acciones no va conmigo.

Sasuke: ¡Madara! —grité en su oído, esté saltó de la cama y cayó al suelo, me dirigí hacia la puerta.— El desayuno está listo. —salí de la pieza, Madara gritaba.—

Madara: ¡Estúpido emo! Estaba a punto de matar a Hashirama y tú lo arruinaste, conocerás la irá de Uchiha Ma.. —cerré la puerta, no estaba de humor para gritos, aún era muy temprano.—

Bajé las escaleras, Obito tenía en su mano una bolsa de hielo.

Sasuke: Vaya, veo que has despertado. —sonreí falsamente, esté me fulminó con la mirada.—

Tomori: ¡Abuelo! Apúrate, el desayuno se enfría. —esperamos unos minutos y nada, Madara no bajaba, Tomori suspiró y se dirigió a su cuarto la seguí.—

Madara estaba tapado hasta la cabeza y apretaba sus ojos con fuerza.

Tomori: Abuelo, ¿Qué haces? —lo movió.—

Madara: Desayunen sin mí, necesitó dormir y saber cómo acaba el sueño. —nos hizo una señas con las manos y nos echó, Tomori cerró la puerta, bajamos las escaleras.—

Desayunamos en silencio, nadie tenía ganas de hablar, todos estábamos cansados, limpiar toda una cocina no era fácil y más si los que limpian somos nosotros.

Tomori: Chicos, ya me voy, confío en que no harán ningún desastre. —tomó su mochila y su guitarra.—

Shisui: Una pésima idea, mira que confiar en nosotros es la peor idea de todas. —susurró, Obito rió.—

Tomori: ¡Adiós! —se fue, la sala quedó en completo silencio, nos sentamos en los sillones y ahí nos quedamos.—

Izuna: Han pensado en una forma de volver a casa. —preguntó.

Itachi: Madara dijo que se pondría en contacto con la aldea.

Obito: Yo aún no me quiero ir. —reclamó como niño pequeño.—

¡Los Uchihas Invaden Mi Casa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora