Capítulo 3

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Después de acabar las clases Ray tuvo entrenamiento de basket, así que me mandó a casa con nuestra vecina, Ashley.

Cuando sucedía esto de sus entrenamientos, me mandaba con ella y a pesar de que ella era menor que yo me llevaba bien hablándole durante el camino.

Era muy callada, tímida tal vez. Pero cuando estaba conmigo, hablábamos por horas hasta llegar al edificio.

Tenía que distraerla para irme, debía ir a los laboratorios Extrax. Era mi sueño y si Ray no me apoyaba lo conseguiré sola.

- Iré a comprar unas cosas al supermercado. - mentí - Nos vemos luego.

Comencé a caminar lejos de ella tratando de caminar lo más rápido posible, pero sentí una mano impidiéndome mover; estaba tomándome de la mochila sin intención de soltarme.

-Ray me advirtió que no te dejara ir.- me dijo seriamente.

- ¿¡Es que él no lo entiende!? - dije ahora molesta. - ¿y ahora te pone a ti a cuidarme?

-¿A donde quieres ir? - me preguntó ahora interesada, ignorando mis comentarios.

- No lo entenderías...son cosas mías, es... es ciencia. La amo. Y además tengo una gran oportunidad para cumplir mis sueños y mi hermano no lo entiende. - dije prácticamente haciendo una escena enfrente del edificio, gritando como loca a las pared.

- Te entiendo, mi madre tampoco me apoya y no puedo hacer nada sin que lo apruebe. - dijo frunciendo sus cejas.

Claro que lo sabia, los gritos de su mamá resonaban por todo el edificio e incluso hasta nos enterábamos de cosas personales.
Jamás estaba feliz con Ashley a pesar de que ella era una buena estudiante. Esa señora era difícil.

Nos quedamos en silencio unos segundos y entonces ambas sonreímos como bobas al ver nuestros rostros enojados.

Sujetó su cabello color marrón en una coleta y mirándome con sus enormes ojos café moca sonrió como jamás la había visto.

- Vamos. - dijo muy segura, jalando mi brazo para caminar en dirección contraria a nuestras casas. - Luchemos por tu sueño.


...



Llegamos a los laboratorios en menos de una hora. Tuvimos que tomar dos autobuses pero valió la pena, ambas estábamos nerviosas. Este lugar era enorme y hermoso.

Tenían un gran campo verde, con algunas fuentes y lindos jardines. Un par de árboles y demás. El gran edificio era aun más grande que mi hogar y se veía mucho más tecnológico. En mi hogar aveces servía el ascensor y aquí parecían haber miles.

Había un gran camino de piedra para llegar a la entrada, en ésta habían un par de guardias. Cuando estuvimos frente a ellos, les mencioné mi nombre y rápido me dejaron pasar. Tal vez el profesor Spinder había avisado que vendría hoy.

Caminamos a recepción donde una mujer castaña y de ojos grises me atendió.

-¿Qué se le ofrece? - me preguntó amable.

- Soy una estudiante de la preparatoria Witmore, el profesor Spinder habló con un amigo suy...- me interrumpió levantando un dedo.

-¿Su nombre? - me preguntó aun con una sonrisa solo que ahora forzada.

Alguien no andaba de humor al parecer o tal vez era bipolar.

-Jousseth Dígori. - le aseguré mientras ella tomaba el teléfono que esta a su lado y presionaba uno de los botones.

Enseguida, estamos en total silencio mientras ella presiona el teléfono entre su hombro y oreja.

Al parecer responden y ella comienza a susurrar casi al teléfono.

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