Capítulo 1

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Cuando llegamos al restaurante y nos sentamos en una mesa que daba al estacionamiento, me miraba fijamente con su enorme sonrisa.

-¿Cuál es la verdadera razón por la que me trajiste?- dije cautelosa.

-¿Debe haber una?- preguntó sonriente.

Su hermosa sonrisa podría dejar a cualquier chica paralizada. Incluso a mi, a su hermana.

Su cabello castaño oscuro estaba desordenado, era corto pero aún así tenía mucho. Su piel era blanca, era pálido, pero me gustaba porque cuando se sonrojaba, era de un color rosa tan tierno que me encantaba apenarlo en público cuando tenía la ocasión.

-Hace mucho que no salíamos a cenar fuera.- asegure mirándolo tratando de descubrir el porque de su sonrisa.

-Te lo mereces, el profesor Spinder me dijo que vas a entrar en el concurso de ciencias, que tu hipótesis fue la mejor de todas.- dice con una mirada llena de orgullo y entonces emocionado besó mis manos mientras sonríe.- ¡Teníamos que festejarlo!

-No es para tanto, aún debo hacer el experimento y comprobar que mi hipótesis es cierta.- aseguré cruzándome de brazos mientras le miro comer uno de los nachos que se encuentran frente a nosotros y lo hunde en la salsa.

-Yo se que lo es.- asegura comiéndose el bocadillo de un mordisco- pero pudiste elegir otra materia; ¿porqué siempre es Bioquímica?- se quejó frunciendo las cejas.

-El profesor es bueno, además es mejor que biología dónde disecan animales y hacen experimentos en la naturaleza. - digo arrebatándole un nacho más que estaba por llevarse a la boca.- lo único que me agrada de eso es Extrax; Esos laboratorios si que tienen buenos juguetes.

-Empresas como las que tu admiras, se la pasan jugando con la naturaleza, no sólo con las plantas, también con humanos.- parece molesto ahora e incluso se calla repentinamente antes de decir algo más que parece ocultarme.

Se que está callándose algo, lo conozco demasiado bien como para que crea que no he visto eso. Al parecer puede sentir mi enojo pues me mira ansioso y derrepente mira a otro lado.

La mesera llegó a nuestro lado con su libreta pequeña, una pluma y una sonrisa coqueta para mi hermano.

Él de inmediato se enderezó y sonriendo con nerviosismo la saludó. No estaba nervioso por ella, si no por lo que hacia unos segundos había dicho, ¿Porqué estaría nervioso con esa chica teñida?

-Hola, me llamo Lucía y soy su mesera esta tarde.- dijo mirando a mi hermano con su sonrisa pintada de labial barato.

¿Qué esperaban? Es mi hermano mayor, alguien debe cuidarlo de arpías como la que esta frente a nosotros en este momento.

-Hola Lucía- dijo Ryan rápidamente- ¿podrías traernos una pizza grande y dos refrescos?

-Claro guapo- dijo anotando la orden en su libreta- ¿de qué sabor tu bebida?- le preguntó coqueta.

-¿HOLA? SI, AQUÍ. - la llamé- también tengo sed. ¿Podrías traer NUESTRAS sodas y que sean de manzana?- dije firmemente haciendo que se girará a mirarme para con una mueca de desagrado, anotar el sabor.-Por favor.

-Enseguida vuelvo.- dijo ella dándose la vuelta molesta para irse hechando furia hasta la barra de servicio.

-¡Jous!- me regañó mi hermano riendo levemente.- eso fue grosero.

-¿Qué se cree?- dije molesta mirándolo a los ojos.

-Tu eres la única mujer para mi ¿Okey? No te preocupes. - dijo sonriente.- No tengo tiempo para mujeres.

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