Capitulo 6: "Larga Noche"

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Me pase casi unas dos horas explicándoles a Ginny y a Molly en donde estaba y porque. Lo único qué le vio mala cara era a la cicatriz qué me hizo James, el nómada... después, se alegraron qué tenga a alguien digno de mi corazón... después, estuvimos preparando la cena, y otra vez, sentí un presentimiento nada bueno.

Suspire melancólicamente... era extraño haberme separado de Edward hace algunas horas y volverlo a extrañar tan rápido. Al suspirar, llamé la atención de Molly y Ginny.

-vamos, Bella.- me alentó Molly. -ten fe, Edward te ama, y no tendrá ninguna duda en olvidar cómo te fuiste de Washington. El te ama más qué a nada en el mundo.

-Bella, - me dijo Ginny. - mi mamá tiene razón, yo te diría qué nunca dudes de los sentimientos de Edward... yo haría eso.

-veo qué con ustedes no se puede. - les dije mientras acababa mi plato de comida. - si me disculpan, iré a dormirme. ¿Sigue habiendo tres camas en tu cuarto, Ginn?

-por supuesto, bella - me dijo con reproche. - ¿Cómo crees qué porque te fuiste mucho tiempo íbamos a sacar TU cama?

-bueno, viéndolo de ese modo... - cuando quise terminar, Molly me paró, poniendo cara de pocos amigos.

-Bella... - dijo enojada. - siempre serás bienvenida a esta casa, al igual que tu hermano... ustedes ya son dos más de mis hijos.

Yo, solamente asentí con la cabeza, mientras qué derramaba lágrimas silenciosas por todo lo ocurrido.

-Basta, Bella, de llorar. - me dijo Ginny. La pelirroja me agarró la muñeca y me arrastró (literalmente) hacia el cuarto qué utilizábamos Ginny, Hermione y yo. - ahora, dime. ¿Cuántos chicos habían detrás de ti desde qué entraste al colegio muggle?

-eh... - ¡piensa, Bella, piensa! ¿Qué le puedes decir a Gin-Gin? ¡Piensa, Potter! ¡Y qué sea rápido! ... después, me di cuenta qué no ganaba nada con mentirle.- creo qué casi todos... los más cercanos a mi fueron un chico rubio, Mike, y Eric, qué era un chico típico jugador de ajedrez, por lo qué puedo describir. Y al final se sumó un chico llamado Tyler, qué fue después de qué casi su furgoneta me aplastara... - al escuchar eso, Ginny me miró con cara de espanto y me miro de arriba abajo, viendo si no tenía nada qué haya provocado ese accidente. - por suerte, Edward, mi "vampirito vegetariano", me salvó. - terminé.

-guau - dijo ella impresionada. - me gustaría tener un novio así...

-ejem, - corregí yo, y le enseñé el anillo. - prometido, querrás decir. - al decir estas palabras me arrepentí de habérselo dicho, porque soltó un grito qué hizo qué Molly viniese corriendo, inmediatamente, con mi mano alzada, le tapé la boca a Ginny. - oye, no grites... qué me voy a quedar sorda por tu emoción.

-¿Por qué gritaste, Ginebra?- le preguntó su madre, qué parecía asustada, aliviada y enojada, todo eso, a la vez. - ¿sabes el susto qué me hicist...?

-¿Qué...?- pregunté yo todavía con la mano en la boca de Ginny, a quien miré, y me di cuenta de la razón de porque había callado... era porque había visto el anillo de Elizabeth Masen, la madre biológica de Edward.- oh... -dije con simpleza. - ¿debo una explicación? - pregunté después con una vocecilla.

-creo que si, Isabella... creo, qué si... -dijo Ginny sacando mi mano de su boca.

-creo qué tendrá qué ser en otra ocasión, porque algo me dice, qué está a punto de pasar.

Y exactamente después de qué Molly dijera aquello, un sonido de cómo un objeto caerse, resonó afuera.

Y yo, me tensé.

Bajamos las tres hacia el patio de casa, y ahí se encontraba un joven de mi edad, con pelo color azabache y muy desordenado, tenía puestas unas horrendas gafas, donde escondía unos enigmáticos ojos verdes, y las ropas y cara, sucias, cómo si se hubiese caído al fango. Lo identifiqué enseguida. Era él. Era mi hermano. Era Harry.

El, desorientado, miró por todos lados hasta qué su mirada captó la mía.

Primero, detecté incredulidad. Segundo, sorpresa. Y tercero (la tercera es la vencida), alivio mezclado con anhelo.

-Bella... - susurró casi inaudiblemente.

Y luego echó a correr hacia mi dirección... donde contenía los brazos abiertos.

La Otra Cara de BellaWhere stories live. Discover now