capítulo 1.

4.4K 270 36
                                    

Diana.

Ya habían pasado demasiado tiempo, más del que puedo recordar. Ana y yo habíamos tenido que salir corriendo de nuestro campamento porque entraron a saquearlo, sólo pudimos guardar unas cuantas latas de fruta y la mayoría de las botellas de agua. No teníamos nada. Lo único que teníamos eran las pocas latas, una cuerda, dos cuchillos y mi arco. No sé qué podremos hacer con eso, pero es lo mejor que tenemos hasta ahora.

-Se escuchan pasos. -avisé al mismo tiempo que paraba nuestro andar.

Tomé a Ana entre los hombros, la coloqué detrás mío e hice que se callara y me dejara escuchar con atención a los ruidos. Estaba en lo correcto: se escuchaban pasos y sea quién sea, está demasiado cerca. Miré por todos lado tratando de encontrar un lugar para escondernos pero solo había árboles y no me servirían de mucho si venían en grupo.

-Ana, tendrás que subir a un árbol. Por favor, por lo que más quieras, no hagas ningún ruido.

Ella asintió y yo la yudé a que se subiera al árbol más grande que vi, le hice señas para que callara y no hiciera ruido. Miré al suelo, guardé unas cuantas piedras en los bolsillos de mis pantalones y empecé a trepar hasta llegar al lado de Ana. Aguanté la respiración lo mejor que pude y le tapé la boca con mi mano para que no hiciera ruido.

Mientras los paso se acercaban cada vez más, mi corazón se aceleraba con más rapidez al mismo tiempo que empezaba a ver los mismos hombres que nos saquearon. Estaban buscándonos y lo más seguro es que quieren matarnos.

-Sal de tu escondite, pequeña perra. -gruñó con hira y desprecio un hombre desnutrido y barbudo.

Los hombres miraban por todos lados tratando de encontrarnos, pero como son tan idiotas no miraban hacia arriba de los árboles.

-No te queremos hacer nada. Ven, vamos a jugar- dijo con un tono burlón mientras recargaba su arma.

Si no se van pronto estoy segura que nos descubrirán, y eso no será nada bueno. Me prometí cuidar de Ana hasta el final de mis días y pienso cumplir esa promesa.




Después de habernos escondido en los árboles decidí que dormiríamos ahí por seguridad, pero al despertar no se encontraba Ana por ningún lado. Por un momento pensé que se había caído y se convirtió en un caminante, hasta que vi las huellas frescas de los hombres que nos buscaban. De inmediato supe que la habían raptado, así que me apresuré e inicié el rescate.

Caminaba lentamente detrás de las personas que habían secuestrado a Ana la mañana pasada. Trataba de pasar sin hacer ningún ruido pero hoy mi suerte es muy mala, me habían escuchado así que antes de que se voltearan saqué mi SA80 y empecé a dispararles en la cabeza mientras corría hacia la casa donde tenían a Ana. Me seguían y disparaban pero ninguna bala llegaba a darme por lo rápido que me movía.

La casa estaba cerca pero sabía que la puerta estaría cerrada, así que en cuanto vi una ventana no lo dudé dos veces. Aceleré mi paso y cubrí mi cabeza con ambos brazos para que los pedazos de vidrio no me dañaran al pasar por la ventana, ahora rota.

Rodé por el suelo hasta chocar con una puerta de la cual salían gritos ahogados. Me paré de un salto y caminé hacia atrás para poder tomar impulso y después salir corriendo y tumbar la puerta de un empujón. Adentro habían más personas de lo que había pensado, pero no me dediqué a observar a ninguna cuando me percaté que una de ellas era Ana. En cuanto la vi no lo dude dos veces y corrí para luego quitarle todo lo que la tenía apresada lo antes posible. Ellos ya sabían que estaba ahí, y si nos atrapaban ya no habría ninguna escapatoria.

-¡Diana!- la pequeña vino corriendo hacia mi dandome un gran abrazo- tienes que ayudarlos. -me suplicó con sus hermosos ojos al mismo tiempo que apuntaba con su brazo detrás de mí.

Miré hacia donde estaban las demás personas y puedo jurar que las había visto antes. Caminé para acercármeles y los desaté, cada uno se fue quitando la mordaza y fueron a  ayudar a sus demás compañeros.

-Gracias, de verdad gracias. - un señor, con barba, me agradecía desde una de las esquinas de la habitación.

No respondí, sin embargo esperé a que todos ellos estuvieran en pie. Se reunieron en un circulo grande mientras que todos escuchan al tipo barbudo que me había hablado hace unos momentos.

No les tomé importancia, así que me agaché hasta la altura de Ana para poder hablar bien con ella.

-Ana, saldremos por la parte de arriba. Tú saltarás a mi espalda y yo me tiraré y así nos iremos lo antes posible ¿Sí?

-Sí.

Tomé de la mano a Ana ya dispuesta a irme, pero otra persona me tomó de la mano. En un movimiento brusco me giré dispuesta a cortarle la cabeza a quien sea, pero me tranquilice al ver que era el supuesto líder.

-Quédense con nosotros, somos un grupo grande y no les faltaría nada. -lo dijo muy calmado, como si estuviera seguro de que no éramos ningún peligro para ellos, pero no los conocía ni ellos a mí. Ana y yo hemos pasado demasiado tiempo solas, así que el estar en un nuevo grupo, con más personas y nuevas reglas no es una decisión que pueda tomar a la ligera, así que me tomé el tiempo de observar a todos y cada uno de ellos, y un sentimiento de alivio y melancolía me invadió por completo. No estaba segura del por qué, pero es como si ya los conociera, pero eso no significa que confíe en ellos.

-Lo siento, pero estamos bien por nuestra cuenta. - aclaré - sin embargo, los ayudaré a escapar.

El  líder se giró hacia su grupo y habló en alto -Escuchen, ella nos ayudará a escapar y viceversa. Estamos rodeados y tenemos que ver la posibilidad de cómo salir sin ser heridos con gravedad.

Todos empezaron a hablar y realmente no les entendía, solo se escuchaban tantas voces diferentes que me confundían más y me desesperaban.

-Hay una forma- todos se voltearon a verme impacientes- podemos salir por arriba, pero tendríamos que saltar.

Después de debatir rápidamente el líder nos dio la orden de cómo salir de este lugar. Yo traía a Ana colgando de mi espalda mientras que en el fondo había una señora de pelo corto lleno de canas con una bebé en brazos.

Abrimos la puerta y salimos corriendo a la planta de arriba, abríamos y cerrábamos puertas de diferentes habitaciones como locos, pero todas las ventanas de éstas estaban parchadas con pedazos de madera, sólo quedaba una puerta pero se veían unos pies dentro. Bajé a Ana y recargué mi arma, lista para cualquier cosa.

Empecé a caminar mientras todos se apartaban de mi camino y me cubrían por detrás, pateé la puerta haciéndola caer, puse en alto mi arma y me encontré con dos hombres que me al parecer nos estuvieron esperando mientras me apuntaban con armas. Les Sonreí y les disparé antes de que ellos lo hicieran.

Los demás entraron y tomaron todas las armas, apenas me di cuenta que era un cuarto lleno de ellas.

-¡Vamos salten! -gritó el hombre barbudo.

Salí de mi trance y tomé de nuevo a Ana y salté. Salté y por mala suerte, por estar viendo a alguien, por estar de tonta, por estar recordando en el peor momento, por estar viendo a Carl, a mi hermano Josh, a mi papá y al grupo entero: Caí de cara y terminé cerrando los ojos mientras escuchaba un pitido en los oídos.

Be Strong ||Carl Grimes|| TERMINADA.Where stories live. Discover now