20. Pulguita

1.8K 152 29
                                    

Capítulo 20. Pulguita

No sé cuánto tiempo, para ser precisa, pasa desde que no he apartado la mirada de Andrew. Incluso Connor salió huyendo apenas lo reconoció, claro, no sin antes mirarme avergonzado y de aquella manera que me hizo sentir divertida. 

—Se ve que no pierdes el tiempo—el sarcasmo explota en pequeños pedazos, provocando que mis mejillas se tornen rojizas, que pensara de aquella manera me dejaba por los suelos,  dejando que la indignación se combine con la cólera.

—No es lo que tú piensas—suelto bruscamente, cruzó ambos brazos sobre mi pecho, tal vez, en un intento estupido de protegerme—, y si ese fuera el caso, a ti que más te da.

Al demonio con el maldito plan.

—Sabes, tienes razón—lo miro directamente a los ojos, no supe cuando fue que se convirtió en un juego de miradas, pero no pensaba apartarla, no esta vez—hace tiempo que me dejo de importar lo que hacías, y mírame—alzo ambas manos a cada lado de su cuerpo—soy feliz, estoy a punto de casarme con una mujer que si me sabe valorar y que no se anda acostando con cualquiera que se le cruce.

Muerdo mi mejilla tan fuerte que duele, aprieto ambas manos en puño hasta dejar que mis cortas uñas lleguen a lastimar la piel de mis palmas. No voy a caer en su juego, sé que está molesto por lo que acaba de pasar, así que lo único que me limito hacer es sonreír lo más amable que puedo, después de todo, vivirá por bastante tiempo a lado mío.

—Tienes demasiada razón—sonrió de lado—, y no sabes cuánto lo disfrute, él me hacía sentir cosas que nunca me hiciste sentir tu cuando lo hacíamos—quiero reír por la forma en la que cada facción de su cara muestra que tanto le afecto lo que acabo de decir, sin embargo, me obligó a mantener la compostura.

Su traje que se encontraba perfectamente planchado deja de estarlo cuando me toma sin cuidado alguno de mis muñecas y me arrastra velozmente hacia su departamento cerrando la puerta de un golpe nada silencioso.

—¿Estas tan segura de eso?—su voz suena más ronca de lo normal y sus ojos son de un tono más oscuros de lo normal, el miedo empieza a extenderse por todo mi cuerpo, incluso siento que, si no deja de mirarme de aquella manera, el temblor de mi cuerpo se haría evidente.

—Completamente—aseguro altanera a la vez que dibujo una sonrisa jocosa en mi rostro. Todo aquello no resultaba para nada divertido, pero no podía permitir que jugara conmigo.

Cuando una risa maliciosa es dejada al aire, supe que estaba perdida en todos los sentidos posibles. Incluso antes de que pudiera replicar, sus labios se posan sobre los míos con fuerza, mientras coloca mis brazos arriba de mi cabeza evitando que lo toque. Su cuerpo se pega completamente al mío haciendo que mi espalda choque contra la puerta de madera, un leve gemido brota de mis labios ante aquella acción.

Todo era acciones bruscas y necesitadas, sensaciones borrosas pero que me dejaban por la nubes. La suavidad de sus labios recompensaba el salvajismo en su demandante beso.

De un momento a otro deja de agarrar mis brazos para poder cargarme, y siguiendo mis instintos, rodeo mis piernas en su cintura, llevando mis manos sobre las hebras perfectamente ordenadas, jalo con fuerza de pequeños mechones, logrando desordenarlo y a la vez, ganandome un sonoro gruñido.

En ningún momento he sido capaz de abrir mis ojos y estoy segura que él tampoco. Desabrocho lentamente cada uno de los botones de su camisa,  tiro de ella para poder sacársela una vez que ya no hay ningún impedimento para hacerlo. Pegando nuevamente mi espalda contra la pared, saca su camisa, y tomando la precaución para no caerme, pongo más presión en su cintura, evitando un accidente.

Acosadora (Libro #1)Where stories live. Discover now