13.Un juego ganado.

2.3K 167 20
                                    

Capítulo 13. Un juego ganado.

Andrew

18 años

5 frebrero del 2008

Me dejo caer en el cómodo sillón de color hueso una vez que entro por la puerta, el cansancio se podría notar a kilómetros de distancia sin embargo no me atrevía a decir nada, mis piernas dolían y casa músculo de mi cuerpo gritaba por un poco de descanso.

—Vamos amor no fue nada—Julieta se sienta alado mío dándome unas palmaditas en mis muslos con una sonrisa triunfante—, fueron unas cuantas cuadras nada más.

Ruedo ambos ojos, mi respiración se encontraba acelerada por haber corrido más de una hora sin parar.

—Por supuesto, no sabes cuánto me divertí— mi voz suena más sarcástica de lo que pretendo.

—Sí y disfrutaste más cuando me decías cosas con doble sentido, ¿no?—arquea ambas cejas y no puedo evitar reír.

—Vamos nena, muévete más rápido—grite divertido, las mejillas de Julieta se tornaron de un color rosa fuerte, clara evidencia de que entendió mis pervertidas palabras.

—¿O acaso quieres que te ayude un poco a moverte?—subo ambas cejas repetidas veces."

—Eso fue lo mejor—digo entre risas, agarro la mano de Julieta que se encontraba sobre mi muslo y la a traigo hacia mí, haciendo que quedará sentada en mi regazo con sus piernas a cada lado de mi cadera.

—Eres un maldito pervertido—esta negó unas cuantas veces con la cabeza antes de que una sonrisa apareciera en su boca, sus manos van directamente hacia el desastre de cabello que cargo, sus dedos perdiendo entre mechones de cabello, tal vez en un intento de que se vea algo presentable.

Mentiría si digiera que no quisiera hacerle algo justo ahora a Julieta sobre el sofá y quitarle toda la ropa que trae, pero joder gracias al sudor su ropa deportiva se pegaba más de lo necesario dándome una buena vista, pero para mi mala fortuna no tengo conmigo condones y sin mis fieles amigos no hay nada de diversión.  Tengo que controlar mis impulsos de chico cachondo.

La atraigo más a mi dejando en el proceso ambas manos sobre su espalda, mi mirada automáticamente busca sus labios y como si supiera lo que pensará, los remoja con su lengua, invitándome amorderlos y acariciarlos, una jodida tortura,  una dulce tortura. Pego mi boca sobre la suya moviéndola suavemente, saboreando el dulce sabor del jugo que tomó en el camino, oh jodido infierno, la naranja se ha vuelto mi fruta preferida, siento sus manos deslizarse hasta mi cuello ejerciendo la fuerza suficiente para que el beso se torne más profundo y salvaje.

—No hay nadie en casa—dice con la voz agitada sin despejar sus labios de los míos, tal vez no sea el único que tenga que controlar sus hormonas, y a decir verdad, en las últimas semanas Julieta es la más atrevida de los dos.

—¿Fuera ropa?—pregunto con voz juguetona, una parte de mí quería que tomará la iniciativa pero la parte racional me grita que la separé antes de caer en la tentación y jugar sin protección.

—Vamos a jugar—se para rápidamente de mi dejándome sorprendido y con una grande erección, agarro el cojín que se encuentra a lado mío para tapar mi entrepierna mientras la veo moverse por todo el lugar en busca de algo.

—¿Jugar?—cuestiono incrédulo—¿enserio?

—Aquí esta—dice evitando por completo mis preguntas—, vamos a jugar Telefunken—se sienta nuevamente alado mío mientras pone unas cartas sobre la pequeña mesa de vidrio que se encuentra en el centro.

—¿Es como el póker?—termino preguntando al fin, vamos ya tengo una jodida erección, ¿que más podía ser peor?

—No—niega concentrada—veamos esto será así, el que pierda se va quitando una prenda, estas son una cuantas reglas—voltea a verme, pidiéndome con la mirada que le preste atención, lástima que aquella mirada tiene una reacción diferencia causando que me pierda en el bonito color de sus ojos—, en cada ronda se reparten once cartas a cada jugador. El jugador a la derecha del que reparte recibe una carta adicional, ósea tú. Cada jugador debe formar el o los grupos de cartas que corresponden a cada ronda, utilizando la carta que debe tomar del mazo de cartas que quedan en la mesa—explica rápidamente—excepto tu que ya tienes doce cartas. Si no puedes completar el o los grupos de la ronda, debes devolver una carta a la pila de cartas devueltas. En esta pila las cartas están con la parte de la "cara" hacia arriba, es decir, la parte de la puntuación de cada carta. Si después de haberse bajado, un jugador completa más grupos o forma una "escalera" gana—termina de hablar y quiero sonreír como bobo, sacudo la cabeza, mierda no escuche nada.

—Espera, no entiendo—Julieta empieza a repartir las cartas—explícame otra vez.

—Ya aprenderás mientras jugamos—ríe—bueno aquí están tus doce cartas y aquí están las mías—agarra estas y las mira.

—Eso es trampa—gruño indignado tomando las cartas, las miro y sigo sin entender que es lo que tengo que hacer.

—¿Listo para quedar desnudo?—cambia de tema, una sonrisa llena de maldad surca sus bonitos labios.

—¿Tu estas lista para quedar completamente desnuda sobre el sofá?—digo pícaramente, esta inmediatamente se sonroja y se aparta más de mí.

—Pues si quieres tener esta vista, tendrás que ganarme en todas las partidas—comenta divertida.

Tres horas después y soy capaz de decir que soy un asco en este juego.

—Una última ronda—suplico, mi voz sonando mas como un berrinche.

—No ya es tarde Andrew —dice Jul mientras se levanta del sillón—, mejor luego jugamos de nuevo—se mete a la cocina.

—Vamos una última.

—Ya dije que no amor—voltea a verme—casi veinte veces jugamos y de las cuales solo lograste quitarme los tenis—ríe.

—No es mi culpa que no me enseñarás bien, prácticamente fue trampa—refunfuño.

—No fue tan malo—deja un casto beso sobre mi boca—además disfruto de la vista.

Prácticamente me encontraba completamente desnudo si no fuera por el bóxer. No puedo creer que perdí en total unas dieciocho veces, joder.

—Vamos—agarra rápidamente mi mano y nos dirigimos hacia el cuarto de visitas—hay que aprovechar que ya estas desnudo, ¿no?—no deja que conteste cuando ya está prácticamente encima mío.

—Eso suena como un buen plan—susurro contra sus labios.

—Lo sé.

Acosadora (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora