[Yoonseok] Skin constellation

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Según entraba en el estudio de tatuajes con sus amigos, se preguntaba en qué momento había accedido a ello. Sopesó por un instante el echar a correr a través de la puerta hacia la calle y calculó que en unos minutos podría haberse deshecho de sus amigos en el jaleo de la gente, pero como si le hubieran adivinado las intenciones, uno de ellos le presionó ligeramente con ambas manos en sus hombros. Tras un vistazo rápido descubrió la sonrisa bobalicona de Taehyung inspirándole ánimos, aunque le inspiraba más miedos que otra cosa. Arrastrado por los brazos de Taehyung, llegaron ante una mesa, con una caja registradora y muchos bocetos de tatuajes bajo un cristal protector. El tatuador, encorvado, con pelo grisáceo desteñido, y tatuajes en lo que se podía ver de sus brazos, pintarrajeaba en un bloc de dibujos, haciendo un sonido con sus labios a modo de pregunta. Supuso que había más gente para preguntar que para tatuarse, cosa que deseaba estar haciendo tan sólo él.
- ¡Hola! - la siempre voz animada de Taehyung le devolvió al mundo terrenal sacándole de su bonita fantasía sin tatuajes ni tatuadores ni amigos instándole a hacer cosas alocadas - mi amigo quiere hacerse un tatuaje
El tatuador golpeó con el culo del lápiz varias veces en el bloc como frustrado antes de levantar la cabeza para mirar. Enarcó una ceja ligeramente y después miró al chico que había hablado como para querer asegurarse.
- Disculpa, pero tu amigo no parece muy convencido de ello, está pálido... De hecho me pregunto si le estará corriendo la sangre...
Cierto era que había perdido un par de tonos de color desde que había entrado en la tienda, pero intentando sacar valentía de donde podía, quizá inspirado por la cantidad de tatuajes que lucía con orgullo el artista tatuador que tenía frente a él, sacó del bolsillo derecho delantero un papel doblado que se apresuró con unas manos ligeramente temblorosas a desenvolver y entregar al chico que prestaba atención al grupito de amigos lo que quería tatuarse. Sin decir nada el chico miró la imagen y después suspiró, no era cuestión suya meterse si de verdad no quería o sí aquel tatuaje.
- ¿Dónde lo quieres? Es pequeño, puedo agrandarlo si lo necesit-
- No- cortó antes de que pudiera terminar la frase que arrastraba con los labios y su lengua- no lo quiero muy grande, lo quiero aquí- añadió mientras giraba su muñeca y señalaba la zona interior de esta, en la zona donde quería ese tatuaje.
Asintiendo, el tatuador sacó de un cajón un papel fino, poniéndolo sobre la mesa, encima del bloc de notas, y a mano alzada copió cada uno de los puntos y rayas que veía en el papel, sin entender bien que era, pero aún así dibujándolo con tal delicadeza que parecía saber exactamente qué era y como lo quería plasma en la piel virgen de aquel chico.
- ¿Cómo te llamas? - preguntó el tatuador por sacar algo de charla, aunque normalmente no tenía que hacerlo ya que la gente hablaba por él.
- Hoseok - murmuró el chico mientras prestaba atención a los trazos que daba el chico, viendo como este paraba y alzaba la vista, manteniendo sus ojos en él más tiempo de lo que le resultaba cómodo. - pero mis amigos me llaman Hobi
La boca del tatuador pronunció su nombre sin soltar aire ni ruido de entre estos, e inmediatamente después bajó la vista para terminar el boceto con los últimos retoques, mientras pensaba en cómo le quedaría a aquel chico un tatuaje, haciendo trazos finos como sus rasgos y unos puntos marcados como su sonrisa.
- Es la constelación de mi signo. - el lápiz se detuvo cuando pronunció aquello, cambiando los puntos que había por pequeñas estrellas con forma de diamantes irregulares para darle un aspecto algo más realista. Cuando hubo terminado se levantó del asiento, dejando ver su pequeña estatura mientras bajaba sus pantalones pitillos, colocándoselos tras haberse encogido estos al haber estado con las piernas dobladas y apoyadas en el taburete continuo.
- Bien Hoseok... Yo soy Yoongi y soy tu tatuador. Ven conmigo.
Ante el empujón de otro de sus amigos, Jungkook, dio un traspiés, recuperando el equilibrio rápidamente para seguir hacia el chico llamando Yoongi hasta un pasillo con varias puertas, pasando en la segunda de estas a una pequeña estancia, con una camilla, una mesa y dos sillas. Con un gesto le indicó que se sentara mientras él ponía una toalla desechable en la mesa, acercando la máquina de tatuar y en dos taponcitos echaba tinta negra y blanca.
Hoseok observaba con atención todos y cada uno de los movimientos del chico antes de que este le pidiera que estirara el brazo y lo apoyara en una toalla doblada a la altura de la mano. Haciendo lo que le había indicado, suspiró sin creer que había llegado hasta allí.
- ¿Tienes miedo? - preguntó mientras abría una aguja tras ponerse uno de los guantes y la colocaba en la máquina, cogiéndole de la mano con la suya sin guante - no será demasiado largo
El tacto del chico, caliente, le hizo enrojecer las orejas ligeramente, pero aún así lo agradeció al notar sus propias manos frías por los nervios.
- Se me hará eterno, seguramente - pronunció mientras el tatuador abría el papel en el que había dibujado y lo pegaba sobre su piel, estirándola bien con el pulgar para que se adhiriera a él y así poder repasar la tinta soluble con la tinta de tatuaje más adelante.
- Normalmente se tiene miedo al primero, después te haces el segundo por recordar si dolía, y acabas como yo- Yoongi, más que versado en aquel tema, sacaba conversación con sus clientes, haciéndoles hablar para que perdieran el miedo. Pensó en soltar la mano ajena, pero este se había amoldado muy bien a su agarre y parecía no querer soltarle, ya que le había cogido también de la mano, cosa que no se dio cuenta en el momento pero le hizo que se le saltaran un par de latidos de su corazón.
- ¿Tú crees? No me puedo imaginar con tantos tatuajes, se que hay algunos que duran horas
- Los hay, esos son los que más recuerdas y más marca, y no hablo fisicamente, te dejan.
- ¿Por qué escogiste tatuarte?
Yoongi pensó su pregunta mientras comenzaba a tatuar la piel del chico, notando como este apretaba aún más su mano para que no le soltara.
- Relaja la mano, no voy a soltarte Hobi, si no te relajas dolerá más - a regañadientes, notó como la tensión del cuerpo del chico desaparecía poco a poco, permitiéndole seguir con el dibujo, cuidando los detalles en exceso. - escogí tatuarme porque quería marcar mi individualidad, contarme mi historia a través de dibujos y palabras que yo solo sé lo que significa, ¿cuál es tu excusa?
- Ser valiente por una vez en la vida, supongo.
- Lo estás haciendo bien, créeme, he visto muchas reacciones y la tuya está siendo positiva.
- ¿Estás ignorando el hecho de que te estoy agarrando como si no hubiera un mañana la mano, Yoongi? - aquella pregunta le pilló desprevenida al tatuador y le hizo reir, mostrando sus dientes pequeños y sus encías, terminando las líneas y estrellas del dibujo, antes de mojar la aguja en la tinta blanca para hacerle algunos destellos y que se viera mejor las estrellas, haciendo que Hoseok sonriera al ver aquella sonrisa demasiado amable en aquel cuerpo tan lleno de historias sin palabras.
- No lo estoy ignorando, aún así estás siendo muy valiente. - una vez terminó, con la toalla retiró el exceso de tinta sobrante así como la sangre que había brotado de algunos puntos más gordos. Se levantó y quitó el guante, abriendo una pomada para echarse sobre los dedos y con cuidado la restregó por encima del nuevo tatuaje que lucía el chico, haciéndole sonreír de oreja a oreja al ver de lo que había sido capaz. Cuando termina, cubre con un film transparente este y le da la pomada. - Ven en una semana, para que veamos como va, y date la pomada una vez al día.
- Vendré si me das tu número de teléfono.- soltó Hoseok antes de que pudiera recapacitar sobre lo que estaba a punto de decir. Aquella frase no sólo descolocó al tatuador, que se quedó parado con los ojos fijos en él y un ligero rubor en sus mejillas, sino también en si mismo. - ...esto también cuenta como ser valiente
- Te daré mi número si prometes llamarme... - Hoseok antes de que terminara de hablar Yoongi ya iba por la tercera o la cuarta sacudida de cabeza asintiendo bruscamente. Con una pequeña sonrisa en los labios de Yoongi y las mejillas color manzana, se levantó y en un trozo mal cortado de folio escribió su número de móvil, entregándoselo.
Poco sabían sus amigos lo muy valiente que había sido, con una constelación en su piel y un número en su móvil al final del día.

Sunshine in boxesWhere stories live. Discover now