Capítulo 7

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Steve se miró en el espejo e inspeccionó un poco su imagen. Se había colocado un traje negro y había peinado su cabello con un poco de gel para mantenerlo en su lugar. Se había afeitado y colocado un poco de perfume.

Vio el reflejo de las rosas blancas que descansaban en su cama junto con una pequeña caja de terciopelo negro que contenía un bello brazalete de oro blanco con incrustaciones de diamantes y zafiros.

Vio el reflejo de las rosas blancas que descansaban en su cama junto con una pequeña caja de terciopelo negro que contenía un bello brazalete de oro blanco con incrustaciones de diamantes y zafiros

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Hoy se cumplía un año desde la primera vez que besó a Grace y comenzara su "lo que sea que tuvieran". Sus sentimientos hacia ella crecían cada día, y estaba muy seguro de ello. Hace tan sólo unas semanas atrás había aceptado estar enamorado de ella, justo cuando Tony lo atrapó viendo una foto de ella que tenía en su billetera.

Este día de otoño le pediría formalmente comenzar algo, algo que quizás en futuro sea una vida juntos. Aún no sabía como iba a reaccionar ella, o sí él lograría decirle las palabras justas y no trabarse, o simplemente entrar en pánico y abortar la misión. Nunca había tenido que pasar por eso. Si tan sólo tuviera una amiga confiable para pedirle un consejo... Oh, sí la tenía. Aún faltaban dos horas para su cita, había tiempo.

Steve caminó por los pasillos de la Torre Stark en busca de María Hill. Se detuvo a preguntarle a un empleado si la había visto, aparentemente estaba en el laboratorio de Tony, así que emprendió su camino hacia allí. Se había cambiado el traje por un pantalón de jean oscuro, una camiseta blanca y su chaqueta de cuero café. Cuando llegó a su destino, vio a Hill ayudando a Tony.

Carraspeó su garganta llamando la atención de ambos.

–Eh, Capitán, –saludó Tony aún mirando su aparato a medio terminar–, creí que estarías con Taylor.

–Hola, Steve. –Saludó simplemente María.

–Aún falta unas horas, –respondió un poco avergonzado, ya que Grace y él nunca blanquearon su relación–. María, ¿podría hablar contigo un momento? –Ella asintió y caminó hacia él para alejarse un poco más de la entrada.

¿Qué sucede?

–Yo... –miró por encima del hombro de ella y vio a Tony tratando de escuchar. Él tal vez podría ser su amigo, pero Steve seguía avergonzándose a la hora de pedir ayuda con chicas, en especial con Grace. Tomó el brazo de ella y los alejó más. –Necesito tu consejo.

–Uh, –sonrió– ¿es algo referido a Grace?

–Tal vez, sí. –Ladeó un poco su cabeza–, quiero pedirle que sea formalmente mi novia y yo, no sé como hacerlo exactamente...

–¿Qué tienes hasta ahora?

Tengo esto, sacó de el bolsillo de su pantalón la cajita negra, y la abrió–. Pensaba en decirle algo como... em... –carraspeó su garganta y comenzó a decirle lo que había preparado– eres muy importante para mí, y yo, quiero que nosotros siempre estemos juntos y tengo esto para ti –abrió la caja mostrando el hermoso brazalete.

RUBY STORM | CAPITÁN AMÉRICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora