Su risa se escucha como la de un ángel, es muy bonita, no muy fuerte ni muy débil, aparte al reírse se le forma un hoyuelo en el pómulo izquierdo que lo hace lucir despreocupado.

- ¿Así eres? ¿Un patán? - Le digo para hacerlo enojar y ver qué sucede.

- Yo no quería cuidarte, pero Ada me dijo que tenía que hacerlo, por lo que te hice...- Me explica tocando su frente.

- ¿Te obligaron a cuidarme porque me hiciste un chichón? -. Le digo irónicamente ya más calmada, parece un buen sujeto.

- Si, ese no era el plan ¿sabes? -. Me dice sentándose en un hueco de la derecha de la cama que está desocupado. - Lo arruinaste, no tenías por qué huir. - Me replica.

- ¡Ah! ¡¿Yo no tenía por qué huir?! ¿Enserio? En primera ustedes actúan muy extraño, en segunda pensé que querían matarme y en tercera, si ustedes no querían hacerme daño no me hubieran perseguido para luego tirarme al suelo, creo que me hubieran dejado escapar y luego de una forma menos agresiva hablarían conmigo. - Replicó.

- Esa sería una opción, pero una opción para gente que tiene tiempo-. Contesta bajando el volumen de su voz mientras mete hielo en una bolsa.

- ¿y porque ustedes no tendrían tiempo? -. Le digo mirándole sus largas pestañas.

- Porque tal vez si te dejábamos ir, unas personas que quieren hacernos daño a todos en este lugar te buscaban, y si esas personas te encuentran te matarán y algo es seguro, la humanidad estaría en peligro y....bueno, creo que con eso justifico tu chichón...- Me dice un poco triste.

Miro al techo y la cabeza me comienza a doler mientras pienso lo que me acaba de decir.

- ¿Cómo te llamas? -. Le digo para cambiar de tema.

- Owen, ten. - Me dice alargando su brazo en el que sostiene la bolsa de hielos. - para el chichón. - Me explica con otra sonrisa.

- Gracias Owen, normalmente no dejaría que un desconocido se quede encerrado a solas conmigo, pero... me agradas y eres la única persona que me ha explicado un poco lo que está sucediendo, además de que me tienes como prisionera claro...

Tomó la bolsa de su mano y en cuanto roza mi mano con la suya vuelvo a sentir esos toques que no son toques... y creo que frunzo el ceño porque Owen vuelve a reírse de mí.

- Es normal, al menos entre nosotros-. Me dice cuando termina de reírse.

- ¿Reírse de mi cara? - Le digo algo ofendida.

- No, la energía, la que hay entre nuestros cuerpos. - Me explica.

Me toca con su dedo índice el hombro y vuelvo a sentirlos.

- Ves, es normal, tal vez tardes en acostumbrarte, pero es algo de lo que no puedes escapar. Al menos cuando estemos juntos.

Se levanta de la cama y se sienta en una silla que está enfrente de un escritorio de metal en la esquina del cuarto.

- ¿Qué querías decir con que si me atrapan y me matan la humanidad estaría en peligro? -. Pregunto mientras sigo mirando al techo.

- Eso, que la humanidad estaría en peligro. - Me dice con una sonrisa tensa.

- Pero que tiene si muero, es el proceso de la vida, algún día tendré que morir y cuando llegue ese día ¿será el fin de la humanidad? eso no tiene sentido, al menos para mí.

- No tiene sentido para nadie, pero así son las cosas.

- ¿Qué hora es?

- Cuarto para las siente-. Me contesta mientras alguien toca la puerta y Owen se levanta para abrirla y luego salir dejándome sola en el cuarto.

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