Capítulo 4

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Debí haberme quedado dormido, ya que cuando miré el reloj eran las dos de la tarde. Me levanté y bajé las escaleras. No había rastro de Julian, pero Faul estaba acostado en el sillón, mirando televisión. En ese momento sonó el teléfono y atendí.

-¿John?

Era Yoko, una artista que conocí el día del accidente de Paul. ¡Oh, si no hubiese ido a esa exposición tal vez podría haberlo ayudado! ¡Tal vez ni siquiera habría muerto!

-¡Yoko! ¿Cómo estás?-Dije con toda la cortesía posible. Realmente no tenía ganas de hablar ahora, sobre todo sintiendo la mirada de William en mi nuca.

-Muy bien ¿y tú?

-Podría decirse que igual...

-¿Quieres contarme?

-Tal vez más tarde, Yoko. ¿Te parece si te llamo en la noche?

-Claro...Está bien. Nos vemos, John.-Colgó. Puse el teléfono en su lugar y dirigí la mirada a William.

-¿Qué miras, Faul?

-¿Quién es Yoko?

-¿Qué te importa?

-No deberías engañar a Cyn.

-No te metas en mis asuntos. Tú no sabes nada.

-Al menos sé que un hombre tiene las agallas para decirle a su esposa la verdad...

-Me tienes harto. ¿Por qué sigues aquí?

-Porque mientras tú dormías tu hijo seguía despierto y alguien debía cuidarlo. ¿Te parece buena respuesta?

Mierda. No quería darle la razón, sería perder mi dignidad.

-Escucha-siguió hablando-Vamos a convivir dos semanas, debemos estar en paz.

-Te hospedaste sin mi permiso en mi casa y cuidas a mi hijo. Eso no significa que estemos conviviendo. Esa palabra me suena a pareja.

-Como si no hubieses convivido con Paul.-Murmuró lo suficientemente alto como para que lo escuchara.

-¡¡Tú no sabes nada!!

Rodó los ojos-Iré a comprar algunas cosas. No hay casi nada en la cocina.-Tomó su billetera y un abrigo. Salió cerrando la puerta suavemente.

Me preparé un sandwich con los ultimos dos panes, lo último que quedaba del frasco de mayonesa y un pequeño tomate por la mitad. Realmente necesitaba comida...Pero con eso me conformé.

Estaba aburrido. Necesitaba hacer algo, cualquier cosa. Y para mi suerte encontré mi guitarra apoyada contra la pared, como si me estuviera esperando. Como si dijera "¡Hey! Tócame, te sentirás mejor"

Okey, eso sonó raro...

Tomé un lápiz y una hoja y me senté en sillón, con la guitarra en mis piernas. La afiné y comencé a tocar cuerdas al azar. Primero un Mi, luego un Si mayor, y por último un Sol. Salió una interesante tonada, así que anoté los acordes en la hoja. La letra comenzó a fluir fácilmente, estaba inspirado.

There are places I remember all my life
Though some have changed
Some forever, not for better
Some have gone and some remain

All these places had their moments
With lovers and friends I still can recall
Some are dead, and some are living
In my life, I've loved them all

Estaba a punto de terminar la canción, cuando la puerta se abrió y entró William. Cargaba tres bolsas en cada mano. De cada una sobresalía algún alimento u objeto útil. Una bolsa de pan, rollos de cocina, pañales...

Faul [McLennon] Where stories live. Discover now